CAPÍTULO
XXVI
CROSSED DESTINIES
El
vampiro morocho arqueó la espalda, sentado a horcajadas en la pelvis de su
amante, los gemidos que brotaban de su garganta eran honestamente ruidosos y
eróticos.
—
Nh~ esperng~ por qué estás más grande~.
—
Se te olvidó que soy un teriántropo.
Mi pene, justo ahora, es como el de los lobos.
—
¿Qué~?
—
Que… — Acercarse a su oído, mordisquearle el lóbulo y meter la lengua en su
interior antes de añadir. — Estaré pegado
a ti hasta que haya eyaculado todo lo que tengo acumulado, ChangMin.
—
Nnoh~ — Gimoteó, arañándole el torso cuando su amante empujó una vez más. —
Esperng~-ahh~.
El
vampiro quiso reclamar, y recordarle que en esta postura, es él quien debería
tomar el control y dirigir el ritmo de las penetraciones. Pero el teriántropo se
ha adelantado de nuevo, sujetando firmemente sus caderas mientras es quien
mueve la pelvis hacia arriba y abajo, entrando y saliendo, golpeando contra su
trasero una y otra vez hasta hacerle sentir que le tiemblan las rodillas y su
espalda no puede mantenerse más recta, así que cede y se deja hacer cuando es dominado por completo.
Cuando
el teriántropo le empujó contra el colchón, los ojos del vampiro le
hipnotizaron. El azul índigo cruzando las marrones pupilas era seductoramente
encantador. Y el rubor apoderado de las prietas mejillas, junto a esos
ondulados mechones revueltos empapados en sudor cayendo sobre el contorno de su
rostro, entregado, extasiado, enamorado.
—
¡Ngh~! Hayami ~.
Y
caer otro poco cuando lo escucha gemir así para él, prendado de su mirada,
arañándole el antebrazo con la diestra mientras la siniestra se toca el vientre
y le recuerda que sí, que ahí es donde le siente, revolviendo placenteramente
sus entrañas, penetrando tan profundo que siente el calor de los carnosos
anillos alrededor de su tronco, ciñéndose contra el nudo formado al final de
éste.
—
¡Más!
Caer,
caer y caer más enamorado cuando le suplica con ardiente deseo, atrapando el
cuello con la diestra, demandando un beso, mordiéndole los labios y saboreando
su sangre. Embriagándose con su sabor.
—
ChangMin, te amo.
Declarar
de pronto, justo cuando retrocede y luego empuja con fuerza llenándole hasta el
fondo. El vampiro gimotea, sonríe y comienza otro beso. Una ronda más de ellos
mientras las embestidas de su amante le llenan de placer. No se detienen ahí,
sin embargo, porque incluso si el teriántropo se derrama en su interior algunos
minutos después, la erección no mengua en absoluto, sigue duro, caliente y
grande dentro suyo, y entonces es el vampiro quien no encuentra problema alguno
con seguirle el ritmo, entregándose de forma apasionada.
La
pierna derecha de ChangMin permanece recta, mientras que la izquierda es
flexionada, aquel ángulo es preciso para las penetraciones que le siguen,
Hayami no ha salido, sigue pegado a
él, así que de alguna forma parece fácil cambiar las posturas, con la habilidad
que ambos poseen no es como si aquello se fuera a salir de control. Además, la
cavidad anal del vampiro continúa los suficientemente mojada y dilatada como
para que, incluso con aquel grueso tronco enterrándose continuamente en su
interior, las penetraciones sean fáciles.
—
Ng. Hayami~.
El
vampiro estira la siniestra, le acaricia los pectorales y se los araña. Por
alguna razón le encanta, se vuelve un poco sádico
cuando tienen sexo, le gusta ver los hilos de sangre correr, quedarse con aquel
líquido en las uñas y saborearla cuando chupa sus propios dedos, mirándole con
ese mismo deseo erótico que incentivaba la libido del teriántropo.
—
Muéstrame~ nh~ Hayami~.
—
¿Qué cosa, mh?
—
Tu apariencia, ngh~ quiero sentirte ahh~ por favor~.
Mokomichi
chasqueó la lengua, frunció el entrecejo y gruñó. Su intento fue vano, su
amante no aceptaría un “no” por respuesta.
—
Vamos, hazme el amor con tu esencia completa, Hayami. — Suplicó, acariciando
gentilmente el rostro de su amante. Con apasionados ojos cruzados de índigo,
contrayendo deliberadamente su interior, provocándole un áspero gemido.
—
¿Por qué quieres hacerlo, ChangMin?
—
Porque eres tú. En tu máxima expresión.
—
¿Incluso si puede ser duro para ti?
—
Podré soportarlo, ya tengo el falo caliente de un lobo dentro de mí, ¿no es así? — Lamiendo su labio inferior, el
vampiro llevó la siniestra hasta la unión de sus cuerpos, tocando ahí donde el
falo de su amante prevale enterrado. Los rizados vellos púbicos estaban
mojados, de semen y saliva. — Vamos, dame gusto, Hayami.
—
No te arrepientas después, ChangMin. — Gruñó.
Y
en unos instantes su apariencia de dragón fue revelada nuevamente ante los ojos
del vampiro morocho. Por supuesto, el tronco enterrado en su interior también
mutó. Más grande, grueso, caliente.
—
¡Ngh! — Gimoteó involuntariamente, aferrándose a la espalda del teriántropo
mientras le araña los omóplatos, justo sobre las hendiduras que servirían de
escape para las alas de dragón.
—
ChangMin. — Gruñó Mokomichi a la par, su ronca voz seduciendo el oído de su
amante, quien le ha clavado los colmillos en el cuello.
La
forma en que el vampiro succionó la sangre del teriántropo solo hizo que la
excitación de ambos aumentara. Mokomichi le levantó entonces en vilo, valiéndose
de lo fuertemente aferrado que el vampiro se encontraba, afirmó sus rodillas y
comenzó a embestirle de aquella manera. Algunas estocadas fueron suficientes para
que los colmillos del vampiro retrocedieran, no había manera de que contuviera
más los gemidos. El teriántropo estaba tocando en cada penetración tan profundo
que no sabía si era dolor, placer o ambas sensaciones mezclándose en su cuerpo.
El
roce de carne contra carne era evidente por el chapoteo húmedo de cada penetración,
sin embargo, Hayami encontraba demasiado ajustada la cavidad anal de su amante,
ChangMin sabía que era demasiado para soportarlo, pero por alguna masoquista
razón lo estaba disfrutando demasiado.
—
ChangMin…
—
Si paras me enfadaré, Hayami.
No
fue necesario entonces insistir más. E incluso si el teriántropo intentó ir
menos profundo, la insistente súplica del vampiro le llevó a perder el control
en algún momento. Fue así que lo empotró contra un muro, empujando salvajemente
su pelvis contra el trasero de su amante. El vampiro gemía sin reparo alguno,
perdido también en la tormenta de placer que se ha desatado en su cuerpo; podía
sentirle llegar más allá de lo humanamente posible, revolviendo su interior con
infinito deseo. Fue entonces que se percató de aquello, había una sensación particularmente
dolorosa de placer en cada penetración, y eso se debía a la forma del pene de
su amante. No solo era más grueso o largo, sino que contaba con diminutas espinas
en toda la extensión, salvo la cabeza fálica, estas espinas rozaban los anillos
carnosos del vampiro provocándole ese dolorcito que percibía, pero al mismo
tiempo estimulaba las terminales nerviosas que le ofrecían el doble de placer.
—
¡Ng~ Hayami! ¡Anhh~!
—
ChangMin ah, estoy enloqueciendo por ti.
Naturalmente
lo hizo, dominado por su propio placer, el teriántropo aumentó los movimientos
mientras las piernas del vampiro tocaban suelo de nuevo, aunque casi de inmediato
una de ellas subiera de nuevo, en un ángulo que le exigía flexibilidad, equilibrio
y fuerza; no es que alguna de ellas fuera un auténtico problema para el
vampiro, la cosa era que, con tanto placer sacudiendo su cuerpo, era casi
imposible concentrarse y mantenerse en pie. Pero incluso cuando sus rodillas se
vencieron y tocaron el piso, el teriántropo aun estaba pegado a él, y no dejó de moverse, orillándole entonces a postrarse
a cuatro sobre el suelo, con un teriántropo montándole como auténtico lobo en
celo.
—
Ngh~ ahh~ ahh~~ nnh~.
El
pecho de Mokomichi se unió a la espalda del vampiro cuando empujó más fuerte,
las escamas en la piel del teriántropo brillaban a la luz de las velas en la
habitación, y le daban cierto toque erótico y misterioso que encendería mucho
más la libido del vampiro si tan solo pudiera admirarlas en ese momento. Pero ahí,
dominado bajo el cuerpo de su amante, no podía hacer más nada que gemir y
entregarse, incluso si no podía tocarse a sí mismo o si las manos del
teriántropo estaban ocupadas acariciándole el pecho o sosteniendo su propio
peso. Ser sometido de esa manera, le gustaba, de muchas maneras.
El
falo del vampiro se contoneaba adelante y atrás con cada empuje del
teriántropo, chocando contra su bajo vientre y el aire. De pronto notó también la
forma en que sus testículos eran alcanzados por los del teriántropo, y la excitación
le nubló por completo los sentidos, alcanzando el orgasmo poco después. Las espesas
gotas de semen del vampiro gotearon sobre el piso, mientras su pene continuaba
sacudiéndose al ritmo del vaivén de su amante.
—
ChangMin. — Mokomichi gruñó su nombre.
Y
al segundo el vampiro sintió cómo se derramaba en su interior, pero por supuesto,
todavía no terminaba.
—
¿Estás bien, ChangMin?
Preguntó
en su oído, usando esa voz tanto más cariñosa pero todavía áspera y febril. Echándose
hacia atrás y cruzando las piernas, acunando ahí al tembloroso vampiro.
—
Sí. No te detengas, Hayami.
Aseguró,
mirando hacia atrás y abajo, pasando un brazo por los hombros de su amante y
poder inclinarse por un beso, con mucha lengua y saliva.
—
Dijiste que lo harías hasta saciarte, ¿no?
—
Pero dejaré esta apariencia.
—
No~ ¿por qué? Me encantas así. Estás más sexy.
—
¿En serio?
—
Sí. Y, aunque duele un poco, también estoy disfrutando mucho teniéndote dentro
así.
—
Eres…
Mokomichi
selló los labios a fuerza de besos. ChangMin tenía iniciativas muy particulares
cuando quería. Y además, que fuera él quien comenzara a mover nuevamente las
caderas, solo consiguió que el poco raciocinio que se había despertado en la
mente del teriántropo desapareciera otra vez. Claro que, incluso dos días con
sus noches no fueron suficientes para que ambos se sintieran plenos. Pero sus
cuerpos necesitaban descanso, están conscientes de la situación actual.
…
Cuando
Chiasa fue a dormir esa noche, su corazón estuvo inquieto. Había algo que no terminaba de sentirse en su
sitio pese a todo lo que han estado preparando, y a la confianza que tiene en
toda su familia.
—
¿Qué será? ¿Es solo la ansiedad previa a la batalla? — La menor Ogazawara dio
vuelta en la cama, abrazando la almohada y queriendo despejar su pensamiento. —
Ah, espero que mami y papi salgan ya
de la habitación, no podemos irnos sin ellos. Probablemente si no salen por
cuenta propia tío Jaejoong vaya por ellos.
El
pensamiento de la bruja de jade no estaba
lejos de la realidad. El Adalid ya lo ha comentado con su amante, y para el Diurno
no hay complicación en que tome esas decisiones.
—
Pero espero que salgan por su propio pie, será demasiado que sigan en ello.
—
Yunho ah, aún así los entiendo. Es diferente, sabes. Por ejemplo, tú y yo
llevamos décadas de apasionada relación estable, ellos en cambio tuvieron que
pasar por un montón de obstáculos. Es natural que hayan querido tener sexo como
conejos.
—
Yo también quiero tener mucho sexo contigo, Jaejoong, independientemente de si
tenemos una apasionada relación estable, no he tenido suficiente, pero una vez
nos encarguemos de Luken y todos los problemas que nos ocasiona, también te
encerraré en una habitación por días enteros.
—
Esa ameneza me enciende~. Pero, es
una pena que tengamos que contenernos.
—
Pero esta noche no hay por qué contenerse.
—
¡Yunho~!
Por
supuesto, los vampiros no fueron los únicos dando rienda suelta a sus deseos. Esa noche todas las parejas se dieron
mucho amor. Y a primera hora, la mayoría se sorprendió al encontrarse con
ChangMin y Hayami listos en el salón de comunicaciones.
—
De verdad tenía planeado ir y pillarles in fraganti.
—
¿Crees que soy tan inconsciente como para olvidar nuestros planes, hyung?
—
Solo digo, tenía planeado. Y mucha curiosidad. Es una lástima que no hayan marcas
para burlarme de ti y lo apasionado que debieron ser. — El vampiro pelioscuro bromeó,
mirando al cuello de su hermano en busca de las evidencias que, obviamente, no
iban a estar ahí. — Oh, sí hay una pequeña marca.
El
vampiro morocho se cubrió por instinto. Mokomichi sonrió. Por supuesto, el poder
curativo de los vampiros era fuerte, pero las mordidas que le hizo mientras
estuvo transformado en dragón tomaban
más tiempo para desaparecer, incluso si habían sido muy superficiales.
—
Te veo algo más diferente, ChangMin. Mh, me pregunto qué será. — Curioso, el
vampiro pelioscuro miraba a su hermano de arriba abajo, esperando encontrar ese
algo que le hacía lucir diferente. — ¿Tu piel no está más suave que de
costumbre? También parece que tus ojos brillan un montón, y el aura que
despides. Ah, lo tengo, ¡es el poder curativo del sexo!
—
¡Hyung!
—
¿Omma, no es muy temprano para hablar de cosas lascivas?
—
Joo Min ah~ no hagas caso de lo que acabas de escuchar. — Exclamó, de pronto
avergonzado.
Es
verdad que el aire lascivo estaba presente en todas las criaturas de la noche,
pero para el Adalid ese todavía era un terreno nuevo frente a su hija, con quien
aquellos temas apenas habían sido tocados durante la larga estancia en la isla,
y que todavía consideraba un poquito inadecuados. Claro, no es como si pudiera
evitarlo, lo llevan en la sangre después de todo.
—
Está bien, omma. No es como si fuera una niña aún. Tengo conciencia de muchas
cosas. Y el sexo es una de ellas.
—
Ng, no quiero que te juntes más con DongSun.
—
¡Appa! Ya te he dicho que DongSun y yo no tenemos esa clase de relación~.
—
Pero puede pasar. No me fío de ese muchacho con sangre híbrida, y menos porque
también lleva sangre Park.
—
¿Qué con mi linaje? — El azabache preguntó, entrando recién en el salón. Su
familia estaba en el comedor terminando el desayuno.
—
Yo solo venía a decir que el desayuno está servido~. — La menor Jung dijo,
saliendo precipitadamente de ahí.
Park
intercambió miradas con Jung y Mokomichi, los hermanos Kim por otra parte
estaban abandonando también el salón.
—
Entonces, ¿por qué mi estirpe salió a colación?
Jung
suspiró.
—
Tus nietos seguro serán igual de pervertidos que tú, lo presiento.
—
¿Nietos? ¿Qué nietos? Ellos son más como mis sobrinos.
—
Deja de tratar de negar la realidad. Eres abuelo, Yoochun. Igual que yo, no es
nada del otro mundo.
—
Soy muy joven.
—
Soy más joven que tú. Y no me preocupa.
—
Como sea, cuál es el problema con mi sangre.
—
Solo me preocupa que DongSun vaya a saltarle encima a mi Joo Min
repentinamente.
—
Incluso si lo hiciera, si tu hija no quiere nada con DongSun seguro sabrá
defenderse. Es tu hija justamente, no cualquier chiquilla.
—
Me asombras, Yoochun.
—
¿Por qué?
—
Porque no estás haciendo tanto escándalo. ¿Te sientes bien? ¿Seguro de comenzar
la batalla final?
—
Mierda, sí. Tengo suficiente quebradero de cabeza con uno de tus nietos yendo
tras el trasero de mi hijo.
—
No parece que Chung-Hee sea tan indiferente a los avances de Kentaro, ¿cuál es
el problema?
—
Chung-Hee realmente no le ha dado alas, sabes.
—
Tampoco lo ha rechazado apropiadamente. Son más como perros y gatos, peleando
todo el tiempo pero a su manera, parece que se entienden, así que por qué no
solo les dejas ser.
—
Sí, sí. Me ocuparé de ese asunto después, ¿te comunicaste con Nínive ya?
—
Todos los preparativos están listos. Solo debemos comenzar. Por cierto, Hayami.
El
teriántropo casi sintió como si recién se dieran cuenta de su presencia.
—
Sí, Yunho.
—
En lo posible, evita cualquier herida en tu contra.
—
Lo sé. Luken no debe tener mi sangre.
—
Exacto.
En
el comedor…
Como
era de esperarse, cierto híbrido Jung-Ogazawara estaba pretendiendo ser un
poquito acaramelado con su no-novio. Y
cierto Park estaba practicando mejor que nunca su capacidad de actuar indiferente.
—
Chung-Hee~ hazme un poco de atención.
Suplicó
con tono cariñoso, siendo ignorado totalmente.
El
resto de los presentes reía a costa suya, algunos otros les ignoraban
deliberadamente también. El lobo Kim suspiró, igual que el menor Ogazawara. El
instinto materno era, después de
todo, más fuerte que el simple despiste.
—
Kentaro, ya es suficiente cariño.
—
Pero omma…
—
Suficiente, Kentaro. — Advirtió. Y vio a su hijo bajar la cabeza. Es más,
juraría que le veía orejas gachas. Como un lobo regañado. — Aunque es híbrido, ¿no debería actuar
predominantemente como vampiro? Bueno, su padre es vampiro después de todo.
¿Tan fuertes fueron mis genes?
—
Chung-Hee, ayúdame con esto.
—
Sí, omma.
El
menor Park siguió a su progenitor a las cocinas, dejando en el lavatrastes un
montón de ellos. Después silenciosamente el Adalid entró, pero únicamente por
unas bolsas de sangre que tenían en la nevera, era momento de que todos los
vampiros se alimentaran apropiadamente antes de partir.
—
Chung-Hee, en unos minutos todos los clanes tomaremos caminos diferentes. Y ya
sabes, estamos conscientes de que no todos podríamos regresar.
—
Omma…
—
No es que sea pesimista, pero debe haber un poco de espacio para esa realidad
en nuestro pensamiento. Además… — El castaño suspiró… — Lo que quiero decir es,
no sabes si volverás a reunirte con Kentaro.
—
Claro que lo haremos.
—
Deseo que sí. Y lucharemos para que sea así, pero… Chung-Hee, mi consejo como madre es que seas un poco más honesto
contigo mismo. Habla con él, y despídete apropiadamente.
El
menor Park selló los labios. No quería hacer lo que su progenitor le pedía. Pero
tampoco podía ignorarlo. Luken no podría ganarles, no a todos. Pero, claro que
sí, todavía existía una posibilidad de que no todos volvieran.
—
Mierda. — Maldijo por lo bajo, saliendo de las cocinas y jalando al híbrido
Jung-Ogazawara en su paso por el comedor.
Le
arrastró hasta una habitación donde pudieran hablar a solas, el híbrido le
miraba contrariado, casi preocupado por la mirada ansiosa en los ojos del lobo.
—
¿Qué? ¿Estás enfadado?
—
¿Te parece que lo estoy?
—
No, pero entonces, ¿por qué de pronto me has traído aquí, Chung-Hee? Me hago
vagas ilusiones.
—
Escucha, y hazlo muy bien.
—
Ok~.
—
No estoy bromeando, Kentaro.
—
Tampoco yo. Tengo los oídos bien abiertos.
Incluso
si resultaba un poco cómico, cuando el híbrido tiró de sus orejas para
mostrarle cuán atento estaba, al final lo único que el lobo hizo fue suspirar,
topar su frente con la ajena y cerrar los ojos.
—
No es que no me gustes, ¿bien? Y besarme contigo es genial, incluso llega a ser
muy excitante.
—
Suficiente, me voy a emocionar si sigues hablando así, Chung-Hee.
—
¡Shh! No he terminado. Como decía, no es que no me gustes, pero… — Suspirar
profundo, abrir los ojos y sentir que le tiembla el corazón cuando se encuentra
con la honesta mirada del otro… — Kentaro, no estoy enamorado de ti.
—
Oh. — Dijo, sus ojos titubearon entonces. Y su corazón dio un vuelco.
—
Espera, espera. No es tan malo, ¿sabes? Es decir…
—
Suena bastante malo para mí. — Dijo, interrumpiendo el diálogo del lobo. — Es
decir, te gusto pero no me quieres, suena a una atracción pasajera. No es como
si eso esté bien para mí, porque yo realmente te amo, Chung-Hee.
El
menor Park retrocedió cuando las manos del híbrido le empujaron. Al parecer la conversación
estaba terminando ahí. Sin embargo, él todavía no terminaba de hablar, así que
cuando el híbrido abrió la puerta para marcharse, él la cerró de golpe otra vez.
—
Chung-Hee…
—
¿Por qué tomas decisiones por tu cuenta, Kentaro? Siempre eres así.
—
¿Qué?
—
Nuestro primer beso sucedió como sucedió porque tú así lo quisiste. Y cada uno
de los besos que le siguieron han sido de la misma manera. Nunca esperas por mis
reacciones, no tienes paciencia para que mis sentimientos evolucionen. Incluso si
ahora no puedo jurar que estoy enamorado de ti como tú lo estás de mí, todavía estoy
seguro de que voy en ese camino.
—
¿Qué?
—
Estoy diciendo que hoy no puedo decirte las mismas palabras que me acabas de
soltar hace un minuto. Pero, mi corazón latió un poquito más acelerado, y tal
vez lo encontré absurdamente emocionante. Y, solo para que lo sepas, no tienes
permitido morir en la batalla, ¿entiendes?
—
¿S-sí?
—
¡Dilo con convicción!
—
¡Sí!
—
Y solo para que quede claro, ¡no pienso ir abajo!
—
¿Qué?
Antes
de que el joven híbrido pudiera decir nada más, fue el joven lobo quien le besó.
Era esa la primera vez que se besaban por iniciativa del lobo. Así que, como
era de esperar, las emociones del híbrido explotaron como auténtica fiesta de
fuegos artificiales. Abrazarle y alargar el beso, además de multiplicarlo por
muchos más, la consecuencia natural.
—
Maldición, siempre tomas ventaja, Kentaro.
—
Es solo que te amo, Chung-Hee.
—
Deja de decirlo.
—
Estamos por partir así que, concédeme un deseo, ¿sí? No importa que no me ames
todavía.
—
Qué mierda.
—
Sé mi novio.
…
Definida
la estrategia, todo lo que quedaba era, por supuesto, ejecutarla. Los clanes
están listos, cada uno de ellos entrenado para matar. Literalmente, saldrían de
ahí con instinto asesino, y los sentidos bien afilados para diferenciar
aquellos que merecerían el yugo de su juicio, y los que podrían tener una
segunda oportunidad, pero sobre todo, para reconocer a aquellos que
probablemente no serían más que inocentes esclavos arrastrados hasta ahí contra
su voluntad.
Luken
no es, después de todo, muy diferente de otros como Yang o Katoh, ni siquiera
sus ambiciones se diferencían tanto de las que tuvo alguna vez Génesis. No, si
en algo Luken tenía razón es en que es mejorado,
en que tiene mejores genes, inteligencia, recursos, capacidades. Pero algo en
lo que es idéntico a ellos es en sentirse superior, y cuando aquella imposición
está anclada al pensamiento, ya tienen por default una desventaja. Además de
ello, es tan lascivo como cualquier
criatura de la noche, y Luken, por más que renegara de aquella descendencia
suya, es todavía un licántropo. Y los licántropos tienen la libido encendida
prácticamente todo el año. Por lo tanto, Luken tenía un harén, y aunque ha sido difícil ubicar su escondite, finalmente lo han ubicado. Y por ahí comenzarían el
ataque. Quitarle sus amantes, sería desesperarle un poco al menos.
—
Yo lo sé muy bien. — Se permitió bromear el castaño. Mirando de soslayo a su
amante.
Park
sonrió con suficiencia. Aunque una parte de su mente todavía guardaba ira por
aquella ocasión en que uno de los suyos se atrevió a ponerle una mano encima a
su amante. Yiang siempre estaría en sus recuerdos como el tipo que merecía la
muerte más dolorosa por haberse atrevido a tener el anhelo de poseer a su
amante. Aunque se hubiera tratado de un peculiar amor retorcido de parte del
licántropo.
— Cuando
hayan terminado su parte, no se detengan a absolutamente nada, vayan de
inmediato al siguiente punto.
— Sí,
Yunho. Lo tenemos claro.
— En
serio, Yoochun, no te entretengas en absolutamente nada.
Park
quiso preguntar por qué la insitencia, pero después lo entendería. Porque Luken
es más inteligente, estratega, manipulador. Y por esa misma razón, de alguna
forma, lo consiguió. Clonar al mismísimo Zhang Yiang.
—
Yoochun.
—
Lo sé, no me distraré con nada. — Park siseó con los ojos inyectados de ira. La
escena en uno de los monitores de la sala de operaciones de este lugar no
mostraba el origen de la misma. Pero el azabache está seguro de que cierto Jung
amigo suyo debe saberlo. — Ese maldito
Yunho debió tomarme la delantera.
—
Vámonos, Chun.
—
Sí, sí. Vamos, chicos.
—
¡Sí! — Escuchó a su estirpe responder. Todos ellos luciendo prácticamente
igual.
Las
ropas rasgadas y llenas de sangre, el mismo olor que flotaba en el lugar. Ahí
donde un montón de cuerpos inertes han sido apilados sin miramiento alguno por
los lobos. No solo los mayores, sino sus hijos y nietos también. Chung-Hee
finalmente probó la sensación de la victoria real, de la sangre del enemigo, la
sensación de poder. Su sangre estaba hirviendo, su mano temblaba de emoción por
la gloria.
—
¡Chung-Hee! — Su padre le llamó.
Y
ha sido suficiente para arrancarle del pequeño palacio en que se había
escondido, probando la superioridad propia de un rey. No, de un Dios.
—
No eres un Dios, Chung-Hee, ¿entiendes? — Su madre dijo, consciente de la mirada en los ojos de su hijo menor.
—
Lo hago, omma.
—
En serio, cariño. El poder de la victoria es traicionero, si bien somos
superiores a la mayoría en este mundo, todavía debes entender tu lugar.
—
Lo tengo, omma. ¿Terminaste el
sermón?
SooYun
fue quien golpeó el costado de su hermano. El menor la miró con furia.
—
Baja la mirada cuando hablas con omma, cachorro.
—
Maldición SooYun, eso dolió.
—
Y dolerá más si vuelvo a atraparte siendo tan imbécil.
—
¡Qué!
Los
progenitores sonrieron un poco mientras tomaban camino hacia su segundo
objetivo. detrás, un incendio consumía hasta el último trozo de la villa donde
Luken había tenido a sus amantes, viviendo como auténticos reyes y reinas. La mayoría
de ellos fueron asesinados, y solo un puñado puesto a salvo por lo que eran,
inocentes.
…
Honestamente
el Diurno no ha esperado esto. No debía ser así. Nínive tendría que ser quien
enfrentara esta batalla, porque él ha querido evadirlo sin importar qué. Y, sin
embargo, ahí estaba él, parado frente a aquella vampiresa que décadas atrás
fuera un obstáculo en su camino con Jaejoong. Es más, en ese momento le
preocupaba más la forma en que el pelioscuro pudiese tomar parte de esto, que
decidir si exterminarla o tratar de razonar con ella.
—
¿Desde cuándo tomaste parte de esta guerra, Zhenli?
—
Debería saberlo, Adalid. Nunca renuncié a mis más profundos deseos.
El
Diurno afinó la mirada, no era momento de un ridículo enfrentamiento entre dos
grandes clanes por él.
—
Zhenli, apártate.
—
Siempre lo has pedido, Yunho. Porque siempre elegiste a Jaejoong más que a
nadie.
…
Una
de las grandes incógnitas era descubrir cómo Luken ha logrado clonar a aquellos
que décadas atrás perecieron. Incluso Nima estaba sorprendido, durante el
tiempo que permaneció a lado de Luken hizo todo lo posible por obtener
información como aquella, pero sin duda el científico loco era más inteligente
y precavido de lo que pensaron.
—
En pocas palabras, le subestimamos.
—
No es culpa nuestra, hermano. No somos criaturas perfectas, diferentes y
superiores en algunas formas tal vez, pero así mismo Luken lo es también. Lo
importante ahora es ocuparnos de nuestra parte. Ubicamos todos sus
laboratorios, reducirlos a escombros y cenizas es nuestra prioridad.
—
¿Realmente son todos? Si logró ocultar esto, ¿cuántas cosas más no permanecen
en secreto también?
—
Es por eso que tenemos poderosos aliados. Nima, no es momento para titubear.
¿Quieres que te ponga el ejemplo, hermano?
—
No seas tonta, Nyoko.
Ver
a los únicos hermanos teriántropo en acción, no tenía precio. Verlos actuar era
equivalente a magia y arte fusionadas. Hermosamente destructivo.
…
Cuando
HyunKi se percató de cuán cercano era su poder con el de este clon de Luken,
comprendió que estaban acercándose a su presencia original. Los ataques de la
criatura eran certeros, poderosos, peligrosos. Más de alguno lo ha alcanzado,
algunas partes de su cuerpo incluso persisten en dolor, algunos rasguños tardan
en desaparecer y su sangre, definitivamente ha sido probada por su enemigo.
Pero
cuando este Luken quiso escapar con aquellas muestras obtenidas, la otrora
perdida presencia del Gen del Dragón sacudió el edificio. Tenshi se había
transformado, después de largo tiempo sin tener que recurrir a este poder, en
el Dragón Negro.
—
¿Por qué parece que Luken quería esto?
…
Luken
había obtenido una pequeña, muy pequeña muestra de sangre de Mokomichi durante
aquel enfrentamiento en que casi es secuestrada Chiasa. Cuando el entonces
todavía considerado híbrido abandonó
la van en la que sería trasladado, se olvidó de las balas especiales que Kurt,
el sicario de Luken, usara para atacarle durante su primera transformación con
el poder del dragón. Si bien aquella bala no le había hecho mayor daño al híbrido,
fue suficiente para encapsular en su interior una mínima cantidad de sangre.
Tan diminuta que Luken no fue capaz de clonarla, pero sí de hacer a partir de
ella un suero para aumentar sus habilidades. Este suero no era eterno, sin
embargo, Luken lo sabe. Por lo que estuvo esperando durante todo ese tiempo
para usarlo, pero ahora que Mokomichi está frente a su guarida principal, es
inevitable beberlo.
Y
sentir el impresionante poder correr por sus venas.
Esa
será la batalla final.
Continuará.
...
...
¡Y así como dice la entrada! ¡El fic entra en recta final~!
¿Les ha gustado? ¿Ya superamos la muerte de Kenryu? ¿Al menos ya no me quieren matar a mí ;D?
Espero que en realidad les guste el fic, a pesar de los cambios, del largo hiatus y de todos los pormenores ;D
Mil gracias a las personas que se toman su tiempito para dejarme rw, o mandarme mensajitos en la página de fb *3* aprecio mucho el apoyo con sus palabras.
Y así, nos leemos en el sig cap
Ya Ne!
Changmin es un pillín, bien que quería probar de todas las formas y tamaños xD
ResponderEliminarMe encantará leer cuando el Yunjae se encierre por días xD
Ojalá q CM quede embarazado de HM
Pero que capítulo más caliente!! El HayaMin haciéndole competencia al YooSu y YunJae, ahora soy muy feliz, espere tanto que ellos estuvieran juntos y enamorados, muchas gracias Felina!! Ahora vienen las batallas, espero que todo salga bien y todos terminen felices!! Espero el siguiente capítulo, gracias por tu inspiración, deseo que siga igual
ResponderEliminarNo lo siento lo intente pero no no pude u.u
ResponderEliminarChangmin se unio al club de nuevo.... esta en sus venas ser impulsivo y dejarse llevar por sus instintos... son tan lindos, apasionados e irresistibles...
ResponderEliminartodos tienen un pasado y no solo es enfrentarlo una vez, si no lo dejas ir vuelve... yoochun y yunho están enfrentado aquello por lo que casi pierden su felicidad....
los juvenes amores y la primera sensación de victoria.... el menor park ya va en camino de tomar el control de sus emociones....
tenshi esta en peligro no!!!!!... ahi si sifro mucho con lo que adoro a este niño...
me dejaste mas intrigada que nunca y de paso ya se acerca el final.... quiero pero no... mil gracias por compartir tu talento con nosotras XOXO
matta ne... <3
Gracias por este capítulo cada vez me emociona más!!! Ya tan pronto recta final /.\ como terminará esto???
ResponderEliminar