CAPÍTULO
XXV
SHADOWS
—
Sabía que harías algo así, Chiasa. Pero no pensé que le acompañarías, Hayami. —
El vampiro morocho usa ahí un tono de voz severo.
Su
hija frunce los labios, el teriántropo sostiene la mirada de su amante.
—
Le he seguido, creo yo, por la misma razón que tú. Chiasa no entiende cuán
peligroso fue esto. solo vine a echarle una mano.
—
No es como si lo necesitara. Soy la bruja
de jade, saben.
—
Me importa un demonio quién seas o cuán poderosa puedas ser. Había una
estrategia y la rompiste, Chiasa.
—
¡Estoy intentando arreglar las cosas, madre!
—
¿Así? ¿Dejando a tu familia atrás?
—
¡Sí! Tú no entiendes, omma. Sé cuánto
rencor me guardan todos.
—
¿Y piensas resolverlo yendo de frente en batalla? Eres tan joven, Chiasa. Y
sobrada de una confianza que no te llevará a buen sitio.
—
¿Sobrada de confianza? — Siseó, altanera, prepotente. Los ojos de su progenitor
se afilaron peligrosamente, pero aun así la chica no titubeó. — No es sobrada,
y lo sabes, madre. Este poder que
tengo, que circula en mis venas, está lejos incluso del poder de ustedes los mayores,
reconocidos alrededor del mundo por ser élite entre las élites. Luken los
quería a ustedes también, ahora puede perseguirme prioritariamente solo a mí,
pero no soy su único objetivo. Si no me dejas hacer mi trabajo, cumplir con el
destino que he elegido, los poderosos clanes que preceden caerán y vas a lamentarlo.
—
¿Has terminado de hablar? Palabras, Chiasa. Todo cuanto sale de tu boca ahora
son solo palabras, y esas nunca han ganado guerras, solo las engrandecen.
La
menor Ogazawara frunció los labios, y el entrecejo. Pero no respondió. Algo en la mirada de su progenitor le
mandaba callar. Callar, y aprender tal vez. Mokomichi suspiró, probablemente
con alivio, lo que menos deseaba presenciar era un necesario enfrentamiento madre-hija.
—
¿Qué quieres que haga ahora?
—
Esperar. El resto llegará mañana, como se tenía previsto.
—
El lugar de seguridad no estará listo. — La menor confesó. Por primera vez, con
un claro mohín de vergüenza. — De hecho, tal sitio no existe. Yo intervine las
comunicaciones de tío Yunho y…
—
¿Crees que no se dio cuenta? — El vampiro la interrumpió. Sonriendo entonces él
con suficiencia. La muchacha parpadeó confundida. — Como dije, Chiasa. Incluso si
eres la bruja de jade y has adquirido experiencia a través de los universos que
has vivenciado, todavía no estás a la altura del Diurno, y mejor será que
tampoco retes a Derek, ha dedicado muchas vidas a protegerse, y cuando se trata
de proteger lo que más amas, se es aun más precavido.
—
Lo dices como si mis acciones no tuvieran relación con el amor. — Musitó la
chiquilla. Y su progenitor suspiró.
—
¿Y estoy equivocado, Chiasa?
Ella
bajó la mirada.
—
Yo amo a la familia. — Dijo.
Pero
había algo en su voz que parecía contradecirle. Al menos en parte.
—
Sé que sí, Chiasa. Es solo que la forma en que amas a tu familia es cruel en
ocasiones. Porque amas a la familia decidiste que tus sobrinos y los otros
nacieran, porque amas a tu familia estuviste dispuesta a permanecer sitiada en
esa isla por casi una veintena. Porque amas a tu familia elegiste este destino,
incluso sin tu padre Kenryu en él. Porque nos amas, es que la sangre de la
bruja de jade te fue concedida por Hayami. Porque nos amas, estabas dispuesta a
compensar las acciones que consideras erróneas tomando la delantera, dejándonos
atrás. Es así, Chiasa, como amas a tu familia. Y no está mal, la familia te
quiere tal como eres, con esos pequeños defectos que son parte de ti. Porque eres
parte de mí, de tu padre Kenryu. Porque fuiste criada por todos nosotros, tus
hermanos, tíos, primos. Todos somos parte de ti, y aunque piensas que por ser
la más poderosa de todas las criaturas debes ser perfecta, confiamos en ti
porque sabemos que no lo eres. Y eso, te hace digna de la familia, Chiasa.
—
Cuando era niña, hacía todo bien. Hacía todo para agradarle a todos. Era buena
niña para que sonrieras, pero aún así, siempre estuvo esa opacidad en tus ojos,
mami. Por eso, cuando comencé a
crecer y conociste a Hayami-san,
pensé que tal vez era lo que necesitaba, ser más dura, madurar. Pero todos se fueron
alejando de mí. Tenshi ya no me prestaba atención porque tenía hijos que
cuidar, los tíos igual. Mis propias hermanas solo pensaban en entrenar. Y tú, mami, junto con tío Reid solo estaban
metidos en computadoras y datos. Crecí sintiéndome sola, pero al menos crecí
siendo fuerte. ¿Me faltó madurar aun mas?
—
No cariño. Creciste demasiado rápido, demasiado presionada por el peso sobre
tus hombros. Y lo lamento, es verdad, te presté tan poca atención cariño.
—
¿Es porque te quité a papá Kenryu?
—
Claro que no.
—
¿Porque ya no era buena niña?
—
No, cariño.
—
Entonces, ¿todavía me amas, mami?
—
Oh, cariño. — El vampiro finalmente abrazó a su hija.
La
menor Ogazawara se aferró a las ropas de su progenitor, sollozando contra su
pecho. El vampiro morocho acarició su espalda, con aquella sensación a culpa
anidándose en su estómago. Él sabe que la perdió de vista, que enfocado en
llevar esos años como una fase de crianza y entrenamiento se les había metido a
todos en la cabeza, incluso de forma inconsciente.
—
Te amo, Chiasa. Eres mi adorada hija.
Mientras
le consolaba, un aroma fue captado por las fosas nasales de Mokomichi. Que,
instintivamente, se convirtió en lobo, con ojos felinos y olfato de murciélago.
Vista, oído y olfato hiperdesarrollados. Ladró una sola vez, y aquella
advertencia fue suficiente para que ChangMin y Chiasa se pusieran en alerta. En
cuando el lobo echó a correr a toda velocidad, vampiro y bruja le siguieron, al
mismo ritmo. El vampiro todavía no podía identificar de dónde venía esa
sensación de peligro, pero la bruja de jade sí.
—
Luken. Uno de sus clones mutados.
La
muchacha dijo, viendo entonces a través de los ojos de Mokomichi. Aquel don
parecía cobrar fuerza cuando ambos tenían un objetivo común. En esos momentos,
protegerse. No, ambos lo saben, ChangMin es quien más les importa en esos
instantes.
—
¡A la izquierda! — Ella dijo.
Y
el lobo, que les llevaba un par de pasos por delante, torció siguiendo la
indicación de la menor. A medio kilómetro la ciudad se perfilaba ante ellos. Los
oscuros callejones y húmedos muros tenían esa sensación a ciudad antigua. Por un
momento el vampiro morocho se sintió trasladado varias décadas atrás.
—
¡Madre!
El
grito de la menor Ogazawara le despierta del inconsciente letargo. El vampiro
frena por acto reflejo, cuando lo hace, una jaula cae sobre él, y los muros se
llenan de licántropos escalándolos, además de otro grupo de vampiros acechando
en cada costado del callejón. El lobo muestra los colmillos, la joven está
lista para atacar, sabe que puede tomarle menos de un minuto aniquilarlos a
todos.
—
Haces bien en pensar antes de actuar, jovencita.
Esta
voz activa todas sus alertas. Chiasa afila la mirada, parado junto a la jaula
donde su progenitor ha sido capturado, Luken le mira con sórdidos ojos.
—
Deja ir a mi madre.
—
¡Por supuesto! — Dijo con sarcasmo. — Cuando vengas conmigo, será completamente
libre.
La
jovencita sonrió con burla.
—
¿Ir contigo? No me hagas reír, Luken.
—
Deberías hacerlo cuando lo pido de buena manera. No pienses que soy el mismo de
hace algunos meses. Verás, he tenido tiempo para hacer muchas interesantes
modificaciones.
Chasqueó
los dedos, y todos se fueron directo al ataque. Como era de esperarse, los
movimientos de Chiasa fueron veloces y certeros, apenas pareció moverse cuando
uno tras otro, los cuerpos inertes de vampiros y licántropos fueron apilándose
alrededor de ella. El teriántropo ni siquiera había tenido que intervenir, en
cambio, mantuvo su fina mirada lobuna en su amante. La jaula no es como
cualquiera, el metal del que está hecha se ve resistente incluso a sus feroces
uñas, y es muy probable que descargue algún voltaje que le obligue a retroceder,
probablemente está llena de muchas otras sorpresas. Él no quiere arriesgarse, y
por lo que ve, Chiasa tampoco. Luken aplaude y da un paso, pero se mantiene a
un costado de la jaula, teriántropo y bruja asumen que alguna razón lo mantiene
cerca.
—
Apártate de él, Luken. — Chiasa dijo. No, siseó. La furia rugió en sus ojos claros.
El
vampiro morocho se mantuvo sereno entonces. Sus ojos anclados a los de su hija.
Está confiando ciegamente en ella. Incluso el teriántropo le imitó, echándose
entonces sobre sus patas traseras, lamiendo su nariz y hocico con parsimonia,
listo para tomar nota de los movimientos de este clon de Luken, así podría
perfeccionar los propios cuando se encontrar con otro de sus clones.
Eso
estaba pensando el teriántropo cuando sus orejas se movieron instintivamente
tras haber captado otros sonidos. De inmediato su sentido del olfato captó un
olor en el aire, y al segundo, otro puñado de clones llegaron al lugar. El vampiro
morocho no cambió su postura, confiar en su hija es lo que más necesita. El teriántropo
gruñó mostrando los colmillos, pero un simple movimiento de la bruja de jade le indicó permanecer al margen
también.
—
¿Segura que quieres hacerlo de esta manera, jovencita?
—
No soy una jovencita. Mi nombre es Chiasa Ogazawara. No olvides nunca de dónde
vengo, Luken.
Decir
que el poder de la bruja de jade
estaba en otro nivel, no era broma. Por supuesto, los clones de Luken el dieron
batalla, no fue cuestión de chasquear los dedos y eliminarlos, la muchacha
incluso se despeinó y tuvo que usar algunos hechizos. Pero algunos minutos
después, los cuerpos inertes de Luken, junto a los otros, fueron reducidos a
cenizas.
Entonces
si bastó un par de movimientos de mano y un solo hechizo para mover la jaula
que mantuvo cautivo al vampiro morocho por aquellos instantes.
—
La tecnología de esta jaula podría haber llegado, de alguna manera, hasta
Luken. Había sensores y microcámaras enviando información, intenté contener los
datos con un escudo magnético, pero todavía puede ser posible que algo esté en
manos de Luken.
—
Entonces él seguramente sabrá que todavía no está a tu altura, Chiasa.
El
vampiro morocho dijo con orgullo.
Chiasa
se avergonzó.
Una
vez se hubieron encargado del problema,
solo quedaba una cosa pendiente. Una muy importante, a decir verdad.
Fue
entonces que el vampiro morocho actuó primero. Abrazando a su hija con una
fuerza que rayaba en lo descomunal, pero al mismo tiempo revestido de una
ternura que Chiasa solo recordaba de su niñez.
—
Estoy tan aliviado, sé que eres increíblemente poderosa, Chiasa. Pero no
juegues así con los sentimientos de tu madre.
Confía y apóyate más en mí, cariño.
—
Mami. — Susurra, devolviendo
finalmente el abrazo, sintiendo su propio corazón aligerarse un poco. Varios
sollozos se quedaron sin embargo, atorados en su garganta. — Lo siento, no quise
ser egoísta nunca, ni siquiera cuando era una niña.
—
Lo sé. Te lo dije, sabía que estabas tramando algo. Lo único que podía ser es
que quisieras tomar la delantera, y enfrentarte a Luken por tu cuenta. Pero,
Chiasa, ¿qué caso tendría entonces todo lo que pasamos hasta hoy? El
entrenamiento de los chicos, esos 18 años en la isla.
—
Pero mami, es porque todos ellos
están inconformes, es porque no quiero provocar angustias innecesarias a los
tíos, a mis hermanos o a ti, que yo decidí hacer lo más posible por mi cuenta.
—
Chiasa, darle la espalda a la familia de esta manera no iba a ser recibido con
agrado por nadie. Los chicos pudieron ser renuentes, Chung-Hee todavía puede
estar resentido porque piensa que su nacimiento no fue deseado por sus padres;
pero incluso con todas esas astillas entre nosotros, todavía somos familia. El
Clan Kim, el Clan Park, el Clan Ogazawara, los teriántropos, todos nosotros
estamos unidos para protegernos entre nosotros, no puede haber tal cosa como la
individualidad. La pequeña Chiasa que correteaba alrededor de todos hace 18
años lo entendía muy bien, quería tenernos a todos unidos, y yo no puedo creer
que la Chiasa que tengo frente a mí ahora sea diferente a esa niña llena de
vida y luz.
La
jovencita bajó la mirada, avergonzada de su comportamiento. La mano de su
progenitor todavía acunó una de sus mejillas y los resecos labios del vampiro
depositaron amorosamente un beso sobre su frente. Chiasa finalmente dejó salir
mucho de sus propios sentimientos, culpas y remordimientos, aferrándose al
maternal abrazo del morocho, sollozando en su hombro, derramando el llanto que,
durante al menos una década de vida, había estado acumulando en su pecho.
Al
margen, Mokomichi observó tranquilamente. La sensación de no pertenecer prevalecía en su pensamiento. Y era tan obstinado,
que empujaba en su mente una escena donde él no era actor principal. Porque ahí,
junto al familiar abrazo entre Chiasa y ChangMin, él imaginaba al híbrido
rodeando con sus brazos a su amante y adorada hija.
Una
punzada atizó su sien, intentó ignorarla, pero segundo a segundo aumentaba en
intensidad. Parecía que le explotaría el cerebro en cualquier momento.
—
Hayami.
Es
la serena voz del vampiro la que le trae de vuelta a la realidad. Aleja las
repentinas náuseas y el fantasma de una presencia ausente. Los ojos del vampiro
son honestos, tranquilos y seguros.
—
Vamos, hay que movernos a un lugar seguro.
—
Claro. Vamos.
Los
tres se trasladaron entonces hasta el sitio indicado previamente por el Diurno.
Se trata de un edificio abandonado en los barrios bajos de la ciudad, maleantes
y traficantes predominan en estos barrios, el edificio podía pasar como una
guarida para todos ellos, pero por supuesto, nadie entra allí. La fachada es
una cosa, pero por dentro el edificio era una auténtica fortaleza digna de los
clanes más poderosos. Se nota el toque de Jung, pero también el de Moore y de
Park. El vampiro morocho manda de inmediato un mensaje para advertir que son
ellos quienes han entrado al edificio, la alarma silenciosa que se había
activado pasa de nuevo a su estado una vez que el vampiro ha digitado algunos
códigos aquí y allá, encendiendo todas las cámaras y revisando la bitácora de
los últimos días.
—
Todo está en orden. Hoy vamos a descansar aquí, mañana nos darán alcance los
otros. Chiasa, puedes tomar la tercera habitación a la izquierda en la segunda
planta. Hayami…
—
Compartirá habitación contigo, por supuesto. — Chiasa interrumpió a su
progenitor. El vampiro parpadeó algunas veces, pillado por la insinuación de su
hija. — Creo que todavía tienes una charla pendiente con él, omma. Mi corazón estará completamente
tranquilo cuando ustedes logren conciliar el propio. — La muchacha comenzó a
subir las escaleras, y casi al llegar hasta arriba añadió. — ¿Cuál es tu
habitación, omma?
—
¿Qué? Mh, en la tercera planta, la del fondo. ¿Por q-…?
La
menor Ogazawara lanzó un hechizo entonces.
—
No quiero escucharlos teniendo sexo. Así que pueden ser todo lo escandalosos y
apasionados como quieran.
—
¡Chiasa!
—
Créeme, ustedes también necesitan ponerse algo salvajes, es solo que fue un
poco traumante escuchar a tío Junsu y tío Yoochun la otra noche.
—
Esos lobos pervertidos. — Masculló, avergonzado hasta la médula.
Y
honestamente que no era propio de él. Con su amante híbrido no había sido
precisamente un vampiro tímido o reservado.
—
Ng. — Consciente de sus pensamientos, el vampiro agitó la cabeza de un lado a
otro, como buscando espabilarlos de su mente.
—
Tomaré otra habitación, solo dime cuál. Parece que ya fueron todas asignadas
previamente, así que.
—
¿No vendrás conmigo?
—
Pareces angustiado por eso, ChangMin. Tal vez no sea momento.
—
No estoy angustiado. Solo abochornado. Y, de todas formas, en realidad tu
habitación es la mía también. Somos amantes, ¿no? Es tonto pretender tomar habitaciones
separadas.
—
ChangMin ah, ¿quieres estar realmente conmigo?
El
vampiro lo miró fijamente. Por primera vez desde que se habían reunido. Y quiso
golpearse contra el muro. Ha sido tan insensible. De nuevo.
—
Claro que quiero. Yo, supongo que Chiasa tiene razón, tengo una conversación
pendiente contigo. Vamos, hablemos en privado.
Dijo,
alargando la mano y esperando pacientemente a que el teriántropo la tomara. Así,
tomados de la mano fue que subieron las escaleras, ignorando deliberadamente el ascensor.
El agarre no era, sin embargo, firme o cálido. La mano de Mokomichi se sentía
errante, como si estuviera listo para soltarle en cualquier momento. El camino
hasta la habitación fue inquietante, pero una vez que la puerta se cerró detrás
de ellos, el vampiro soltó aquello que guardó para sí durante 18 años.
—
Te amo.
Tan
repentina confesión, que el golpe contra su pensamiento es equivalente a una
demoledora contra un muro de concreto. Las barreras de sus propios miedos caen
estrepitosamente con aquellas dos palabras.
—
No sé qué hice o dije. O quizá fue lo que dejé de hacer y decir. Honestamente
no lo sé, pero quiero ponerlo claro, y que eso se grabe a fuego en tu memoria.
Te amo, Hayami. Hoy, y en el futuro que venga después de mañana. Sí, Kenryu
estuvo en mi pensamiento en la isla, y probablemente siga en él a lo largo de
mi vida, porque siempre será el hombre al que amé, el que me dio cinco hermosos
hijos. Pero tú, Hayami, me diste una vida que nadie más podría haberme
entregado. Fuiste tú, y solamente tú, quien entró en mi corazón a base de
paciencia y esmero. La forma en que me cortejaste, la forma en que no empujas
tu presencia ante mis hijos. Todo, absolutamente todo de ti me gusta, amo tu
forma de ser, y la manera en que me amas también.
—
ChangMin…
—
Te amo, Mokomichi Hayami. Y es contigo con quien quiero compartir el resto de
mi vida, sin importar cuán larga sea esta eternidad.
El
teriántropo finalmente sintió que todas las cadenas caían, los grilletes
cedieron su prisión y cada muro que pudo existir en su pensamiento se redujo a
polvo. La sensación era tal que corría en su torrente sanguíneo un poder que no
había experimentado nunca. Cuando la mano del vampiro morocho buscó la suya y
sus dedos se entrelazaron, chispas parecieron saltar de su agarre, más firme
que nunca. El beso que le siguió, el más dulce y apasionado que ChangMin haya
experimentado en toda su vida. Toda. Ni siquiera Kenryu le besó de esta manera
jamás. Y no, no está demeritando el amor que su entrañable amante le entregó.
No, este tipo de amor es simplemente diferente. Y parece conciliar todo a su
paso. El pasado y el presente, el anhelo de un futuro mejor.
Mientras
vampiro y teriántropo se abrazan y mueven los rostros acompasando el ritmo de
sus labios, el teriántropo experimenta otra transformación. La piel se siente
suave al tacto, pero debajo de la ropa ha endurecido, igual que la estructura ósea.
Los ojos se han oscurecido por completo, con pequeños puntos azul índigo, como
un pequeño universo capturado en ellos, la espina dorsal sobresale como escamas
de dragón, siguiendo la línea hasta el coxis; estas mismas escamas aparecen en
las pantorrillas y los antebrazos. En los omóplatos se percibe algo diferente
sobre la piel, el vampiro morocho se siente fascinado con cada recoveco palpado,
y cuando llega allí, no puede evitar la curiosidad y da la vuelta para mirarle
detenidamente la espalda.
—
Parecen aberturas.
—
Es para las alas.
—
¿Alas?
—
Sí. De dragón. Si las requiriera, saldrán por sí mismas.
—
Cómo lo sabes.
—
Solo lo sé. Está en mi pensamiento.
— Finalmente estás aquí, papi.
Chiasa
dice, admirando la escena a través de los ojos de su padre. Mirada de la que es privada de inmediato, y una sonrisa tira
de sus labios cuando comprende que el teriántropo se había dado cuenta, que le
permitió ver este momento quizá, para darle algo más de seguridad. Pero lo que
seguía, definitivamente no podía ser visto por la muchacha.
—
Es increíble. Tú eres increíble, Hayami.
—
¿Lo crees? Pienso que pude transformarme así porque finalmente pertenezco a un
sitio. Pertenezco ahí donde estés tú, ChangMin. — Mokomichi dijo, dando media
vuelta y encarando a su amante.
No
había nada demasiado poético o palabras engarzadas con sumo romance, pero
todavía había conseguido llegar a ese corazón suyo que durante mucho, mucho
tiempo tras la pérdida de Kenryu, estuvo incompleto. Y, por alguna razón que no
logra comprender, sus prietas mejillas se encendieron al rojo vivo. Evadir la
mirada no iba a ser de mucha ayuda, no cuando su cuerpo parecía moverse por sí
mismo. O responder al deseo de Mokomichi, el vampiro lo comprobó cuando sus
ojos se encontraron con los ajenos.
—
No te asustes, acabo de notarlo. No usaré esta habilidad contra tu voluntad.
—
No me asusté, Hayami. Y sé que jamás harías nada contra mis propios deseos. —
Dijo, acercándose una vez más, sin soltar la mirada de su amante. — ¿Qué otros
cambios sufriste?
—
Sentidos hiper-desarrollados, más que antes. Creo que mi corazón se ha endurecido
también, y la sangre en mis venas es tibia. Puedo sentir todo en un perímetro
amplio alrededor, si produce cualquier vibración, cada poro en mi piel lo
percibe. Puedo escuchar tus latidos y soy capaz de sincronizar tu respiración
con la mía. No importa cuán oscura pudiera estar la habitación, o cualquier
lugar, todavía vería con claridad. Creo que incluso podría vivir con esta
apariencia, no parece desgastar en nada mi energía. Y si lo deseo, podría
invocar al dragón de humo como aquella vez. E ir de una forma animal a otra a
mi voluntad tantas veces como desee, y a la velocidad que quiera. Y estoy
seguro, un golpe sería suficiente para aniquilar a cualquiera. Luken deseará de
nuevo capturarme, en cierta forma está bien, prefiero su atención puesta en mí
y no en Chiasa.
El
vampiro morocho sonrió. Le gusta saber que su amante se preocupa por su hija,
por toda su familia, como si un lazo sanguíneo de verdad les uniera.
—
Gracias, Hayami. Por todo lo que me has dado.
—
Hoy tú me has dado mucho más, ChangMin.
Las
mejillas del vampiro se tinturaron de nuevo. Y al mismo tiempo la temperatura
de su cuerpo subió, los pinchazos de excitación en el bajo vientre eran más evidentes.
Y presiente, imposibles de ocultar al Hayami frente a él.
—
Hayami, hazme el amor. — Dijo, y arrugó graciosamente la nariz cuando la
apariencia de su amante cambió por la humana. — ¿Por qué…?
—
No estoy seguro de controlar mi fuerza cuando esté unido a ti, ChangMin. No quiero
arriesgarme a herirte de ninguna manera.
—
No soy delicado, ¿sabes? — Rumió, añadiendo en su pensamiento un vago reclamo. Yoochun lo ha hecho con Junsu en su forma lycan
y nunca lo ha partido en dos.
—
Me preocupa dejarte lisiado.
—
¡Qué!
—
Lo siento, tu pensamiento fue demasiado fuerte y lo escuché sin querer.
—
¿Sin querer? No se supone que solo tienes grandes habilidades transformado en,
en… ¿qué transformación era? ¿La de un dragón?
—
Supongo que es correcto ponerlo de esa manera. Aunque es un poco más absoluto
que eso.
ChangMin
arrugó de nuevo la nariz.
—
¿Por qué estás tan pasivo? Este es el momento en que me saltas encima, o algo
así. Tsk, debí aprender técnicas de seducción de mi hermano y de Junsu.
Mokomichi
finalmente sonrió. Y la siniestra rodeó la cintura del vampiro pegándole a su
cuerpo.
—
Puedo lucir tranquilo, casi indiferente, pero en mi pensamiento ya te estoy follando salvajemente, ChangMin.
—
E-entonces, deja de pensarlo solamente. Aquella noche me tomaste con demasiada
dulzura, hoy quiero que seas un poco más bruto, Hayami.
…
Cuando
la comitiva tomó camino hacia la ciudad, varios autos y camionetas fueron
necesarios. Moverse como grupo podía ser peligroso y llamar demasiado la
atención, asi que en algún punto del camino tomaron rutas diferentes. Y aunque
el viaje era serio, por el destino al final (Luken), todavía era imposible
contener la personalidad de los más jóvenes.
—
Sr. Park, ¿puedo ir con ustedes?
El
azabache se atoró con su propia saliva. ¿Señor? ¿Le han llamado, señor? El tic
nervioso en el ojo izquierdo era, honestamente, gracioso. Jung Ogazawara
Kentaro estaba poniendo a prueba su paciencia. Esa que casi no posee.
—
¡Kentaro, ven aquí! — Chilló Tenshi a la distancia, casi mirando preocupado al
azabache.
—
Pero mamá, quiero ir con Chung-Hee. —
Insistió, tratando de actuar lindo, pero sabiendo que no iba a comprar a su progenitor de todas formas.
—
¡Con un demonio, Kentaro! ¡Obedece a tu madre!
— Fue HyunKi quien trinó entonces, lanzando una furiosa mirada a su hijo.
Keitaro
y DaeHyun estaban la mar de entretenidos, además estaban obteniendo valioso
material para mofarse de su hermano más tarde.
—
Lo siento Sr. Park, no puedo acompañarlos después de todo.
—
Una pena, tal vez la próxima, Kentaro. — Park dijo, sonriendo tan falsamente,
que su amante se rio de buena gana, mientras su hija revoleaba los ojos y se
preparaba para la rabieta de su hermano menor.
—
Chung-Hee, extráñame bebé, pero soporta, son solo unas horas. — Dijo, alzando
los labios en trompetilla, mientras era, literalmente, arrastrado por su padre
de vuelta a otra camioneta. — Al menos déjame darle un beso de despedida~.
El
menor Park estaba con tremenda venita palpitando en su sien.
—
Disculpe, tío Yoochun. Por favor, comprenda
a mi hijo, es demasiado insolente porque es joven.
—
Tenshi, no pasa nada. Ve con tu familia, estamos retrasándonos.
—
¡Sí, señor! — Dijo, y apurado volvió a su camioneta. Arriba, su amante reñía a
uno de los trillizos, quien escuchaba el regaño con un puchero en los labios. —
¿A quién sacaste de carácter, Kentaro? Nunca fui así, y tu padre tampoco.
—
Tal vez soy adoptado. — Sus hermanos le dieron, al mismo tiempo, un golpe en la
nuca.
En
tanto la van de la familia Jung se ponía en orden, la de la familia Park tenía
su propio revuelo. Cortesía de un Chung-Hee que trinaba contra Kentaro por
llamarle “bebé”.
—
¿Qué tiene de malo? Cariño, tu padre me llama así también. Y es muy sexy, dulce
también. — Junsu dijo, honestamente confiado de su experiencia.
—
Es diferente, omma.
—
Lo es, baby.
—
Vaya, al fin en algo están de acuerdo ustedes dos. — El castaño dijo, cruzando
los brazos con aire ofendido. Sí, no es precisamente feliz.
—
Chung-Hee y yo estamos progresando en nuestra comunicación, baby. — Park dijo,
mirando a su hijo menor a través del retrovisor. El muchacho sonrió.
La
verdad es que sí.
Porque
antes han tomado un peculiar acuerdo padre-hijo.
— Entonces,
¿estás enamorado de Kentaro, Chung-Hee?
— ¡Claro
que no!
— Pero
tú le gustas bastante.
— Es
porque ese tipo está en celo. Desde que cumplió 15 todo lo que quiere es estar
pegado a mí.
— El
celo es peligroso.
— Verdad
que sí. No sé cómo mantener la distancia de él. Siempre consigue colarse a mi
lado, ¡incluso sin que me de cuenta!
— Puedo
ayudar con eso, hijo.
— ¿Eh?
— Bueno,
si actúo como padre celoso, terminará rindiéndose. Tal vez.
— Hágamos
eso, papá.
— ¿Seguro?
— ¡Cien
por ciento!
—
Si Junsu se entera, menuda pelea vamos a
tener. — Pensó, mirando a su costado con ligero nerviosismo.
Y
no era en vano, el castaño estaba escudriñándole con la mirada.
—
¿Y cómo consiguieron mejorar su comunicación tan repentinamente?
—
Secreto, baby.
—
Chung-Hee. — El castaño miró hacia el asiento trasero. Su hijo aclaró la
garganta, miró de hito en hito a sus progenitores. — Cariño.
—
Vamos, omma. Deja que papá y yo tengamos
algunos secretos, estamos fortaleciendo nuestra relación.
El
castaño suspiró. Presentía que algo no tan bueno
se traían entre manos.
SooYun
pensaba igual.
—
Solo por esta vez.
…
Montados
en una motocicleta, el ninja y su amante siguen de cerca el auto de los Jung,
aunque solo el Diurno, el Adalid y la joven Joo Min lo ocupan, ya que el otro gemelo
tomó otra ruta. Igual que casi todos.
Cuando
el ninja aceleró, tomando ventaja del auto de los Jung, el agarre de su amante
se hizo más fuerte en su cintura. Honestamente está sorprendido, después de la
pequeña discusión que tuvieran la noche anterior, no esperaba que HyunShik decidiera
estar con él. Después de todo, no le ha dado una respuesta clara sobre la
paternidad. Pero, según Chiasa, no hay imposibles para ella.
— ¿Incluso
si fisiológicamente no soy fértil? Ya sabes, mi esperma no es capaz de procrear.
— Puedo
mutar tu genética, específicamente esa que hace tus cargas seminales incapaces
de dar vida. Pero, Byung Hyun, lo importante es que tú quieras tener familia con
mi tío. HyunShik es mi familia, quiero hacerle feliz, pero no daré hijos no
deseados por ambas partes. No más.
Aquella
vez, el ninja simplemente le pidió tiempo a la muchacha para pensar. Con su
joven amante no han retomado aquella conversación. Y las cosas entre ellos son,
ciertamente, tensas.
Las
inevitables horas de camino culminaron al crepúsculo, con tiempo de diferencia
entre una llegada y otra, todos los clanes arribaron al edificio. Chiasa fue la
única en recibirlos.
—
Papi y mami siguen jugando a la casita desde anoche. — La muchacha dijo, sin
rastro de vergüenza. — En más, todo ha estado tranquilo. Recibimos un mensaje
de Nínive, quiere charlar con Lotus.
—
De acuerdo, sígueme Lotus, también quiero saludarla. — Jung dijo, dirigiendo a
lo muchacha a otro salón.
El
Adalid Kim aprovechó para revisar la bitácora. Exactamente de la misma manera
que hiciera su hermano el día anterior. Chiasa pensó que no había manera de
negar el parentesco.
—
Tío Jaejoong.
—
Dime, cariño.
—
Lo siento.
—
¿Por qué te disculpas, Chiasa?
—
Por haber actuado egoístamente antes. Pero, me alegra saber que mi prima Joo
Min es tan amada por ti y tío Yunho.
—
Oh, cariño. No era necesario que te disculparas por eso. Fui feliz cuando la
esperaba, y fui más feliz cuando la tuve en brazos al nacer, y cada día desde entonces.
—
Aún así. Incluso si era una niña, tomé decisiones que no me correspondían.
—
Tal vez fue así, Chiasa, pero todos sabemos que no había ni pizca de mala intención
en tus acciones. Como tampoco la tuviste al partir antes de tiempo. Me alegra
que ChangMin y tú hayan hecho las pases también.
En
tanto.
Chung-Hee
ha sido secuestrado por su no-novio Kentaro.
¡Justo
frente a las narices de su padre!
—
En serio, cómo mierda lo consigues Kentaro.
—
Es el poder del amor~. ¡Ese que tú no quieres admitir por mí!
—
Como sea, qué quieres, por qué nos encerramos en esta habitación.
—
Bésame.
—
¿Ah?
—
Q-u-i-e-r-o q-u-e m-e b-e-s-e-s.
— Dijo. Tan pausadamente que solo provocó el poco entusiasmo del menor Park.
—
Pues no quiero besarte. Muévete, seguro ahora tendremos charla sobre estrategia
y esas cosas.
—
No lo creo, o ya estarían llamándonos.
—
De todas formas, quítate Kentaro.
—
Chung-Hee, ¿en verdad no te gusto? ¿Ni un poco?
—
Ng. — El menor Park finalmente fue atrapado. Física y emocionalmente. Empujado contra
el muro, e incapaz de soltar una absoluta negativa.
Por
otro lado. Su hermano mayor era otra historia.
Y
estaba más que entusiasmado compartiendo fogosos y profundos besos con su
amante.
—
Kenji~ basta~.
—
Sí, sí. Solo uno más, ChulSoo.
Los
hijos de la pareja estaban en la primera planta, junto a Moore y sus gemelas,
observando la bitácora junto a Jaejoong.
Quienes
tampoco estaban a la vista, eran el gemelo Jung y su ninja amante.
—
HyunShik, cuando hayamos acabado con Luken, tengamos la familia que deseas. Y antes
de que me malentiendas, no estoy intentando complacerte nada más. Aunque dudo
de mis habilidades para ser un buen padre, quiero tener hijos contigo.
El
gemelo Jung sollozó, y sonrió con lágrimas resbalando por sus mejillas cuando
le escuchó decir aquello. Porque él sabe bien que su amante no es quien cumpla
sus caprichos solo porque sí.
—
Oye, no llores.
—
Es porque me siento feliz. — Gimoteó, quitando los surcos húmedos de sus
mejillas, pero perdiendo cada pequeña batalla contra sus propias lágrimas.
—
Te van a escurrir mocos también. Y así parecerás un mocoso como cuando nos conocimos.
—
Calla, eso no es romántico, Byung Hyun idiota.
El
ninja sonrió, le atrapó en sus brazos y dulcemente comenzó a besarle. Saboreando
lágrimas… y mocos también. En otra habitación, alguien más lloraba, de infinito
placer.
ChangMin
temblaba de pies a cabeza mientras la larga y endurecida erección de Hayami se
enterraba tan profundamente que le revolvía las entrañas.
¡Capítulo recién salido del horno!
Espero lo disfruten~
Ya Ne! ;D
�������� Felinaaaaa! Muchas gracias por este capitulo, es hermoso he llorado mucho por Hayami, por fin tiene el amor que tanto se merece!! Esta pareja siempre me hace feliz, una vez más muchísimas gracias, espero que estés bien, te mando un fuerte abrazo!
ResponderEliminarhalo!!!!
ResponderEliminarlas cosas ya se arreglaron en la familia de min.... ahora solo falta ver como chiasa logra recuperar la confianza de los mas pequeños ya que habia otras formas de decirles las cosas
jajajja... chun estara en serios problemas con junsu.... pero yo creo que es su forma de chun de ayudar a su hijo a ver en su interior.... ya que si quiere a kentaro pero todos sus problemas emocionales familiares e inseguridades no le permiten ver las cosas....
me encanto el capitulo.... matta ne... <3
Hsggfkwdffffalalddks por fin esta regresando mi chiasa bonita lokito
ResponderEliminarOmg omg omg acaso se vienen mas bbs 😍
Hayami se merece uno con mimin *-*
Y el clan renacer 😎
Me alegro que por fin Changmin y Chiasa hayna hablado y arreglado las cosas,pobre Chiasa ella tuvo que madurar rapidamente pero aun despues de todo lo que hizo la quieren por todos.
ResponderEliminarChangmin y Hayami tambien hablaron y todas las dudas se fueron y eso permitio que Hayami se transformara.
Cuando se entere Junsu del acuerdo de su hijo y Yoochun el estara en grandes problemas.
ahora todos estan listos para enfrentar a Luken.
Gracias por el cap
Estuvo genial el capituló! Me hubiera encantado poder leer el porno del hayamin xD
ResponderEliminarJajajaja No puedo creer q se le escaparán a YC la parejitas xD
Sería padre que CM tuviera un hijo o más de hayami 😍