domingo, 3 de febrero de 2019

Capítulo 25


CAPÍTULO XXV
SHADOWS


— Sabía que harías algo así, Chiasa. Pero no pensé que le acompañarías, Hayami. — El vampiro morocho usa ahí un tono de voz severo.

Su hija frunce los labios, el teriántropo sostiene la mirada de su amante.

— Le he seguido, creo yo, por la misma razón que tú. Chiasa no entiende cuán peligroso fue esto. solo vine a echarle una mano.

— No es como si lo necesitara. Soy la bruja de jade, saben.

— Me importa un demonio quién seas o cuán poderosa puedas ser. Había una estrategia y la rompiste, Chiasa.

— ¡Estoy intentando arreglar las cosas, madre!

— ¿Así? ¿Dejando a tu familia atrás?

— ¡Sí! Tú no entiendes, omma. Sé cuánto rencor me guardan todos.

— ¿Y piensas resolverlo yendo de frente en batalla? Eres tan joven, Chiasa. Y sobrada de una confianza que no te llevará a buen sitio.

— ¿Sobrada de confianza? — Siseó, altanera, prepotente. Los ojos de su progenitor se afilaron peligrosamente, pero aun así la chica no titubeó. — No es sobrada, y lo sabes, madre. Este poder que tengo, que circula en mis venas, está lejos incluso del poder de ustedes los mayores, reconocidos alrededor del mundo por ser élite entre las élites. Luken los quería a ustedes también, ahora puede perseguirme prioritariamente solo a mí, pero no soy su único objetivo. Si no me dejas hacer mi trabajo, cumplir con el destino que he elegido, los poderosos clanes que preceden caerán y vas a lamentarlo.

— ¿Has terminado de hablar? Palabras, Chiasa. Todo cuanto sale de tu boca ahora son solo palabras, y esas nunca han ganado guerras, solo las engrandecen.

La menor Ogazawara frunció los labios, y el entrecejo. Pero no respondió. Algo en la mirada de su progenitor le mandaba callar. Callar, y aprender tal vez. Mokomichi suspiró, probablemente con alivio, lo que menos deseaba presenciar era un necesario enfrentamiento madre-hija.

— ¿Qué quieres que haga ahora?

— Esperar. El resto llegará mañana, como se tenía previsto.

— El lugar de seguridad no estará listo. — La menor confesó. Por primera vez, con un claro mohín de vergüenza. — De hecho, tal sitio no existe. Yo intervine las comunicaciones de tío Yunho y…

— ¿Crees que no se dio cuenta? — El vampiro la interrumpió. Sonriendo entonces él con suficiencia. La muchacha parpadeó confundida. — Como dije, Chiasa. Incluso si eres la bruja de jade y has adquirido experiencia a través de los universos que has vivenciado, todavía no estás a la altura del Diurno, y mejor será que tampoco retes a Derek, ha dedicado muchas vidas a protegerse, y cuando se trata de proteger lo que más amas, se es aun más precavido.

— Lo dices como si mis acciones no tuvieran relación con el amor. — Musitó la chiquilla. Y su progenitor suspiró.

— ¿Y estoy equivocado, Chiasa?

Ella bajó la mirada.

— Yo amo a la familia. — Dijo.

Pero había algo en su voz que parecía contradecirle. Al menos en parte.

— Sé que sí, Chiasa. Es solo que la forma en que amas a tu familia es cruel en ocasiones. Porque amas a la familia decidiste que tus sobrinos y los otros nacieran, porque amas a tu familia estuviste dispuesta a permanecer sitiada en esa isla por casi una veintena. Porque amas a tu familia elegiste este destino, incluso sin tu padre Kenryu en él. Porque nos amas, es que la sangre de la bruja de jade te fue concedida por Hayami. Porque nos amas, estabas dispuesta a compensar las acciones que consideras erróneas tomando la delantera, dejándonos atrás. Es así, Chiasa, como amas a tu familia. Y no está mal, la familia te quiere tal como eres, con esos pequeños defectos que son parte de ti. Porque eres parte de mí, de tu padre Kenryu. Porque fuiste criada por todos nosotros, tus hermanos, tíos, primos. Todos somos parte de ti, y aunque piensas que por ser la más poderosa de todas las criaturas debes ser perfecta, confiamos en ti porque sabemos que no lo eres. Y eso, te hace digna de la familia, Chiasa.

— Cuando era niña, hacía todo bien. Hacía todo para agradarle a todos. Era buena niña para que sonrieras, pero aún así, siempre estuvo esa opacidad en tus ojos, mami. Por eso, cuando comencé a crecer y conociste a Hayami-san, pensé que tal vez era lo que necesitaba, ser más dura, madurar. Pero todos se fueron alejando de mí. Tenshi ya no me prestaba atención porque tenía hijos que cuidar, los tíos igual. Mis propias hermanas solo pensaban en entrenar. Y tú, mami, junto con tío Reid solo estaban metidos en computadoras y datos. Crecí sintiéndome sola, pero al menos crecí siendo fuerte. ¿Me faltó madurar aun mas?

— No cariño. Creciste demasiado rápido, demasiado presionada por el peso sobre tus hombros. Y lo lamento, es verdad, te presté tan poca atención cariño.

— ¿Es porque te quité a papá Kenryu?

— Claro que no.

— ¿Porque ya no era buena niña?

— No, cariño.

— Entonces, ¿todavía me amas, mami?

— Oh, cariño. — El vampiro finalmente abrazó a su hija.

La menor Ogazawara se aferró a las ropas de su progenitor, sollozando contra su pecho. El vampiro morocho acarició su espalda, con aquella sensación a culpa anidándose en su estómago. Él sabe que la perdió de vista, que enfocado en llevar esos años como una fase de crianza y entrenamiento se les había metido a todos en la cabeza, incluso de forma inconsciente.

— Te amo, Chiasa. Eres mi adorada hija.

Mientras le consolaba, un aroma fue captado por las fosas nasales de Mokomichi. Que, instintivamente, se convirtió en lobo, con ojos felinos y olfato de murciélago. Vista, oído y olfato hiperdesarrollados. Ladró una sola vez, y aquella advertencia fue suficiente para que ChangMin y Chiasa se pusieran en alerta. En cuando el lobo echó a correr a toda velocidad, vampiro y bruja le siguieron, al mismo ritmo. El vampiro todavía no podía identificar de dónde venía esa sensación de peligro, pero la bruja de jade sí.

— Luken. Uno de sus clones mutados.

La muchacha dijo, viendo entonces a través de los ojos de Mokomichi. Aquel don parecía cobrar fuerza cuando ambos tenían un objetivo común. En esos momentos, protegerse. No, ambos lo saben, ChangMin es quien más les importa en esos instantes.

— ¡A la izquierda! — Ella dijo.

Y el lobo, que les llevaba un par de pasos por delante, torció siguiendo la indicación de la menor. A medio kilómetro la ciudad se perfilaba ante ellos. Los oscuros callejones y húmedos muros tenían esa sensación a ciudad antigua. Por un momento el vampiro morocho se sintió trasladado varias décadas atrás.

— ¡Madre!

El grito de la menor Ogazawara le despierta del inconsciente letargo. El vampiro frena por acto reflejo, cuando lo hace, una jaula cae sobre él, y los muros se llenan de licántropos escalándolos, además de otro grupo de vampiros acechando en cada costado del callejón. El lobo muestra los colmillos, la joven está lista para atacar, sabe que puede tomarle menos de un minuto aniquilarlos a todos.

— Haces bien en pensar antes de actuar, jovencita.

Esta voz activa todas sus alertas. Chiasa afila la mirada, parado junto a la jaula donde su progenitor ha sido capturado, Luken le mira con sórdidos ojos.

— Deja ir a mi madre.

— ¡Por supuesto! — Dijo con sarcasmo. — Cuando vengas conmigo, será completamente libre.

La jovencita sonrió con burla.

— ¿Ir contigo? No me hagas reír, Luken.

— Deberías hacerlo cuando lo pido de buena manera. No pienses que soy el mismo de hace algunos meses. Verás, he tenido tiempo para hacer muchas interesantes modificaciones.

Chasqueó los dedos, y todos se fueron directo al ataque. Como era de esperarse, los movimientos de Chiasa fueron veloces y certeros, apenas pareció moverse cuando uno tras otro, los cuerpos inertes de vampiros y licántropos fueron apilándose alrededor de ella. El teriántropo ni siquiera había tenido que intervenir, en cambio, mantuvo su fina mirada lobuna en su amante. La jaula no es como cualquiera, el metal del que está hecha se ve resistente incluso a sus feroces uñas, y es muy probable que descargue algún voltaje que le obligue a retroceder, probablemente está llena de muchas otras sorpresas. Él no quiere arriesgarse, y por lo que ve, Chiasa tampoco. Luken aplaude y da un paso, pero se mantiene a un costado de la jaula, teriántropo y bruja asumen que alguna razón lo mantiene cerca.

— Apártate de él, Luken. — Chiasa dijo. No, siseó. La furia rugió en sus ojos claros.

El vampiro morocho se mantuvo sereno entonces. Sus ojos anclados a los de su hija. Está confiando ciegamente en ella. Incluso el teriántropo le imitó, echándose entonces sobre sus patas traseras, lamiendo su nariz y hocico con parsimonia, listo para tomar nota de los movimientos de este clon de Luken, así podría perfeccionar los propios cuando se encontrar con otro de sus clones.

Eso estaba pensando el teriántropo cuando sus orejas se movieron instintivamente tras haber captado otros sonidos. De inmediato su sentido del olfato captó un olor en el aire, y al segundo, otro puñado de clones llegaron al lugar. El vampiro morocho no cambió su postura, confiar en su hija es lo que más necesita. El teriántropo gruñó mostrando los colmillos, pero un simple movimiento de la bruja de jade le indicó permanecer al margen también.

— ¿Segura que quieres hacerlo de esta manera, jovencita?

— No soy una jovencita. Mi nombre es Chiasa Ogazawara. No olvides nunca de dónde vengo, Luken.

Decir que el poder de la bruja de jade estaba en otro nivel, no era broma. Por supuesto, los clones de Luken el dieron batalla, no fue cuestión de chasquear los dedos y eliminarlos, la muchacha incluso se despeinó y tuvo que usar algunos hechizos. Pero algunos minutos después, los cuerpos inertes de Luken, junto a los otros, fueron reducidos a cenizas.

Entonces si bastó un par de movimientos de mano y un solo hechizo para mover la jaula que mantuvo cautivo al vampiro morocho por aquellos instantes.

— La tecnología de esta jaula podría haber llegado, de alguna manera, hasta Luken. Había sensores y microcámaras enviando información, intenté contener los datos con un escudo magnético, pero todavía puede ser posible que algo esté en manos de Luken.

— Entonces él seguramente sabrá que todavía no está a tu altura, Chiasa.

El vampiro morocho dijo con orgullo.
Chiasa se avergonzó.

Una vez se hubieron encargado del problema, solo quedaba una cosa pendiente. Una muy importante, a decir verdad.

Fue entonces que el vampiro morocho actuó primero. Abrazando a su hija con una fuerza que rayaba en lo descomunal, pero al mismo tiempo revestido de una ternura que Chiasa solo recordaba de su niñez.

— Estoy tan aliviado, sé que eres increíblemente poderosa, Chiasa. Pero no juegues así con los sentimientos de tu madre. Confía y apóyate más en mí, cariño.

Mami. — Susurra, devolviendo finalmente el abrazo, sintiendo su propio corazón aligerarse un poco. Varios sollozos se quedaron sin embargo, atorados en su garganta. — Lo siento, no quise ser egoísta nunca, ni siquiera cuando era una niña.

— Lo sé. Te lo dije, sabía que estabas tramando algo. Lo único que podía ser es que quisieras tomar la delantera, y enfrentarte a Luken por tu cuenta. Pero, Chiasa, ¿qué caso tendría entonces todo lo que pasamos hasta hoy? El entrenamiento de los chicos, esos 18 años en la isla.

— Pero mami, es porque todos ellos están inconformes, es porque no quiero provocar angustias innecesarias a los tíos, a mis hermanos o a ti, que yo decidí hacer lo más posible por mi cuenta.

— Chiasa, darle la espalda a la familia de esta manera no iba a ser recibido con agrado por nadie. Los chicos pudieron ser renuentes, Chung-Hee todavía puede estar resentido porque piensa que su nacimiento no fue deseado por sus padres; pero incluso con todas esas astillas entre nosotros, todavía somos familia. El Clan Kim, el Clan Park, el Clan Ogazawara, los teriántropos, todos nosotros estamos unidos para protegernos entre nosotros, no puede haber tal cosa como la individualidad. La pequeña Chiasa que correteaba alrededor de todos hace 18 años lo entendía muy bien, quería tenernos a todos unidos, y yo no puedo creer que la Chiasa que tengo frente a mí ahora sea diferente a esa niña llena de vida y luz.

La jovencita bajó la mirada, avergonzada de su comportamiento. La mano de su progenitor todavía acunó una de sus mejillas y los resecos labios del vampiro depositaron amorosamente un beso sobre su frente. Chiasa finalmente dejó salir mucho de sus propios sentimientos, culpas y remordimientos, aferrándose al maternal abrazo del morocho, sollozando en su hombro, derramando el llanto que, durante al menos una década de vida, había estado acumulando en su pecho.

Al margen, Mokomichi observó tranquilamente. La sensación de no pertenecer prevalecía en su pensamiento. Y era tan obstinado, que empujaba en su mente una escena donde él no era actor principal. Porque ahí, junto al familiar abrazo entre Chiasa y ChangMin, él imaginaba al híbrido rodeando con sus brazos a su amante y adorada hija.

Una punzada atizó su sien, intentó ignorarla, pero segundo a segundo aumentaba en intensidad. Parecía que le explotaría el cerebro en cualquier momento.

— Hayami.

Es la serena voz del vampiro la que le trae de vuelta a la realidad. Aleja las repentinas náuseas y el fantasma de una presencia ausente. Los ojos del vampiro son honestos, tranquilos y seguros.

— Vamos, hay que movernos a un lugar seguro.

— Claro. Vamos.

Los tres se trasladaron entonces hasta el sitio indicado previamente por el Diurno. Se trata de un edificio abandonado en los barrios bajos de la ciudad, maleantes y traficantes predominan en estos barrios, el edificio podía pasar como una guarida para todos ellos, pero por supuesto, nadie entra allí. La fachada es una cosa, pero por dentro el edificio era una auténtica fortaleza digna de los clanes más poderosos. Se nota el toque de Jung, pero también el de Moore y de Park. El vampiro morocho manda de inmediato un mensaje para advertir que son ellos quienes han entrado al edificio, la alarma silenciosa que se había activado pasa de nuevo a su estado una vez que el vampiro ha digitado algunos códigos aquí y allá, encendiendo todas las cámaras y revisando la bitácora de los últimos días.

— Todo está en orden. Hoy vamos a descansar aquí, mañana nos darán alcance los otros. Chiasa, puedes tomar la tercera habitación a la izquierda en la segunda planta. Hayami…

— Compartirá habitación contigo, por supuesto. — Chiasa interrumpió a su progenitor. El vampiro parpadeó algunas veces, pillado por la insinuación de su hija. — Creo que todavía tienes una charla pendiente con él, omma. Mi corazón estará completamente tranquilo cuando ustedes logren conciliar el propio. — La muchacha comenzó a subir las escaleras, y casi al llegar hasta arriba añadió. — ¿Cuál es tu habitación, omma?

— ¿Qué? Mh, en la tercera planta, la del fondo. ¿Por q-…?

La menor Ogazawara lanzó un hechizo entonces.

— No quiero escucharlos teniendo sexo. Así que pueden ser todo lo escandalosos y apasionados como quieran.

— ¡Chiasa!

— Créeme, ustedes también necesitan ponerse algo salvajes, es solo que fue un poco traumante escuchar a tío Junsu y tío Yoochun la otra noche.

— Esos lobos pervertidos. — Masculló, avergonzado hasta la médula.

Y honestamente que no era propio de él. Con su amante híbrido no había sido precisamente un vampiro tímido o reservado.

— Ng. — Consciente de sus pensamientos, el vampiro agitó la cabeza de un lado a otro, como buscando espabilarlos de su mente.

— Tomaré otra habitación, solo dime cuál. Parece que ya fueron todas asignadas previamente, así que.

— ¿No vendrás conmigo?

— Pareces angustiado por eso, ChangMin. Tal vez no sea momento.

— No estoy angustiado. Solo abochornado. Y, de todas formas, en realidad tu habitación es la mía también. Somos amantes, ¿no? Es tonto pretender tomar habitaciones separadas.

— ChangMin ah, ¿quieres estar realmente conmigo?

El vampiro lo miró fijamente. Por primera vez desde que se habían reunido. Y quiso golpearse contra el muro. Ha sido tan insensible. De nuevo.

— Claro que quiero. Yo, supongo que Chiasa tiene razón, tengo una conversación pendiente contigo. Vamos, hablemos en privado.

Dijo, alargando la mano y esperando pacientemente a que el teriántropo la tomara. Así, tomados de la mano fue que subieron las escaleras, ignorando deliberadamente el ascensor. El agarre no era, sin embargo, firme o cálido. La mano de Mokomichi se sentía errante, como si estuviera listo para soltarle en cualquier momento. El camino hasta la habitación fue inquietante, pero una vez que la puerta se cerró detrás de ellos, el vampiro soltó aquello que guardó para sí durante 18 años.

— Te amo.

Tan repentina confesión, que el golpe contra su pensamiento es equivalente a una demoledora contra un muro de concreto. Las barreras de sus propios miedos caen estrepitosamente con aquellas dos palabras.

— No sé qué hice o dije. O quizá fue lo que dejé de hacer y decir. Honestamente no lo sé, pero quiero ponerlo claro, y que eso se grabe a fuego en tu memoria. Te amo, Hayami. Hoy, y en el futuro que venga después de mañana. Sí, Kenryu estuvo en mi pensamiento en la isla, y probablemente siga en él a lo largo de mi vida, porque siempre será el hombre al que amé, el que me dio cinco hermosos hijos. Pero tú, Hayami, me diste una vida que nadie más podría haberme entregado. Fuiste tú, y solamente tú, quien entró en mi corazón a base de paciencia y esmero. La forma en que me cortejaste, la forma en que no empujas tu presencia ante mis hijos. Todo, absolutamente todo de ti me gusta, amo tu forma de ser, y la manera en que me amas también.

— ChangMin…

— Te amo, Mokomichi Hayami. Y es contigo con quien quiero compartir el resto de mi vida, sin importar cuán larga sea esta eternidad.

El teriántropo finalmente sintió que todas las cadenas caían, los grilletes cedieron su prisión y cada muro que pudo existir en su pensamiento se redujo a polvo. La sensación era tal que corría en su torrente sanguíneo un poder que no había experimentado nunca. Cuando la mano del vampiro morocho buscó la suya y sus dedos se entrelazaron, chispas parecieron saltar de su agarre, más firme que nunca. El beso que le siguió, el más dulce y apasionado que ChangMin haya experimentado en toda su vida. Toda. Ni siquiera Kenryu le besó de esta manera jamás. Y no, no está demeritando el amor que su entrañable amante le entregó. No, este tipo de amor es simplemente diferente. Y parece conciliar todo a su paso. El pasado y el presente, el anhelo de un futuro mejor.

Mientras vampiro y teriántropo se abrazan y mueven los rostros acompasando el ritmo de sus labios, el teriántropo experimenta otra transformación. La piel se siente suave al tacto, pero debajo de la ropa ha endurecido, igual que la estructura ósea. Los ojos se han oscurecido por completo, con pequeños puntos azul índigo, como un pequeño universo capturado en ellos, la espina dorsal sobresale como escamas de dragón, siguiendo la línea hasta el coxis; estas mismas escamas aparecen en las pantorrillas y los antebrazos. En los omóplatos se percibe algo diferente sobre la piel, el vampiro morocho se siente fascinado con cada recoveco palpado, y cuando llega allí, no puede evitar la curiosidad y da la vuelta para mirarle detenidamente la espalda.

— Parecen aberturas.

— Es para las alas.

— ¿Alas?

— Sí. De dragón. Si las requiriera, saldrán por sí mismas.

— Cómo lo sabes.

— Solo lo sé. Está en mi pensamiento.

— Finalmente estás aquí, papi.

Chiasa dice, admirando la escena a través de los ojos de su padre. Mirada de la que es privada de inmediato, y una sonrisa tira de sus labios cuando comprende que el teriántropo se había dado cuenta, que le permitió ver este momento quizá, para darle algo más de seguridad. Pero lo que seguía, definitivamente no podía ser visto por la muchacha.  

— Es increíble. Tú eres increíble, Hayami.

— ¿Lo crees? Pienso que pude transformarme así porque finalmente pertenezco a un sitio. Pertenezco ahí donde estés tú, ChangMin. — Mokomichi dijo, dando media vuelta y encarando a su amante.

No había nada demasiado poético o palabras engarzadas con sumo romance, pero todavía había conseguido llegar a ese corazón suyo que durante mucho, mucho tiempo tras la pérdida de Kenryu, estuvo incompleto. Y, por alguna razón que no logra comprender, sus prietas mejillas se encendieron al rojo vivo. Evadir la mirada no iba a ser de mucha ayuda, no cuando su cuerpo parecía moverse por sí mismo. O responder al deseo de Mokomichi, el vampiro lo comprobó cuando sus ojos se encontraron con los ajenos.

— No te asustes, acabo de notarlo. No usaré esta habilidad contra tu voluntad.

— No me asusté, Hayami. Y sé que jamás harías nada contra mis propios deseos. — Dijo, acercándose una vez más, sin soltar la mirada de su amante. — ¿Qué otros cambios sufriste?

— Sentidos hiper-desarrollados, más que antes. Creo que mi corazón se ha endurecido también, y la sangre en mis venas es tibia. Puedo sentir todo en un perímetro amplio alrededor, si produce cualquier vibración, cada poro en mi piel lo percibe. Puedo escuchar tus latidos y soy capaz de sincronizar tu respiración con la mía. No importa cuán oscura pudiera estar la habitación, o cualquier lugar, todavía vería con claridad. Creo que incluso podría vivir con esta apariencia, no parece desgastar en nada mi energía. Y si lo deseo, podría invocar al dragón de humo como aquella vez. E ir de una forma animal a otra a mi voluntad tantas veces como desee, y a la velocidad que quiera. Y estoy seguro, un golpe sería suficiente para aniquilar a cualquiera. Luken deseará de nuevo capturarme, en cierta forma está bien, prefiero su atención puesta en mí y no en Chiasa.

El vampiro morocho sonrió. Le gusta saber que su amante se preocupa por su hija, por toda su familia, como si un lazo sanguíneo de verdad les uniera.

— Gracias, Hayami. Por todo lo que me has dado.

— Hoy tú me has dado mucho más, ChangMin.

Las mejillas del vampiro se tinturaron de nuevo. Y al mismo tiempo la temperatura de su cuerpo subió, los pinchazos de excitación en el bajo vientre eran más evidentes. Y presiente, imposibles de ocultar al Hayami frente a él.

— Hayami, hazme el amor. — Dijo, y arrugó graciosamente la nariz cuando la apariencia de su amante cambió por la humana. — ¿Por qué…?

— No estoy seguro de controlar mi fuerza cuando esté unido a ti, ChangMin. No quiero arriesgarme a herirte de ninguna manera.

— No soy delicado, ¿sabes? — Rumió, añadiendo en su pensamiento un vago reclamo. Yoochun lo ha hecho con Junsu en su forma lycan y nunca lo ha partido en dos.

— Me preocupa dejarte lisiado.

— ¡Qué!

— Lo siento, tu pensamiento fue demasiado fuerte y lo escuché sin querer.

— ¿Sin querer? No se supone que solo tienes grandes habilidades transformado en, en… ¿qué transformación era? ¿La de un dragón?

— Supongo que es correcto ponerlo de esa manera. Aunque es un poco más absoluto que eso.

ChangMin arrugó de nuevo la nariz.

— ¿Por qué estás tan pasivo? Este es el momento en que me saltas encima, o algo así. Tsk, debí aprender técnicas de seducción de mi hermano y de Junsu.

Mokomichi finalmente sonrió. Y la siniestra rodeó la cintura del vampiro pegándole a su cuerpo.

— Puedo lucir tranquilo, casi indiferente, pero en mi pensamiento ya te estoy follando salvajemente, ChangMin.

— E-entonces, deja de pensarlo solamente. Aquella noche me tomaste con demasiada dulzura, hoy quiero que seas un poco más bruto, Hayami.


Cuando la comitiva tomó camino hacia la ciudad, varios autos y camionetas fueron necesarios. Moverse como grupo podía ser peligroso y llamar demasiado la atención, asi que en algún punto del camino tomaron rutas diferentes. Y aunque el viaje era serio, por el destino al final (Luken), todavía era imposible contener la personalidad de los más jóvenes.

— Sr. Park, ¿puedo ir con ustedes?

El azabache se atoró con su propia saliva. ¿Señor? ¿Le han llamado, señor? El tic nervioso en el ojo izquierdo era, honestamente, gracioso. Jung Ogazawara Kentaro estaba poniendo a prueba su paciencia. Esa que casi no posee.

— ¡Kentaro, ven aquí! — Chilló Tenshi a la distancia, casi mirando preocupado al azabache.

— Pero mamá, quiero ir con Chung-Hee. — Insistió, tratando de actuar lindo, pero sabiendo que no iba a comprar a su progenitor de todas formas.

— ¡Con un demonio, Kentaro! ¡Obedece a tu madre! — Fue HyunKi quien trinó entonces, lanzando una furiosa mirada a su hijo.

Keitaro y DaeHyun estaban la mar de entretenidos, además estaban obteniendo valioso material para mofarse de su hermano más tarde.

— Lo siento Sr. Park, no puedo acompañarlos después de todo.

— Una pena, tal vez la próxima, Kentaro. — Park dijo, sonriendo tan falsamente, que su amante se rio de buena gana, mientras su hija revoleaba los ojos y se preparaba para la rabieta de su hermano menor.

— Chung-Hee, extráñame bebé, pero soporta, son solo unas horas. — Dijo, alzando los labios en trompetilla, mientras era, literalmente, arrastrado por su padre de vuelta a otra camioneta. — Al menos déjame darle un beso de despedida~.

El menor Park estaba con tremenda venita palpitando en su sien.

— Disculpe, tío Yoochun. Por favor, comprenda a mi hijo, es demasiado insolente porque es joven.

— Tenshi, no pasa nada. Ve con tu familia, estamos retrasándonos.

— ¡Sí, señor! — Dijo, y apurado volvió a su camioneta. Arriba, su amante reñía a uno de los trillizos, quien escuchaba el regaño con un puchero en los labios. — ¿A quién sacaste de carácter, Kentaro? Nunca fui así, y tu padre tampoco.

— Tal vez soy adoptado. — Sus hermanos le dieron, al mismo tiempo, un golpe en la nuca.

En tanto la van de la familia Jung se ponía en orden, la de la familia Park tenía su propio revuelo. Cortesía de un Chung-Hee que trinaba contra Kentaro por llamarle “bebé”.

— ¿Qué tiene de malo? Cariño, tu padre me llama así también. Y es muy sexy, dulce también. — Junsu dijo, honestamente confiado de su experiencia.

— Es diferente, omma.

— Lo es, baby.

— Vaya, al fin en algo están de acuerdo ustedes dos. — El castaño dijo, cruzando los brazos con aire ofendido. Sí, no es precisamente feliz.

— Chung-Hee y yo estamos progresando en nuestra comunicación, baby. — Park dijo, mirando a su hijo menor a través del retrovisor. El muchacho sonrió.

La verdad es que sí.
Porque antes han tomado un peculiar acuerdo padre-hijo.

Entonces, ¿estás enamorado de Kentaro, Chung-Hee?

¡Claro que no!

Pero tú le gustas bastante.

Es porque ese tipo está en celo. Desde que cumplió 15 todo lo que quiere es estar pegado a mí.

El celo es peligroso.

Verdad que sí. No sé cómo mantener la distancia de él. Siempre consigue colarse a mi lado, ¡incluso sin que me de cuenta!

Puedo ayudar con eso, hijo.

¿Eh?

Bueno, si actúo como padre celoso, terminará rindiéndose. Tal vez.

Hágamos eso, papá.

¿Seguro?

¡Cien por ciento!

Si Junsu se entera, menuda pelea vamos a tener. — Pensó, mirando a su costado con ligero nerviosismo.

Y no era en vano, el castaño estaba escudriñándole con la mirada.

— ¿Y cómo consiguieron mejorar su comunicación tan repentinamente?

— Secreto, baby.

— Chung-Hee. — El castaño miró hacia el asiento trasero. Su hijo aclaró la garganta, miró de hito en hito a sus progenitores. — Cariño.

— Vamos, omma. Deja que papá y yo tengamos algunos secretos, estamos fortaleciendo nuestra relación.

El castaño suspiró. Presentía que algo no tan bueno se traían entre manos.
SooYun pensaba igual.

— Solo por esta vez.


Montados en una motocicleta, el ninja y su amante siguen de cerca el auto de los Jung, aunque solo el Diurno, el Adalid y la joven Joo Min lo ocupan, ya que el otro gemelo tomó otra ruta. Igual que casi todos.

Cuando el ninja aceleró, tomando ventaja del auto de los Jung, el agarre de su amante se hizo más fuerte en su cintura. Honestamente está sorprendido, después de la pequeña discusión que tuvieran la noche anterior, no esperaba que HyunShik decidiera estar con él. Después de todo, no le ha dado una respuesta clara sobre la paternidad. Pero, según Chiasa, no hay imposibles para ella.

¿Incluso si fisiológicamente no soy fértil? Ya sabes, mi esperma no es capaz de procrear.

Puedo mutar tu genética, específicamente esa que hace tus cargas seminales incapaces de dar vida. Pero, Byung Hyun, lo importante es que tú quieras tener familia con mi tío. HyunShik es mi familia, quiero hacerle feliz, pero no daré hijos no deseados por ambas partes. No más.

Aquella vez, el ninja simplemente le pidió tiempo a la muchacha para pensar. Con su joven amante no han retomado aquella conversación. Y las cosas entre ellos son, ciertamente, tensas.

Las inevitables horas de camino culminaron al crepúsculo, con tiempo de diferencia entre una llegada y otra, todos los clanes arribaron al edificio. Chiasa fue la única en recibirlos.

— Papi y mami siguen jugando a la casita desde anoche. — La muchacha dijo, sin rastro de vergüenza. — En más, todo ha estado tranquilo. Recibimos un mensaje de Nínive, quiere charlar con Lotus.

— De acuerdo, sígueme Lotus, también quiero saludarla. — Jung dijo, dirigiendo a lo muchacha a otro salón.

El Adalid Kim aprovechó para revisar la bitácora. Exactamente de la misma manera que hiciera su hermano el día anterior. Chiasa pensó que no había manera de negar el parentesco.

— Tío Jaejoong.

— Dime, cariño.

— Lo siento.

— ¿Por qué te disculpas, Chiasa?

— Por haber actuado egoístamente antes. Pero, me alegra saber que mi prima Joo Min es tan amada por ti y tío Yunho.

— Oh, cariño. No era necesario que te disculparas por eso. Fui feliz cuando la esperaba, y fui más feliz cuando la tuve en brazos al nacer, y cada día desde entonces.

— Aún así. Incluso si era una niña, tomé decisiones que no me correspondían.

— Tal vez fue así, Chiasa, pero todos sabemos que no había ni pizca de mala intención en tus acciones. Como tampoco la tuviste al partir antes de tiempo. Me alegra que ChangMin y tú hayan hecho las pases también.

En tanto.
Chung-Hee ha sido secuestrado por su no-novio Kentaro.
¡Justo frente a las narices de su padre!

— En serio, cómo mierda lo consigues Kentaro.

— Es el poder del amor~. ¡Ese que tú no quieres admitir por mí!

— Como sea, qué quieres, por qué nos encerramos en esta habitación.

— Bésame.

— ¿Ah?

— Q-u-i-e-r-o  q-u-e  m-e  b-e-s-e-s. — Dijo. Tan pausadamente que solo provocó el poco entusiasmo del menor Park.

— Pues no quiero besarte. Muévete, seguro ahora tendremos charla sobre estrategia y esas cosas.

— No lo creo, o ya estarían llamándonos.

— De todas formas, quítate Kentaro.

— Chung-Hee, ¿en verdad no te gusto? ¿Ni un poco?

— Ng. — El menor Park finalmente fue atrapado. Física y emocionalmente. Empujado contra el muro, e incapaz de soltar una absoluta negativa.

Por otro lado. Su hermano mayor era otra historia.
Y estaba más que entusiasmado compartiendo fogosos y profundos besos con su amante.

— Kenji~ basta~.

— Sí, sí. Solo uno más, ChulSoo.

Los hijos de la pareja estaban en la primera planta, junto a Moore y sus gemelas, observando la bitácora junto a Jaejoong.

Quienes tampoco estaban a la vista, eran el gemelo Jung y su ninja amante.

— HyunShik, cuando hayamos acabado con Luken, tengamos la familia que deseas. Y antes de que me malentiendas, no estoy intentando complacerte nada más. Aunque dudo de mis habilidades para ser un buen padre, quiero tener hijos contigo.

El gemelo Jung sollozó, y sonrió con lágrimas resbalando por sus mejillas cuando le escuchó decir aquello. Porque él sabe bien que su amante no es quien cumpla sus caprichos solo porque sí.

— Oye, no llores.

— Es porque me siento feliz. — Gimoteó, quitando los surcos húmedos de sus mejillas, pero perdiendo cada pequeña batalla contra sus propias lágrimas.

— Te van a escurrir mocos también. Y así parecerás un mocoso como cuando nos conocimos.

— Calla, eso no es romántico, Byung Hyun idiota.

El ninja sonrió, le atrapó en sus brazos y dulcemente comenzó a besarle. Saboreando lágrimas… y mocos también. En otra habitación, alguien más lloraba, de infinito placer.

ChangMin temblaba de pies a cabeza mientras la larga y endurecida erección de Hayami se enterraba tan profundamente que le revolvía las entrañas.

Continuará. 


¡Capítulo recién salido del horno!
Espero lo disfruten~ 

Ya Ne! ;D 

5 comentarios:

  1. �������� Felinaaaaa! Muchas gracias por este capitulo, es hermoso he llorado mucho por Hayami, por fin tiene el amor que tanto se merece!! Esta pareja siempre me hace feliz, una vez más muchísimas gracias, espero que estés bien, te mando un fuerte abrazo!

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  2. halo!!!!
    las cosas ya se arreglaron en la familia de min.... ahora solo falta ver como chiasa logra recuperar la confianza de los mas pequeños ya que habia otras formas de decirles las cosas
    jajajja... chun estara en serios problemas con junsu.... pero yo creo que es su forma de chun de ayudar a su hijo a ver en su interior.... ya que si quiere a kentaro pero todos sus problemas emocionales familiares e inseguridades no le permiten ver las cosas....
    me encanto el capitulo.... matta ne... <3

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  3. Hsggfkwdffffalalddks por fin esta regresando mi chiasa bonita lokito
    Omg omg omg acaso se vienen mas bbs 😍
    Hayami se merece uno con mimin *-*
    Y el clan renacer 😎

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  4. Me alegro que por fin Changmin y Chiasa hayna hablado y arreglado las cosas,pobre Chiasa ella tuvo que madurar rapidamente pero aun despues de todo lo que hizo la quieren por todos.
    Changmin y Hayami tambien hablaron y todas las dudas se fueron y eso permitio que Hayami se transformara.
    Cuando se entere Junsu del acuerdo de su hijo y Yoochun el estara en grandes problemas.
    ahora todos estan listos para enfrentar a Luken.
    Gracias por el cap

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  5. Estuvo genial el capituló! Me hubiera encantado poder leer el porno del hayamin xD
    Jajajaja No puedo creer q se le escaparán a YC la parejitas xD
    Sería padre que CM tuviera un hijo o más de hayami 😍

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