domingo, 20 de enero de 2019

Capítulo 23.



CAPÍTULO XXIII
THE AGE OF MIDNIGHT


Cuando el menor Park escuchó la estúpida pregunta del trillizo Jung-Ogazawara, estuvo tentado de apartarle y demandar soledad. Pero algo en el calor que emanaba del cuerpo del híbrido le hacía sentir tranquilo, así que le dejó ser. Tuvo entonces tiempo para pensar, para recordar y tratar de entender.

Vivir en una isla en la que no hay más personas que la propia familia, no era fácil. Al principio probablemente sí, cuando eran niños y todo lo que importaba era jugar, comer y dormir. Bueno, que era una vida súper. Entrada la pubertad, ni siquiera los entrenamientos eran solo diversión, todos habían adoptado otro nivel de seriedad. Pero Chiasa, la joven Ogazawara era otra historia. Estricta, firme, severa, seria. Esas eran palabras que encajaban muy bien con ella. La jovial chiquilla que corrió junto con ellos apenas unos meses atrás, de pronto se comportaba como otra adulta. Cuando ChangMin, Junsu y Jaejoong explicaron la razón a los más chicos, las razones casi habían sido superfluas y poco entendibles. Pero, de algún modo, había funcionado. Ellos también comenzaron a cambiar, a ser menos niños y más adolescentes.


Con todo lo que eso conllevaba.

Los juegos fueron cambiados por cambios inevitables del cuerpo, pero también del corazón. Sí, bueno, no eran solo hormonas, eran los primeros sentimientos. El primer sueño húmedo, la primera erección matutina, las primeras inquietudes por muchas cosas.
Ninguno estuvo exento. Cuando DaeHyun comenzó a molestar a Emma, y la chica encontró entretenido aquel jugueteo, no todos entendieron lo que estaba sucediendo. Pero, cuando los roces en los enfrentamientos de práctica comenzaron a provocar otras cosas y se hizo evidente en sus expresiones… bueno, hubo necesidad de incluir una clase de educación sexual en las jornadas educacionales que Reid y ChangMin encabezaban. La preocupación más grande entre los mayores era que aparecieran sentimientos entre familia. Una cosa ha sido aceptar la relación entre Tenshi y HyunKi pese al parentesco, y otra tener que asumirlo otra vez.

Por suerte, destino, quizá, las únicas atracciones claras entre los más chicos eran dos. Entre DaeHyun, uno de los trillizos de Tenshi y HyunKi; y Emma, hija de Reid y Derek; y el tierno coqueteo entre Joo Min, hija de Jaejoong y Yunho; y DongSun, trillizo de ChulSoo y Kenji. Sin embargo, justo frente a los ojos de todos, otra relación se había estado cocinando a hurtadillas. Quizá porque, inicialmente, había sido simple curiosidad.

¿Cómo se sentirá un beso? ¿El corazón palpita así con cualquiera? ¿Las erecciones matutinas realmente son normales? ¿Está bien si en mis sueños, es tu rostro el que aparece?

Cuando el grupo abandonó la isla y se reunieron finalmente con el resto de los clanes, para el menor Park evadir a su padre había sido simplemente lo normal. Porque no lo conoce, nunca lo ha tratado. Porque su madre siempre habló bien de él, pero daba la impresión de que escondía detalles, secretos. Porque sus hermanos siempre dijeron que era genial, un ser poderoso, un lycan como ninguno. Porque él, en la superficie, le odia; pero en el fondo, anhela conocer todo eso, y por sobre todo, lo que nunca le dijeron.

En el fondo, espera un romance como el de sus padres.
Y honestamente, su prospecto de amante no era precisamente el ideal.

— ¿Recuerdas nuestro primer beso? Realmente se sintió bien.

— Sí, incluso cuando metiste tu lengua y tocaste mi paladar. Se sintió raro pero, fue bueno.

— ¡Verdad! Una vez escuché a mi mamá contarle algo así a tu hermano.

El menor Park golpeó su frente. Ciertamente su hermano y el menor Ogazawara tenían conversaciones indiscretas sin siquiera mirar alrededor. Pero culparía a la isla por todos los traumas sufridos.

— ¿Y decidiste ponerlo en práctica? — Park siseó, fulminando con la mirada al otro.

— Bueno, mamá había dicho en aquella ocasión que un beso así lo hizo temblar de placer. Pero, tú no temblaste, ¿o sí?

— No fue para tanto. Se sintió bien, pero al final fue un poquito incómodo, tu rodilla presionó mi entrepierna y se me fue el aire.

— Tsk, fue porque no captaste la idea, Chung-Hee. Si hasta tu hermano dice que tus padres son los más pervertidos, no entiendo por qué tú no eres así.

El menor Park le tiró un gancho al hígado, dejándole momentáneamente sin aliento.

— Eres idiota, ¿verdad? ¿Por qué no heredaste la inteligencia de tu abuelo?

El trillizo Jung-Ogazawara se rio de forma cristalina, sobando su costado antes de pasar otra vez un brazo por los hombros del menor Park.

— Chung-Hee, calladito te ves más guapo. Sobre todo considerando el escándalo que tus padres se han montado hasta hace unos minutos.

— Te golpearé el rostro, Kentaro.

— Pero si es lo que te gusta de mí~.

— ¿Quién dijo eso?

— ¿No te gusta mi cara?

— Me gusta más tu cuerpo, sabes.

— ¡¿Acaso tenemos solo una relación física?!

El menor Park selló los labios. Honestamente, ¿no era así? Es decir, todo cuanto han hecho en el último año es experimentar los besos, las palpitaciones cuando se tocan aquí o allá. Venga, que ni siquiera han tenido sexo como tal. ¿Cómo podría ser más que solo algo físico?

Kentaro suspiró, apartó su mano y miró el cielo. En realidad, era una noche bonita; un cielo estrellado y una linda luna plateada a medio ciclo; aire fresco y olor a rocío. Y por encima de todo, sentado a lado de su novio. Porque lo son, ¿verdad?

— ¡Chung-Hee! — Exclamó, sujetándole los hombros y sacudiéndolo un poco.

— ¿Qué?

— ¿No somos novios?

— ¿Ah?

— ¡Te pregunto si acaso no piensas que somos novios!

— Bueno, no lo sé.

— ¡Cómo que no sabes! Te he dado todos mis primeros en la vida~.

— No todos, Kentaro.

— ¡El sexo no cuenta! — Exclamó, de pronto rojo hasta las orejas. — Aún. — Añadió, con aire tímido, reservado. Y un brillo pícaro en el fondo de sus grises pupilas.

— No voy a tener sexo contigo.

— ¿Qué? ¡Por qué no!

— No quiero.

— Chung-Hee~ no seas malito~. ¡Sigue el ejemplo de tus padres!

Cuando el menor Park le dirigió la mirada. Kentaro supo que era momento de tomar distancia. Alejarse de un salto, ponerse a la defensiva y sonreír con nerviosismo.

— Ven aquí, amorcito, voy a darle otras facciones a esa cara tuya.

— ¡En la cara no! ¡En la cara no~!

Convirtiéndose en lobos, el joven híbrido y el testarudo lycan, comenzaron a perseguirse cual dos cachorros jugando al azar. Si era amor o curiosidad, probablemente el tiempo lo diría. O el destino, o el peculiar imán de la atracción, fulminante al corazón, suave con el físico.


Faltaba poco para que el sol despuntara en el horizonte, el olor a rocío y el suave mecer de las hojas en el bosque dejaba una agradable sensación esa madrugada. Sin embargo, lejos de la calma que emitía la noche por terminar, los alrededores del castillo habían estado muy agitados. Desde el descarado encuentro lascivo de los lobos, hasta el sexo sensual de los vampiros, y la tierna reunión íntima de los más jóvenes.

Bien, casi tierna. Una vez que ChulSoo y Kenji han podido dar rienda suelta a sus deseos, la habitación compartida ha quedado impregnada de olor a sexo. Mucho sexo. Y los jóvenes han rodado sobre la cama, sudorosos y exhaustos. Terriblemente satisfechos.

— Eso estuvo, ¡genial! Nunca habías movido las caderas de esa manera. Ya me preocupé, ¿qué hiciste en la isla, ChulSoo?

Kenji dijo, con una estúpida sonrisa en los labios, el miembro descargado y todavía algunos rastros de semen y lubricante en él. Miraba al techo mientras respiraba agitado, el cabello pegado al rostro y algunos rasguños por aquí y allá enrojeciendo la piel, una que otra mordida y muchas marcas de beso.

— No seas ridículo. ¿Qué iba a hacer? Masturbarme de vez en cuando.

ChulSoo dijo con soltura, retirando gotas de sudor de su frente con el dorso de la mano, sacudiendo el flequillo negruzco y resoplando cuando se fijó en la cantidad de semen (propio) ensuciando su torso.

— ¿Cómo?

— ¡Ya lo viste~!

— No, no, solo vi cómo usabas una banana en el culo. Antes de empujar tus dedos también. El mío es grande, ¿cierto? Obvio que no tuvieras suficiente.  

— ¡Cállate, Kenji~! Dios, cuando lo dices es tan vergonzoso y pervertido~. — Exaltado, le lanzó una almohada al rostro. La que, hábilmente, su amante evitó.

— Pero si eres un pervertido, amor. ¿Te tengo que recordar la vez aquella en que te entregaste a mí usando unas bolas chinas? Deberíamos hacerlo de nuevo. — Dijo, acostándose de lado y mirándole con clara diversión en las pupilas.

— ¡Solo si las usas tú!

— Bueno, ya que insistes.

Algunos minutos después. Kenji en efecto estaba usando las bolas chinas. Claro que, no como ChulSoo lo había pensado, y es que sí era el híbrido el que estaba empujando las bolas, pero en el trasero de su amante.

— ¡Ngh~! ¡más, Kenji~!

— Mira que te hiciste más lascivo eh. Ya están todas dentro, amor. — El híbrido tiró del fino hilo, sacando una de las bolas, relamiéndose al ver el objeto sexual gotear, no precisamente solo lubricante, algo de semen y saliva iban mezclados ahí.

A cuatro sobre el lecho, el gemelo Park estaba más que complacido con el trato que estaba recibiendo de su amante. El joven híbrido tomó entonces el falo erecto de su amante, asiéndolo hacia atrás, presionando en el acto los testículos, masajeando el tronco y lamiendo la cabeza fálica. Por supuesto, el gemelo Park tembló y gimoteó de placer. Sus ojos lacrimosos suplicando por más, las bolas chinas golpeando las paredes de su cavidad anal, presionadas a diferentes niveles por los carnosos anillos.

Kenji succionó un poco más, tragando más que la punta fálica, casi hasta meter el pene de ChulSoo por completo en su boca, sintiendo cómo el grueso tronco roza contra sus mejillas bucales, el paladar y la garganta. El sabor agridulce de su semilla le impregnó las papilas gustativas, mandando el sabor hasta sus fosas nasales, sensibilizando todos sus sentidos. La faceta lobuna del híbrido rugió en su interior, ansiosa por poseer la dulce figura de su lascivo amante. Lanzando lejos las bolas chinas, el híbrido perfiló de nuevo su erección en la dilatada y mojada entrada, el agujero que se expandía y contraía palpitaba, y cuando el híbrido empujó un poco la pelvis, pareció tener vida propia, succionando el duro y grueso falo que gustoso aceptó la bienvenida.

— Mierda, ChulSoo. Se siente tan bien. — Gimiendo de placer, el híbrido comenzó a mover la pelvis, embistiendo profundamente la cavidad anal de su amante.

— ¡Ngh~ muévete más, Kenji~! ¡Ah~ ng~! — El gemelo Park gimoteó sin pizca de pudor. Honestamente olvidando el pequeño detalle de que este castillo es compartido. Por toda la familia. — ¡Kenji~!

El híbrido palmeó los glúteos de su amante. Embistiendo más fuerte, queriendo ir más profundo, pero sabiendo que era imposible. Su miembro estaba completamente dentro, saboreando la cavidad que durante esas semanas no pudo probar, deseando inconscientemente compensar los 18 años que dejó solo a su amante.

— ¡Maldición! Quiero permanecer así días enteros, ChulSoo.

La respuesta que recibió fue física, la honesta anatomía del lobo lo delató. El espasmo de su cuerpo, la contracción de su interior, el ronco gemido y la curva de su espina dorsal, la barbilla hacia el techo, y luego hacia atrás. Los pozos negros del lobo expresando lo que las palabras no podrían.

— Kenji~ así no~.

No es necesario decir más. El híbrido lo ha entendido. Porque ellos han aprendido a conocerse en la intimidad, más de lo que probablemente se conocen cotidianamente. Quizá porque ambos son un poco testarudos, o porque el sexo suele ser más fácil que una decisión madura. Lo que fuera, el híbrido abandonó el interior de su amante, le giró y volvió a penetrar el caliente cuerpo del lobo, sorprendiéndose de las uñas enterradas sorpresivamente en su espalda, de la necesidad del lobo por atraerle tan cerca que sus torsos quedaron pegados, el pene endurecido aprisionado entre sus vientres.

— Te amo, ChulSoo.

— También te amo, Kenji.

Los gemidos no se detuvieron ahí. Obviamente no. Sus cuerpos retomaron la danza, las caderas el vaivén. Las orejas lobunas del gemelo Park también aparecieron durante el sexo, así como sus colmillos y las filosas uñas que se ensañaron con la espalda y brazos del híbrido. A quien de todas formas no le importó, porque el dolor temporal era excitante y las heridas pronto sanaban gracias a su naturaleza nocturna. Lo valía todo siempre que siguiera aquella panorámica frente a sus ojos. Un Park-Kim ChulSoo completamente perdido, entregado, irracional. Fue entonces que el híbrido notó los sutiles cambios en su amante. 18 años por supuesto que no pasaron en vano. Se le veía un poco más maduro, con facciones más varoniles y encantadoras, también notó su musculatura más definida, seguramente sería más hábil en batalla.

— Ng~ Kenji~ me voy ng~ venir~.

— Hazlo, ChulSoo. Déjalo salir, amor.

Con sus cuerpos apretados, el híbrido solo tuvo que afianzar las manos en la cabeza y hombro de su amante, mientras él continuaba aferrado a sus hombros, y cuando penetró hasta el fondo, el calor que hormigueó contra sus vientres fue justamente el semen derramado, la potente eyaculación del lobo y sus placenteros espasmos. La contracción también exprimió la semilla del híbrido.


A temprana hora, los primeros en volver al castillo fueron el vampiro morocho y el teriántropo. Cuando el vampiro anunció que tomaría una ducha (con toda la intención de que su amante le acompañara), Mokomichi dijo que volvería más tarde.

— Quiero hablar con Chiasa.

— Pero ¿te irás así? Ya sabes, nuestro olor…

— Tienes razón, me ducharé rápidamente. Entremos juntos, ChangMin ah.

El morocho le siguió por inercia, honestamente contrariado. El sentimiento que se le anidó en el pecho era extraño, y no le gustaba. Porque sabe que está celoso, de su propia hija. Sin embargo, lo entiende. Para Chiasa, Hayami es su padre. Y para el teriántropo, actuar como tal parece ser tan fuerte como la naturaleza misma. En silencio, Mokomichi limpió su cuerpo, y con apenas un “vuelvo más tarde”, se despidió de su amante.

— Ni siquiera me besó otra vez. — Dijo, suspirando y quedándose en la tina, chapoteando el agua con aire distraído. — ¿Por qué lo siento tan distante? Incluso estuvimos haciendo el amor toda la noche. ¿Hice o dije algo mal?

En tanto el vampiro se drenaba el cerebro tratando de entender la actitud de su amante, el teriántropo había dado con la habitación de la menor Ogazawara. La joven bruja le permitió el paso tras escuchar los suaves golpeteos en la puerta.

— ¿Por qué escogiste la habitación más alejada de todas, Chiasa?

— Hola papi, también estoy feliz de verte tan lleno de energía. — La jovencita dijo con tono divertido. El teriántropo devolvió la sonrisa. — Es porque necesito pensar, todas las demás habitaciones estuvieron muy ruidosas toda la noche, tuve que hechizar la mía para evitar los sonidos.

— Bueno, todos estuvieron muy felices de volverse a ver.

— Sobre todo tío Junsu y tío Yoochun. Incluso me dio vergüenza escucharlos.

— Oh, seguro Junsu compartirá la vergüenza más tarde. Pero de Yoochun no espero nada.

Ambos se rieron al pensar en ello.

— ¿Por qué estás aquí, papi?

— ¿Qué? ¿No puedo? También quiero charlar contigo.

— Tenemos tiempo para eso, no nos moveremos de aquí en una semana.

— Sí, pero… — El teriántropo se recargó en un mueble junto a la puerta. — Chiasa, ¿cómo te fue en la isla?

— Bastante bien, ¿no es obvio?

— Porque no es obvio es que vine a preguntarte.

— En realidad estás aquí porque no puedes estar con mamá sin sentir que la sombra de mi padre Kenryu está detrás suyo, ¿verdad, Hayami-san?

Mokomichi le miró fijamente. Honestamente sorprendido por la facilidad con que la muchacha decía aquello, prácticamente sin perturbarse.

— ¿Soy tan transparente?

— Tus pensamientos son un caos, y recuerda que puedo ver a través de tus ojos. Estás tan aproblemado que ni siquiera fuiste consciente, tuve que hacer un gran esfuerzo para desconectarme, no me apetecía ver cómo tú y mamá tenían sexo.

— Perdón por eso.

— ¿Por qué tienes tanto miedo de ser feliz, Hayami-san?

— Ojala pudiera responderte, Chiasa.


A diferencia de los demás, la pareja conformada por Tenshi y HyunKi fue menos apasionada durante el re-encuentro. El gemelo Jung estaba ensimismado conociendo a sus hijos. Y, por qué no decirlo, orgulloso por haber tenido tres varones.

— Aunque me gustaría tener hijas también.

— No es como si dependiera de mí. — El menor Ogazawara dijo con una sonrisita.

— Tienes tres varones, pero todavía uno de nosotros es gay. Lo cual no nos importa. — DaeHyun, quien parecía ser más suelto de lengua y presto con el pensamiento, fue quien dijo, llevándose un trozo de pan con mermelada a la boca.

— Sí, soy gay pero no soy nada femenino, papá. Así que sigan esperando tener hijas en el futuro. — Kentaro dijo con orgullo, sorbiendo de su vaso de jugo verde.

HyunKi sonrió, entre sorprendido y cómplice. Aclaró la garganta y finalmente le preguntó a su hijo cómo sabía que era gay.

— Estoy enamorado de Chung-Hee desde que somos pubertos.

— ¿Chung-Hee? ¿El hijo de tío Junsu y tío Yoochun?

— Sí. ¿Por qué? ¿Tenemos un romance prohibido?

— N-no. No es eso. Solo, me sorprendió.

— Oh. Aunque estaba pensando que sería excitante tener un romance prohibido.

Tenshi le dirigió una mirada significativa a su hijo. Y él de inmediato se disculpó. Después de todo la relación de sus padres era, inevitablemente, un romance prohibido justamente.

— Kentaro, como papá te digo esto, y es un consejo, ten mucho cuidado con cómo te acercas a Chung-Hee.

— ¿Por qué?

— Bueno, tal vez tío Junsu aceptó amablemente que estuvieras enamorado de su hijo pero, tío Yoochun te aseguro, es muy diferente. Él es un lobo Alpha muy celoso con su manada, ¿entiendes?

Su hijo tragó hondo, palideciendo un poquito. Luego se preguntó si debería ir en busca de su aparente novio en ese momento. O esperar a verlo de forma natural más tarde. De todas formas, sabía que cuando su aparente novio hablara con su propio padre, él seguro tendría que ir y darle apoyo moral.


Cuando el alba despuntó, cierto par de lobos volvieron al castillo. Trepando por uno de los muros laterales porque, como era de esperarse, las ropas de ambos terminaron rasgadas o demasiado sucias como para usarse. Park, caballeroso como suele ser con su amante, decidió trepar en su forma lycan, con el desnudo Kim abrazado a su pecho. Y el rostro completamente colorado.

— No creo que sirva de mucho que te avergüences ahora, baby. Anoche estuviste tan ruidoso.

— ¡Cállate! ¿De quién fue culpa?

— Mía. Y no me arrepiento de nada.

— Claro que no, tú, lobo pervertido.

Farfullaba mientras buscaba ropa limpia que ponerse, una vez que se duchara apropiadamente.

— Y no me sigas, me voy a bañar solo.

— Pero baby.

— En lugar de reclamarme nada, piensa en cómo vas a hablar con tu hijo.

— Nh. Sí, sí. Lo sé. — Suspirando, el azabache todavía miró a su amante preparar todo en la ducha. — Déjame entrar, Su ah.

— ¿Te vas a portar bien?

— Lo prometo. — Dijo, muy solemnemente, así que fue invitado a la ducha. — Entonces, ¿cuándo comenzó a odiarme?

— Chung-Hee no te odia, Chun.

— Sí, me guarda rencor. La línea entre el odio y el rencor puede ser muy fácil de cruzar, y confusa.

El centinela suspiró.

— Tal vez comenzó cuando Chiasa les dijo que la única razón por la que existían era porque ella lo había decidido. Aquella tarde fue muy difícil para todos. Los chicos se sintieron traicionados y usados. Y no les culpo. Chiasa no eligió una forma sutil para decir las cosas. Pero también la entiendo, y no la culpo. No fue fácil para nadie vivir en la isla, aislados del exterior por 18 años.

— Debió ser muy estresante.

— Mucho. Cuando Chung-Hee escuchó eso de Chiasa me buscó, quería saber si era verdad. No pude mentirle. Y no tenía caso hacerlo, así que le dije que era verdad que había nacido porque Chiasa lo había hecho posible con su magia. Chung-Hee comenzó a distanciarse de mí entonces. ChulSoo y SooYun hicieron lo posible por hacerle sentir lo que realmente importaba entonces, que lo amábamos y no importaba nada más. El vínculo entre hermanos se fortaleció, pero conmigo. Chung-Hee también estaba resentido, Chun.

— Oh baby. Ven aquí. — Abrazándole, el azabache sintió el peso de la realidad. Del tiempo y la distancia. El centinela se aferró entonces a su espalda.

— Las cosas fueron tensas durante meses, los chicos rechazaban a Chiasa, y a ella solo le importaba que entrenaran y cultivaran su intelecto. Cada práctica se convirtió en una excusa para expresar sus emociones. Chiasa salía victoriosa cada vez, y se volvió imprudentemente exigente. Jaejoong y yo le pedimos a ChangMin que hablara con su hija. Pero incluso a él no lo escuchó, y solo terminaron teniendo una discusión dolorosa para la familia Ogazawara.

— ¿Kenryu fue mencionado?

— Sí. Chiasa fue dura con ChangMin entonces. Fue increíble, Chun. La adorable niña que todos conocíamos se había convertido en alguien extraño. Ni siquiera supe cómo consolar a ChangMin aquel día. Jaejoong intentó hacerlo, pero ChangMin se hizo el fuerte, diciendo que todo estaba bien. Y siguió como si hubiera sido una discusión sin relevancia.

— ¿Pero la relación entre ellos mejoró?

— Chiasa no volvió a ser la misma. Pero, ChangMin le trata como si nada hubiera pasado. Y nunca volví a mencionar el asunto. Chung-Hee se calmó un poco entonces, creo que sintió remordimiento. Y comenzó a ser más dulce conmigo, pero me pidió un favor. Me hizo prometer que lo haría, antes de decírmelo.

— ¿Qué fue?

— Que no le hablara de ti en adelante. No quería saber nada del padre que no estaba presente. Yoochun ah, lo siento. No supe qué hacer, si rompía la promesa y no confiaba más en mí, yo…

— Está bien, Junsu ah. Lo entiendo. No estoy enojado contigo, jamás podría. Tampoco estoy enojado con nuestro hijo. Solo, tengo que hablar con él.

— Es cabezadura, Chun.

— Ah, esos deben ser mis genes.

— Chun, es en serio.

— Lo sé. Baby, me conoces, sabes que soy testarudo y demasiado instintivo. Bueno, antes de conocerte, cabezadura era una forma más adecuada de llamarme.

El centinela suspiró. Otra vez. No tenía idea de cómo iba a terminar una charla entre su amante y su hijo.


— ¿Cuándo fue la última vez que te rasuraste, Yunho?

— Mh, lo olvidé. ¿Qué? ¿No te gusta?

— No me disgusta.

— Pero no te convence, eh.

El pelioscuro encogió los hombros. Y luego fue levantado en vilo para sentarle en la loza del lavabo en la ducha. El Diurno dejó en su mano una daga.

— ¿En serio, Yunho? ¿Acaso no tienes rasuradora y espuma?

— Pues no.

— Babo. Yo tengo, déjame busc… — Los labios de su amante sellaron los suyos. Al parecer no le dejarían moverse de ahí.

— Solo hazlo así. Estoy muy cómodo en este lugar, Jaejoong.

— ¿Entre mis piernas? — Dijo, elevando finamente una ceja.

— Sí. Entre tus piernas. Además, quiero saber sobre Joo Min.

— ¿Qué quieres saber sobre tu hija? Aunque podrías preguntarle directamente todo lo que quieras, sabes.

— Voy a hablar con ella en cuanto me dejes súper guapo para ella. Pero, quiero que me hables de las cosas que ella no sabe. Cómo era al nacer, cuál fue su primer palabra. Esa clase de cosas.

El vampiro sonrió. Honestamente conmovido de la tibieza que emanaban los sentimientos de su amante. Claramente tener una hija podía ser un peligroso punto débil para él. O, por el contrario, su mayor fortaleza.


Cuando SooYun entró a la habitación, respingó al ver ahí a EunMi, su linda sobrina sonrió como disculpa.

— ¿Qué haces aquí, EunMi?

— Mis papás siguen encerrados en su habitación, y mis hermanos andan haciendo el vago por ahí en alguna parte. Yo, quiero hablarte sobre algo, tía.

La gemela Park aclaró la garganta, tratando de ignorar el hecho de que su ropa estaba desordenada, que su cabello era un lío. Y que otro olor estaba impregnado en su piel. Cuando su padre se enterara.

— Oh, bien. Te escucho, EunMi.

— Estoy enamorada.

— Oh, pero eso es genial, ¿por qué pareces abrumada?

— De un hombre que ya tiene pareja.

— Oh. — La gemela Park se sentó junto a su sobrina. Eso reducía considerablemente las opciones. — ¿Quieres decirme quién es?

— HyunShik.

La gemela Park sintió una emoción familiar. Una especie de deja vú. ¿Era maldición para las niñas Park? Ella tuvo el corazón roto por HyunKi mucho tiempo atrás. Pero ahora, ¿su sobrina lo tendría por el otro gemelo Jung?


Justamente era uno de los gemelos Jung quien más estaba disfrutando el re-encontrarse con su amante. Desde el momento en que pudo abrazar a su amante, no ha querido soltarle. Y de eso hacía ya dos días para entonces.

— HyunShik, suelta.

— No quiero~.

— Vamos, quiero ir a orinar.

— Nh~. — A regañadientes, el gemelo dejó escapar a su amante del lecho.

Cuando el ninja fue a desahogar la vejiga, el gemelo Jung se revolvió perezosamente bajo las mantas. Sonriendo luego bobamente.

— ¿Deberíamos tomar una ducha ahora?

— ¿Por qué?

— No nos hemos bañado en dos días, HyunShik.

— Pero me gusta, tengo tu olor impregnado en mí~.

— No seas antihigiénico, vamos a ducharnos.

— Pero Byung Hyun~.

— Sin peros, mi olor ya es parte de ti seguramente. Lo hemos hecho sin descanso. Incluso hemos omitido las comidas.

— Tu sangre me es suficiente. — Dijo, relamiendo seductoramente sus labios, rozando con la lengua sus finos colmillos. — Y también te he dado de la mía.

— Sí, pero no es correcto. Yunho debe estar…

— Papá estará haciendo exactamente lo mismo con omma. Estuvieron 18 años separados, créeme, omma tiene mucha tensión sexual para desfogar.

— De todas formas. Ducha, luego iremos a saludar a los demás.

— Ng, como tú solo estuviste sin mí unos meses no estás tan desesperado por estar conmigo. Byung Hyun idiota.

— Escucha, sé que el tiempo transcurrió diferente para ambos. Pero no quiero solo tener sexo contigo, HyunShik. Eso ni siquiera es sano.

El gemelo miró a su amante.

— ¿Me extrañaste siquiera?

— Claro que sí.

— Pero no tanto como yo.

— Por eso te digo que…

— Sí, te escuché. El tiempo fue diferente para ambos. Pero, no creo que realmente lo entiendas Byung Hyun.

El ninja le miró con interrogación.

— Estuve en esa isla durante 18 años. Ayudé en el nacimiento de mis sobrinos, participé en su crianza. Fui parte de todo allí, ¿sabes? Y durante esos 18 años hubo una sola cosa que fue constante en mi pensamiento. ¿Podré tener hijos con Byung Hyun algún día? ¿Byung Hyun querrá tenerlos conmigo?

— HyunShik…

— No quiero hablar de eso.

— Oye…

— Voy a ducharme solo.

El gemelo Jung se encerró en la habitación de baño antes de que el ninja pudiera replicar o decir nada más. Lee se sentó en el lecho, pensando en cómo enfrentar a este HyunShik. Porque en efecto, 18 años han sido tiempo suficiente para ver sus cambios. Para saber que ha madurado, que le estuvo esperando desesperadamente.

¿Cómo le explico que es probable que no pueda darle hijos?



Tres días han pasado ya desde que los clanes se reunieron una vez más. Algunas relaciones se han dosificado, otras han sido demasiado tensas. La menor Ogazawara es consciente de todo eso.

— Byung Hyun, ¿puedo hablarte?

— Claro. Creciste bien, Chiasa.

— Gracias. Tío HyunShik vino a mí anoche. Pidiéndome un favor.

— Quiere tener hijos conmigo, ¿cierto?

— Sí. Mi pregunta es, ¿quieres tenerlos con él? ¿En medio de una guerra?


Continuará.


Pues siguen las actus constantes~ eso me hace feliz ;D 

Agradezco a las personas que se siguen pasando a leer este fic, y a las que se toman un minutito para dejarme su comentario. No es ni de cerca como cuando Break Up the Dark, pero presiento que es porque están ocupadas, y porque muchas dejaron de leer este fic desde que maté a Kenryu :D las decisiones no siempre gustan a todo mundo xD 

Ya Ne!  

6 comentarios:

  1. Kwgfjwjshfkwi se salto muuuucho xD pero rs que estor guardando valor para leers el yunjae xD awww hyunshik ;-; tranquis presiente
    O que van a venir mas bbs tu Dalai y disfruta el procedo OwO

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  2. Aaaaay este fic me hace tan feliz <3 que no me importa estar post turno ajaja qué mejor para comenzar este día de trabajo que no acaba desde ayer xD ya quiero ver como yoochun va a enfrentar a su hijo y al novio de su hijo y que va a decirle Byung Hyun a Chiasa, por cierto, me cae un poco mal ahora, Changmin tiene que arreglar algunas cosas aish espero ansiosa el siguiente!

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  3. ohhh!!!!!
    los despertares tan diferentes y a la vez tan llenos de ternura, cada uno a su manera, veran como salir de este embrollo.
    entiendo que chiasa quiera prepararlos para la crueldad de la vida pero no de manera tan fria, ella fue criada con amor no deberia haberselos dicho de esa forma...
    las cosas van tomando forma pero veo mas problemas en el horizonte.... matta ne... <3

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  4. Wow que capítulo tan bueno, pobre HayaMin creo que no están siendo felices como merecen, espero que puedan aclarar sus miedos, Yoochun va a tener que ganarse el amor y respeto de su hijo, Feli esto está muy interesante, valió la pena esperar, me da mucho gusto que la inspiración este acompañándote, muchísimas gracias y a esperar otro capítulo 😘

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  5. Cada pareja disfruta su encuentro,el YooSu si que han disfrutado su momento aunque todavia falta que ChunHee y Yoochun hablen y puedan arreglar las cosas,ChunHee esta confundido quiere una relacion como el de sus papas pero es distante con Kentaro.
    EunMi le toca sufrir lo mismo que SooYun sufrio.
    HyunShik quiere tener bebes pero quien sabe si Byung Hyun quiera.
    Hayami todavia le pesa la sombra de Kenryu y asi no puede ser feliz con Changmin ahora que el demuestra que se interesa por el.
    Gracias por el cap.

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