CAPÍTULO
XXIII
THE AGE OF MIDNIGHT
Cuando
el menor Park escuchó la estúpida
pregunta del trillizo Jung-Ogazawara, estuvo tentado de apartarle y demandar
soledad. Pero algo en el calor que emanaba del cuerpo del híbrido le hacía sentir
tranquilo, así que le dejó ser. Tuvo entonces tiempo para pensar, para recordar
y tratar de entender.
Vivir
en una isla en la que no hay más personas que la propia familia, no era fácil.
Al principio probablemente sí, cuando eran niños y todo lo que importaba era
jugar, comer y dormir. Bueno, que era una vida súper. Entrada la pubertad, ni
siquiera los entrenamientos eran solo diversión, todos habían adoptado otro
nivel de seriedad. Pero Chiasa, la joven Ogazawara era otra historia. Estricta,
firme, severa, seria. Esas eran palabras que encajaban muy bien con ella. La
jovial chiquilla que corrió junto con ellos apenas unos meses atrás, de pronto
se comportaba como otra adulta. Cuando ChangMin, Junsu y Jaejoong explicaron la
razón a los más chicos, las razones casi habían sido superfluas y poco
entendibles. Pero, de algún modo, había funcionado. Ellos también comenzaron a
cambiar, a ser menos niños y más adolescentes.
Con
todo lo que eso conllevaba.
Los
juegos fueron cambiados por cambios inevitables del cuerpo, pero también del
corazón. Sí, bueno, no eran solo hormonas, eran los primeros sentimientos. El
primer sueño húmedo, la primera erección matutina, las primeras inquietudes por
muchas cosas.
Ninguno
estuvo exento. Cuando DaeHyun comenzó a molestar a Emma, y la chica encontró
entretenido aquel jugueteo, no todos
entendieron lo que estaba sucediendo. Pero, cuando los roces en los
enfrentamientos de práctica comenzaron a provocar otras cosas y se hizo evidente en sus expresiones… bueno, hubo
necesidad de incluir una clase de educación sexual en las jornadas
educacionales que Reid y ChangMin encabezaban. La preocupación más grande entre
los mayores era que aparecieran sentimientos entre familia. Una cosa ha sido
aceptar la relación entre Tenshi y HyunKi pese al parentesco, y otra tener que
asumirlo otra vez.
Por
suerte, destino, quizá, las únicas atracciones claras entre los más chicos
eran dos. Entre DaeHyun, uno de los trillizos de Tenshi y HyunKi; y Emma, hija de Reid y Derek; y el tierno coqueteo entre Joo Min, hija de Jaejoong y
Yunho; y DongSun, trillizo de ChulSoo y Kenji. Sin embargo, justo frente a
los ojos de todos, otra relación se había estado cocinando a hurtadillas. Quizá porque, inicialmente, había sido
simple curiosidad.
¿Cómo se sentirá un beso?
¿El corazón palpita así con cualquiera? ¿Las erecciones matutinas realmente son
normales? ¿Está bien si en mis sueños, es tu rostro el que aparece?
Cuando
el grupo abandonó la isla y se reunieron finalmente con el resto de los clanes,
para el menor Park evadir a su padre había sido simplemente lo normal. Porque
no lo conoce, nunca lo ha tratado. Porque su madre siempre habló bien de él, pero daba la impresión de que
escondía detalles, secretos. Porque sus hermanos siempre dijeron que era
genial, un ser poderoso, un lycan como ninguno. Porque él, en la superficie, le
odia; pero en el fondo, anhela
conocer todo eso, y por sobre todo, lo que nunca le dijeron.
En
el fondo, espera un romance como el de sus padres.
Y
honestamente, su prospecto de amante no era precisamente el ideal.
—
¿Recuerdas nuestro primer beso? Realmente se sintió bien.
—
Sí, incluso cuando metiste tu lengua y tocaste mi paladar. Se sintió raro pero,
fue bueno.
—
¡Verdad! Una vez escuché a mi mamá
contarle algo así a tu hermano.
El
menor Park golpeó su frente. Ciertamente su hermano y el menor Ogazawara tenían
conversaciones indiscretas sin siquiera mirar alrededor. Pero culparía a la
isla por todos los traumas sufridos.
—
¿Y decidiste ponerlo en práctica? — Park siseó, fulminando con la mirada al
otro.
—
Bueno, mamá había dicho en aquella
ocasión que un beso así lo hizo temblar de placer. Pero, tú no temblaste, ¿o
sí?
—
No fue para tanto. Se sintió bien, pero al final fue un poquito incómodo, tu
rodilla presionó mi entrepierna y se me fue el aire.
—
Tsk, fue porque no captaste la idea, Chung-Hee. Si hasta tu hermano dice que
tus padres son los más pervertidos, no entiendo por qué tú no eres así.
El
menor Park le tiró un gancho al hígado, dejándole momentáneamente sin aliento.
—
Eres idiota, ¿verdad? ¿Por qué no heredaste la inteligencia de tu abuelo?
El
trillizo Jung-Ogazawara se rio de forma cristalina, sobando su costado antes de
pasar otra vez un brazo por los hombros del menor Park.
—
Chung-Hee, calladito te ves más guapo. Sobre todo considerando el escándalo que
tus padres se han montado hasta hace unos minutos.
—
Te golpearé el rostro, Kentaro.
—
Pero si es lo que te gusta de mí~.
—
¿Quién dijo eso?
—
¿No te gusta mi cara?
—
Me gusta más tu cuerpo, sabes.
—
¡¿Acaso tenemos solo una relación física?!
El
menor Park selló los labios. Honestamente, ¿no era así? Es decir, todo cuanto
han hecho en el último año es experimentar los besos, las palpitaciones cuando
se tocan aquí o allá. Venga, que ni siquiera han tenido sexo como tal. ¿Cómo
podría ser más que solo algo físico?
Kentaro
suspiró, apartó su mano y miró el cielo. En realidad, era una noche bonita; un
cielo estrellado y una linda luna plateada a medio ciclo; aire fresco y olor a
rocío. Y por encima de todo, sentado a lado de su novio. Porque lo son,
¿verdad?
—
¡Chung-Hee! — Exclamó, sujetándole los hombros y sacudiéndolo un poco.
—
¿Qué?
—
¿No somos novios?
—
¿Ah?
—
¡Te pregunto si acaso no piensas que somos novios!
—
Bueno, no lo sé.
—
¡Cómo que no sabes! Te he dado todos mis primeros en la vida~.
—
No todos, Kentaro.
—
¡El sexo no cuenta! — Exclamó, de pronto rojo hasta las orejas. — Aún. —
Añadió, con aire tímido, reservado. Y un brillo pícaro en el fondo de sus
grises pupilas.
—
No voy a tener sexo contigo.
—
¿Qué? ¡Por qué no!
—
No quiero.
—
Chung-Hee~ no seas malito~. ¡Sigue el ejemplo de tus padres!
Cuando
el menor Park le dirigió la mirada. Kentaro supo que era momento de tomar
distancia. Alejarse de un salto, ponerse a la defensiva y sonreír con
nerviosismo.
—
Ven aquí, amorcito, voy a darle otras
facciones a esa cara tuya.
—
¡En la cara no! ¡En la cara no~!
Convirtiéndose
en lobos, el joven híbrido y el testarudo lycan, comenzaron a perseguirse cual
dos cachorros jugando al azar. Si era amor o curiosidad, probablemente el
tiempo lo diría. O el destino, o el peculiar imán de la atracción, fulminante
al corazón, suave con el físico.
…
Faltaba
poco para que el sol despuntara en el horizonte, el olor a rocío y el suave
mecer de las hojas en el bosque dejaba una agradable sensación esa madrugada.
Sin embargo, lejos de la calma que emitía la noche por terminar, los
alrededores del castillo habían estado muy agitados. Desde el descarado
encuentro lascivo de los lobos, hasta el sexo sensual de los vampiros, y la
tierna reunión íntima de los más jóvenes.
Bien,
casi tierna. Una vez que ChulSoo y Kenji han podido dar rienda suelta a sus
deseos, la habitación compartida ha quedado impregnada de olor a sexo. Mucho
sexo. Y los jóvenes han rodado sobre la cama, sudorosos y exhaustos.
Terriblemente satisfechos.
—
Eso estuvo, ¡genial! Nunca habías movido las caderas de esa manera. Ya me
preocupé, ¿qué hiciste en la isla, ChulSoo?
Kenji
dijo, con una estúpida sonrisa en los labios, el miembro descargado y todavía
algunos rastros de semen y lubricante en él. Miraba al techo mientras respiraba
agitado, el cabello pegado al rostro y algunos rasguños por aquí y allá
enrojeciendo la piel, una que otra mordida y muchas marcas de beso.
—
No seas ridículo. ¿Qué iba a hacer? Masturbarme de vez en cuando.
ChulSoo
dijo con soltura, retirando gotas de sudor de su frente con el dorso de la
mano, sacudiendo el flequillo negruzco y resoplando cuando se fijó en la
cantidad de semen (propio) ensuciando su torso.
—
¿Cómo?
—
¡Ya lo viste~!
—
No, no, solo vi cómo usabas una banana en el culo. Antes de empujar tus dedos
también. El mío es grande, ¿cierto? Obvio que no tuvieras suficiente.
—
¡Cállate, Kenji~! Dios, cuando lo dices es tan vergonzoso y pervertido~. —
Exaltado, le lanzó una almohada al rostro. La que, hábilmente, su amante evitó.
—
Pero si eres un pervertido, amor. ¿Te tengo que recordar la vez aquella en que
te entregaste a mí usando unas bolas chinas? Deberíamos hacerlo de nuevo. —
Dijo, acostándose de lado y mirándole con clara diversión en las pupilas.
—
¡Solo si las usas tú!
—
Bueno, ya que insistes.
Algunos
minutos después. Kenji en efecto estaba usando las bolas chinas. Claro que, no
como ChulSoo lo había pensado, y es que sí era el híbrido el que estaba
empujando las bolas, pero en el trasero de su amante.
—
¡Ngh~! ¡más, Kenji~!
—
Mira que te hiciste más lascivo eh. Ya están todas dentro, amor. — El híbrido
tiró del fino hilo, sacando una de las bolas, relamiéndose al ver el objeto
sexual gotear, no precisamente solo lubricante, algo de semen y saliva iban
mezclados ahí.
A
cuatro sobre el lecho, el gemelo Park estaba más que complacido con el trato
que estaba recibiendo de su amante. El joven híbrido tomó entonces el falo
erecto de su amante, asiéndolo hacia atrás, presionando en el acto los testículos,
masajeando el tronco y lamiendo la cabeza fálica. Por supuesto, el gemelo Park
tembló y gimoteó de placer. Sus ojos lacrimosos suplicando por más, las bolas
chinas golpeando las paredes de su cavidad anal, presionadas a diferentes
niveles por los carnosos anillos.
Kenji
succionó un poco más, tragando más que la punta fálica, casi hasta meter el
pene de ChulSoo por completo en su boca, sintiendo cómo el grueso tronco roza
contra sus mejillas bucales, el paladar y la garganta. El sabor agridulce de su
semilla le impregnó las papilas gustativas, mandando el sabor hasta sus fosas nasales,
sensibilizando todos sus sentidos. La faceta lobuna del híbrido rugió en su
interior, ansiosa por poseer la dulce figura de su lascivo amante. Lanzando
lejos las bolas chinas, el híbrido perfiló de nuevo su erección en la dilatada
y mojada entrada, el agujero que se expandía y contraía palpitaba, y cuando el
híbrido empujó un poco la pelvis, pareció tener vida propia, succionando el
duro y grueso falo que gustoso aceptó la bienvenida.
—
Mierda, ChulSoo. Se siente tan bien. — Gimiendo de placer, el híbrido comenzó a
mover la pelvis, embistiendo profundamente la cavidad anal de su amante.
—
¡Ngh~ muévete más, Kenji~! ¡Ah~ ng~! — El gemelo Park gimoteó sin pizca de
pudor. Honestamente olvidando el pequeño
detalle de que este castillo es compartido. Por toda la familia. — ¡Kenji~!
El
híbrido palmeó los glúteos de su amante. Embistiendo más fuerte, queriendo ir
más profundo, pero sabiendo que era imposible. Su miembro estaba completamente
dentro, saboreando la cavidad que durante esas semanas no pudo probar, deseando
inconscientemente compensar los 18 años que dejó solo a su amante.
—
¡Maldición! Quiero permanecer así días enteros, ChulSoo.
La
respuesta que recibió fue física, la honesta anatomía del lobo lo delató. El espasmo
de su cuerpo, la contracción de su interior, el ronco gemido y la curva de su
espina dorsal, la barbilla hacia el techo, y luego hacia atrás. Los pozos
negros del lobo expresando lo que las palabras no podrían.
—
Kenji~ así no~.
No
es necesario decir más. El híbrido lo ha entendido. Porque ellos han aprendido
a conocerse en la intimidad, más de lo que probablemente se conocen
cotidianamente. Quizá porque ambos son un poco testarudos, o porque el sexo
suele ser más fácil que una decisión madura. Lo que fuera, el híbrido abandonó
el interior de su amante, le giró y volvió a penetrar el caliente cuerpo del lobo,
sorprendiéndose de las uñas enterradas sorpresivamente en su espalda, de la necesidad
del lobo por atraerle tan cerca que sus torsos quedaron pegados, el pene
endurecido aprisionado entre sus vientres.
—
Te amo, ChulSoo.
—
También te amo, Kenji.
Los
gemidos no se detuvieron ahí. Obviamente no. Sus cuerpos retomaron la danza,
las caderas el vaivén. Las orejas lobunas del gemelo Park también aparecieron
durante el sexo, así como sus colmillos y las filosas uñas que se ensañaron con
la espalda y brazos del híbrido. A quien de todas formas no le importó, porque
el dolor temporal era excitante y las heridas pronto sanaban gracias a su
naturaleza nocturna. Lo valía todo siempre que siguiera aquella panorámica frente
a sus ojos. Un Park-Kim ChulSoo completamente perdido, entregado, irracional. Fue
entonces que el híbrido notó los sutiles cambios en su amante. 18 años por
supuesto que no pasaron en vano. Se le veía un poco más maduro, con facciones
más varoniles y encantadoras, también notó su musculatura más definida,
seguramente sería más hábil en batalla.
—
Ng~ Kenji~ me voy ng~ venir~.
—
Hazlo, ChulSoo. Déjalo salir, amor.
Con
sus cuerpos apretados, el híbrido solo tuvo que afianzar las manos en la cabeza
y hombro de su amante, mientras él continuaba aferrado a sus hombros, y cuando
penetró hasta el fondo, el calor que hormigueó contra sus vientres fue
justamente el semen derramado, la potente eyaculación del lobo y sus
placenteros espasmos. La contracción también exprimió la semilla del híbrido.
…
A
temprana hora, los primeros en volver al castillo fueron el vampiro morocho y
el teriántropo. Cuando el vampiro anunció que tomaría una ducha (con toda la
intención de que su amante le acompañara), Mokomichi dijo que volvería más
tarde.
—
Quiero hablar con Chiasa.
—
Pero ¿te irás así? Ya sabes, nuestro olor…
—
Tienes razón, me ducharé rápidamente. Entremos juntos, ChangMin ah.
El
morocho le siguió por inercia, honestamente contrariado. El sentimiento que se
le anidó en el pecho era extraño, y no le gustaba. Porque sabe que está celoso,
de su propia hija. Sin embargo, lo entiende. Para Chiasa, Hayami es su padre. Y
para el teriántropo, actuar como tal parece ser tan fuerte como la naturaleza
misma. En silencio, Mokomichi limpió su cuerpo, y con apenas un “vuelvo más
tarde”, se despidió de su amante.
—
Ni siquiera me besó otra vez. — Dijo, suspirando y quedándose en la tina,
chapoteando el agua con aire distraído. — ¿Por qué lo siento tan distante? Incluso
estuvimos haciendo el amor toda la noche. ¿Hice o dije algo mal?
En
tanto el vampiro se drenaba el cerebro tratando de entender la actitud de su
amante, el teriántropo había dado con la habitación de la menor Ogazawara. La joven
bruja le permitió el paso tras escuchar los suaves golpeteos en la puerta.
—
¿Por qué escogiste la habitación más alejada de todas, Chiasa?
—
Hola papi, también estoy feliz de
verte tan lleno de energía. — La jovencita dijo con tono divertido. El teriántropo
devolvió la sonrisa. — Es porque necesito pensar, todas las demás habitaciones estuvieron
muy ruidosas toda la noche, tuve que hechizar la mía para evitar los sonidos.
—
Bueno, todos estuvieron muy felices de volverse a ver.
—
Sobre todo tío Junsu y tío Yoochun. Incluso me dio vergüenza escucharlos.
—
Oh, seguro Junsu compartirá la vergüenza más tarde. Pero de Yoochun no espero
nada.
Ambos
se rieron al pensar en ello.
—
¿Por qué estás aquí, papi?
—
¿Qué? ¿No puedo? También quiero charlar contigo.
—
Tenemos tiempo para eso, no nos moveremos de aquí en una semana.
—
Sí, pero… — El teriántropo se recargó en un mueble junto a la puerta. — Chiasa,
¿cómo te fue en la isla?
—
Bastante bien, ¿no es obvio?
—
Porque no es obvio es que vine a preguntarte.
—
En realidad estás aquí porque no puedes estar con mamá sin sentir que la sombra de mi padre Kenryu está detrás suyo,
¿verdad, Hayami-san?
Mokomichi
le miró fijamente. Honestamente sorprendido por la facilidad con que la muchacha
decía aquello, prácticamente sin perturbarse.
—
¿Soy tan transparente?
—
Tus pensamientos son un caos, y recuerda que puedo ver a través de tus ojos. Estás
tan aproblemado que ni siquiera fuiste consciente, tuve que hacer un gran
esfuerzo para desconectarme, no me apetecía ver cómo tú y mamá tenían sexo.
—
Perdón por eso.
—
¿Por qué tienes tanto miedo de ser feliz, Hayami-san?
—
Ojala pudiera responderte, Chiasa.
…
A
diferencia de los demás, la pareja conformada por Tenshi y HyunKi fue menos apasionada durante el re-encuentro. El gemelo
Jung estaba ensimismado conociendo a sus hijos. Y, por qué no decirlo,
orgulloso por haber tenido tres varones.
—
Aunque me gustaría tener hijas también.
—
No es como si dependiera de mí. — El menor Ogazawara dijo con una sonrisita.
—
Tienes tres varones, pero todavía uno de nosotros es gay. Lo cual no nos
importa. — DaeHyun, quien parecía ser más suelto de lengua y presto con el
pensamiento, fue quien dijo, llevándose un trozo de pan con mermelada a la
boca.
—
Sí, soy gay pero no soy nada femenino, papá. Así que sigan esperando tener hijas
en el futuro. — Kentaro dijo con orgullo, sorbiendo de su vaso de jugo verde.
HyunKi
sonrió, entre sorprendido y cómplice. Aclaró la garganta y finalmente le preguntó
a su hijo cómo sabía que era gay.
—
Estoy enamorado de Chung-Hee desde que somos pubertos.
—
¿Chung-Hee? ¿El hijo de tío Junsu y tío Yoochun?
—
Sí. ¿Por qué? ¿Tenemos un romance prohibido?
—
N-no. No es eso. Solo, me sorprendió.
—
Oh. Aunque estaba pensando que sería excitante tener un romance prohibido.
Tenshi
le dirigió una mirada significativa a su hijo. Y él de inmediato se disculpó. Después
de todo la relación de sus padres era, inevitablemente, un romance prohibido
justamente.
—
Kentaro, como papá te digo esto, y es un consejo, ten mucho cuidado con cómo te
acercas a Chung-Hee.
—
¿Por qué?
—
Bueno, tal vez tío Junsu aceptó
amablemente que estuvieras enamorado de su hijo pero, tío Yoochun te aseguro, es muy diferente. Él es un lobo Alpha muy
celoso con su manada, ¿entiendes?
Su
hijo tragó hondo, palideciendo un poquito. Luego se preguntó si debería ir en busca
de su aparente novio en ese momento. O
esperar a verlo de forma natural más tarde. De todas formas, sabía que cuando
su aparente novio hablara con su
propio padre, él seguro tendría que ir y darle apoyo moral.
…
Cuando
el alba despuntó, cierto par de lobos volvieron al castillo. Trepando por uno
de los muros laterales porque, como era de esperarse, las ropas de ambos
terminaron rasgadas o demasiado sucias como para usarse. Park, caballeroso como
suele ser con su amante, decidió trepar en su forma lycan, con el desnudo Kim
abrazado a su pecho. Y el rostro completamente colorado.
—
No creo que sirva de mucho que te avergüences ahora, baby. Anoche estuviste tan
ruidoso.
—
¡Cállate! ¿De quién fue culpa?
—
Mía. Y no me arrepiento de nada.
—
Claro que no, tú, lobo pervertido.
Farfullaba
mientras buscaba ropa limpia que ponerse, una vez que se duchara apropiadamente.
—
Y no me sigas, me voy a bañar solo.
—
Pero baby.
—
En lugar de reclamarme nada, piensa en cómo vas a hablar con tu hijo.
—
Nh. Sí, sí. Lo sé. — Suspirando, el azabache todavía miró a su amante preparar
todo en la ducha. — Déjame entrar, Su ah.
—
¿Te vas a portar bien?
—
Lo prometo. — Dijo, muy solemnemente, así que fue invitado a la ducha. — Entonces,
¿cuándo comenzó a odiarme?
—
Chung-Hee no te odia, Chun.
—
Sí, me guarda rencor. La línea entre el odio y el rencor puede ser muy fácil de
cruzar, y confusa.
El
centinela suspiró.
—
Tal vez comenzó cuando Chiasa les dijo que la única razón por la que existían
era porque ella lo había decidido. Aquella tarde fue muy difícil para todos. Los
chicos se sintieron traicionados y usados. Y no les culpo. Chiasa no eligió una
forma sutil para decir las cosas. Pero también la entiendo, y no la culpo. No fue
fácil para nadie vivir en la isla, aislados del exterior por 18 años.
—
Debió ser muy estresante.
—
Mucho. Cuando Chung-Hee escuchó eso de Chiasa me buscó, quería saber si era
verdad. No pude mentirle. Y no tenía caso hacerlo, así que le dije que era
verdad que había nacido porque Chiasa lo había hecho posible con su magia.
Chung-Hee comenzó a distanciarse de mí entonces. ChulSoo y SooYun hicieron lo posible
por hacerle sentir lo que realmente importaba entonces, que lo amábamos y no
importaba nada más. El vínculo entre hermanos se fortaleció, pero conmigo.
Chung-Hee también estaba resentido, Chun.
—
Oh baby. Ven aquí. — Abrazándole, el azabache sintió el peso de la realidad. Del
tiempo y la distancia. El centinela se aferró entonces a su espalda.
—
Las cosas fueron tensas durante meses, los chicos rechazaban a Chiasa, y a ella
solo le importaba que entrenaran y cultivaran su intelecto. Cada práctica se convirtió
en una excusa para expresar sus emociones. Chiasa salía victoriosa cada vez, y
se volvió imprudentemente exigente. Jaejoong y yo le pedimos a ChangMin que
hablara con su hija. Pero incluso a él no lo escuchó, y solo terminaron teniendo
una discusión dolorosa para la familia Ogazawara.
—
¿Kenryu fue mencionado?
—
Sí. Chiasa fue dura con ChangMin entonces. Fue increíble, Chun. La adorable
niña que todos conocíamos se había convertido en alguien extraño. Ni siquiera
supe cómo consolar a ChangMin aquel día. Jaejoong intentó hacerlo, pero
ChangMin se hizo el fuerte, diciendo que todo estaba bien. Y siguió como si hubiera
sido una discusión sin relevancia.
—
¿Pero la relación entre ellos mejoró?
—
Chiasa no volvió a ser la misma. Pero, ChangMin le trata como si nada hubiera
pasado. Y nunca volví a mencionar el asunto. Chung-Hee se calmó un poco
entonces, creo que sintió remordimiento. Y comenzó a ser más dulce conmigo, pero
me pidió un favor. Me hizo prometer que lo haría, antes de decírmelo.
—
¿Qué fue?
—
Que no le hablara de ti en adelante. No quería saber nada del padre que no
estaba presente. Yoochun ah, lo siento. No supe qué hacer, si rompía la promesa
y no confiaba más en mí, yo…
—
Está bien, Junsu ah. Lo entiendo. No estoy enojado contigo, jamás podría. Tampoco
estoy enojado con nuestro hijo. Solo, tengo que hablar con él.
—
Es cabezadura, Chun.
—
Ah, esos deben ser mis genes.
—
Chun, es en serio.
—
Lo sé. Baby, me conoces, sabes que soy testarudo y demasiado instintivo. Bueno,
antes de conocerte, cabezadura era una forma más adecuada de llamarme.
El
centinela suspiró. Otra vez. No tenía idea de cómo iba a terminar una charla
entre su amante y su hijo.
…
—
¿Cuándo fue la última vez que te rasuraste, Yunho?
—
Mh, lo olvidé. ¿Qué? ¿No te gusta?
—
No me disgusta.
—
Pero no te convence, eh.
El
pelioscuro encogió los hombros. Y luego fue levantado en vilo para sentarle en
la loza del lavabo en la ducha. El Diurno dejó en su mano una daga.
—
¿En serio, Yunho? ¿Acaso no tienes rasuradora y espuma?
—
Pues no.
—
Babo. Yo tengo, déjame busc… — Los labios de su amante sellaron los suyos. Al parecer
no le dejarían moverse de ahí.
—
Solo hazlo así. Estoy muy cómodo en este lugar, Jaejoong.
—
¿Entre mis piernas? — Dijo, elevando finamente una ceja.
—
Sí. Entre tus piernas. Además, quiero saber sobre Joo Min.
—
¿Qué quieres saber sobre tu hija? Aunque podrías preguntarle directamente todo
lo que quieras, sabes.
—
Voy a hablar con ella en cuanto me dejes súper guapo para ella. Pero, quiero
que me hables de las cosas que ella no sabe. Cómo era al nacer, cuál fue su
primer palabra. Esa clase de cosas.
El
vampiro sonrió. Honestamente conmovido de la tibieza que emanaban los
sentimientos de su amante. Claramente tener una hija podía ser un peligroso
punto débil para él. O, por el contrario, su mayor fortaleza.
…
Cuando
SooYun entró a la habitación, respingó al ver ahí a EunMi, su linda sobrina
sonrió como disculpa.
—
¿Qué haces aquí, EunMi?
—
Mis papás siguen encerrados en su habitación, y mis hermanos andan haciendo el
vago por ahí en alguna parte. Yo, quiero hablarte sobre algo, tía.
La
gemela Park aclaró la garganta, tratando de ignorar el hecho de que su ropa
estaba desordenada, que su cabello era un lío. Y que otro olor estaba
impregnado en su piel. Cuando su padre se enterara.
—
Oh, bien. Te escucho, EunMi.
—
Estoy enamorada.
—
Oh, pero eso es genial, ¿por qué pareces abrumada?
—
De un hombre que ya tiene pareja.
—
Oh. — La gemela Park se sentó junto a su sobrina. Eso reducía considerablemente
las opciones. — ¿Quieres decirme quién es?
—
HyunShik.
La
gemela Park sintió una emoción familiar. Una especie de deja vú. ¿Era maldición para las niñas Park? Ella tuvo el corazón
roto por HyunKi mucho tiempo atrás. Pero ahora, ¿su sobrina lo tendría por el
otro gemelo Jung?
…
Justamente
era uno de los gemelos Jung quien más estaba disfrutando el re-encontrarse con
su amante. Desde el momento en que pudo abrazar a su amante, no ha querido soltarle.
Y de eso hacía ya dos días para entonces.
—
HyunShik, suelta.
—
No quiero~.
—
Vamos, quiero ir a orinar.
—
Nh~. — A regañadientes, el gemelo dejó escapar a su amante del lecho.
Cuando
el ninja fue a desahogar la vejiga, el gemelo Jung se revolvió perezosamente bajo
las mantas. Sonriendo luego bobamente.
—
¿Deberíamos tomar una ducha ahora?
—
¿Por qué?
—
No nos hemos bañado en dos días, HyunShik.
—
Pero me gusta, tengo tu olor impregnado en mí~.
—
No seas antihigiénico, vamos a ducharnos.
—
Pero Byung Hyun~.
—
Sin peros, mi olor ya es parte de ti seguramente. Lo hemos hecho sin descanso. Incluso
hemos omitido las comidas.
—
Tu sangre me es suficiente. — Dijo, relamiendo seductoramente sus labios,
rozando con la lengua sus finos colmillos. — Y también te he dado de la mía.
—
Sí, pero no es correcto. Yunho debe estar…
—
Papá estará haciendo exactamente lo mismo con omma. Estuvieron 18 años separados, créeme, omma tiene mucha tensión sexual para desfogar.
—
De todas formas. Ducha, luego iremos a saludar a los demás.
—
Ng, como tú solo estuviste sin mí unos meses no estás tan desesperado por estar
conmigo. Byung Hyun idiota.
—
Escucha, sé que el tiempo transcurrió diferente para ambos. Pero no quiero solo
tener sexo contigo, HyunShik. Eso ni siquiera es sano.
El
gemelo miró a su amante.
—
¿Me extrañaste siquiera?
—
Claro que sí.
—
Pero no tanto como yo.
—
Por eso te digo que…
—
Sí, te escuché. El tiempo fue diferente para ambos. Pero, no creo que realmente
lo entiendas Byung Hyun.
El
ninja le miró con interrogación.
—
Estuve en esa isla durante 18 años. Ayudé en el nacimiento de mis sobrinos,
participé en su crianza. Fui parte de todo allí, ¿sabes? Y durante esos 18 años
hubo una sola cosa que fue constante en mi pensamiento. ¿Podré tener hijos con
Byung Hyun algún día? ¿Byung Hyun querrá tenerlos conmigo?
—
HyunShik…
—
No quiero hablar de eso.
—
Oye…
—
Voy a ducharme solo.
El
gemelo Jung se encerró en la habitación de baño antes de que el ninja pudiera
replicar o decir nada más. Lee se sentó en el lecho, pensando en cómo enfrentar
a este HyunShik. Porque en efecto, 18 años han sido tiempo suficiente para ver
sus cambios. Para saber que ha madurado, que le estuvo esperando desesperadamente.
—
¿Cómo le explico que es probable que no
pueda darle hijos?
…
Tres
días han pasado ya desde que los clanes se reunieron una vez más. Algunas relaciones
se han dosificado, otras han sido demasiado tensas. La menor Ogazawara es
consciente de todo eso.
—
Byung Hyun, ¿puedo hablarte?
—
Claro. Creciste bien, Chiasa.
—
Gracias. Tío HyunShik vino a mí anoche. Pidiéndome un favor.
—
Quiere tener hijos conmigo, ¿cierto?
—
Sí. Mi pregunta es, ¿quieres tenerlos con él? ¿En medio de una guerra?
Continuará.
Pues siguen las actus constantes~ eso me hace feliz ;D
Agradezco a las personas que se siguen pasando a leer este fic, y a las que se toman un minutito para dejarme su comentario. No es ni de cerca como cuando Break Up the Dark, pero presiento que es porque están ocupadas, y porque muchas dejaron de leer este fic desde que maté a Kenryu :D las decisiones no siempre gustan a todo mundo xD
Ya Ne!
Kwgfjwjshfkwi se salto muuuucho xD pero rs que estor guardando valor para leers el yunjae xD awww hyunshik ;-; tranquis presiente
ResponderEliminarO que van a venir mas bbs tu Dalai y disfruta el procedo OwO
Aaaaah si soy maki se abrio en otro navegador xD
EliminarAaaaay este fic me hace tan feliz <3 que no me importa estar post turno ajaja qué mejor para comenzar este día de trabajo que no acaba desde ayer xD ya quiero ver como yoochun va a enfrentar a su hijo y al novio de su hijo y que va a decirle Byung Hyun a Chiasa, por cierto, me cae un poco mal ahora, Changmin tiene que arreglar algunas cosas aish espero ansiosa el siguiente!
ResponderEliminarohhh!!!!!
ResponderEliminarlos despertares tan diferentes y a la vez tan llenos de ternura, cada uno a su manera, veran como salir de este embrollo.
entiendo que chiasa quiera prepararlos para la crueldad de la vida pero no de manera tan fria, ella fue criada con amor no deberia haberselos dicho de esa forma...
las cosas van tomando forma pero veo mas problemas en el horizonte.... matta ne... <3
Wow que capítulo tan bueno, pobre HayaMin creo que no están siendo felices como merecen, espero que puedan aclarar sus miedos, Yoochun va a tener que ganarse el amor y respeto de su hijo, Feli esto está muy interesante, valió la pena esperar, me da mucho gusto que la inspiración este acompañándote, muchísimas gracias y a esperar otro capítulo 😘
ResponderEliminarCada pareja disfruta su encuentro,el YooSu si que han disfrutado su momento aunque todavia falta que ChunHee y Yoochun hablen y puedan arreglar las cosas,ChunHee esta confundido quiere una relacion como el de sus papas pero es distante con Kentaro.
ResponderEliminarEunMi le toca sufrir lo mismo que SooYun sufrio.
HyunShik quiere tener bebes pero quien sabe si Byung Hyun quiera.
Hayami todavia le pesa la sombra de Kenryu y asi no puede ser feliz con Changmin ahora que el demuestra que se interesa por el.
Gracias por el cap.