jueves, 17 de enero de 2019

Capítulo 22


CAPÍTULO XXII
WILD BRAND


Cuando el menor Park había ingresado en uno de los salones del castillo, sabía bien que su hermana le había seguido los pasos. No le extraña, SooYun era, de una forma bastante particular, un poco sobreprotectora, aunque también le molestaba a menudo.

— ¿Vienes a decirme que fui grosero con él?

— Él es nuestro padre, y fuiste más que grosero, incomprensible. Dime, ¿de verdad no sentiste nada al verlo por primera vez?

— Rabia.

— Aparte de eso. La rabia la has sentido desde que entraste a la pubertad. No es novedad para mí.


La gemela Park sonrió con tranquilidad cuando su hermano menor la fulminó con la mirada. Después de todo sabe hasta dónde puede perder los estribos, y aunque ha demostrado ser sumamente poderoso, todavía ella tenía una o dos formas de someterlo si es que lo necesitaba. A fin de cuentas, ella lleva décadas entrenando, tiene incluso experiencia en batalla real. Su hermanito, solo conoce la experiencia de la práctica.

— Nada. Solo rabia. ¿Ya me dejas en paz, hermana?

— Pues no. Voy a sentarme aquí a contarte algunas historias que omma mantuvo en secreto hasta ahora.

Chung-Hee estaba por replicar cuando un par de estruendosos aullidos lo puso en alerta. Un tipo de alerta que no había experimentado en esos 18 años de vida. La gemela Park sonrió divertida.

— Esos sonidos, mi querido hermanito, son las voces de amor verdadero. Nuestros padres están por ahí dándose mucho amor.

Las mejillas del menor Park se ruborizaron al instante. Por supuesto, no es como si desconociera del tema. Cuando otro aullido rompió la ruidosa atmósfera nocturna, al chico se le encendieron las orejas al rojo vivo.


En el instante en que Park vio a su hijo marcharse sin siquiera mirar una sola vez hacia atrás, él comprendió que ese no era momento para imponer su paternidad. Además, quería darle el voto de confianza a su hija, que claramente conocía a su hermano mejor de lo que él podía intentar hacerlo entonces. Largó un suspiro y luego volvió la mirada hacia su amante. El rostro del centinela mostraba una expresión de culpa que le aguijoneó el corazón.

— No es tu culpa, Junsu ah. Ya lo aclaramos.

— Incluso si lo dices, todavía fui yo quien lo crió durante 18 años. Me pesa en el corazón que realmente te haya hablado así.

— Lo resolveremos. Necesitamos tiempo. Oye, ¿recuerdas cuando Tenshi ocasionó tanto pesar a su familia? Y míralo, es feliz, con más familia aún. También vamos a superarlo. Y lo nuestro ni siquiera es tan delicado como lo que vivieron ellos, así que quita esa cara. No es tan sexy.

— Chun idiota. — Dijo, golpeándole amistosamente el brazo para luego abrazarle con fuerza y acomodar el mentón en su hombro. — Te extrañé tanto, tanto Chun.

— Y yo a ti, Junsu. Incluso si para mí fueron semanas y años para ti. La forma en que te extrañé fue equiparable a una eternidad. Te amo, lo sabes baby.

— Lo sé. Y ahora, no me hagas esperar más, Chunnie~.

El castaño aprovechó la ocasión para restregar su pelvis con la ajena, haciendo notar a su amante la prominente erección bajo la ropa. Además, el brillo en su mirada y el pulso acelerado, no daban tregua a su excitación.

— ¿Qué hubieras hecho si Chung-Hee hubiera decidido charlar con su padre, mh? — Provocando casi con manía la excitación de su amante, el azabache le agarró el trasero con ambas manos, apretando sus nalgas mientras el vaivén de sus caderas aumentaba la libido.

En efecto, nada les importaba que todavía todo mundo anduviese alrededor reencontrándose con los suyos.

— No lo sé, ng. Chun~ date prisa. Nada de juegos previos amor~.

— Ah, qué voy a hacer contigo si te vuelves un sátiro, baby.

— ¡Ng~!

Recreando un poco, solo un poco, una de sus tantas aventuras sexuales, Park ha colado la diestra en la ropa de su amante, yendo directamente tras el agujero entre sus nalgas y penetrando sin ninguna preparación con dos dígitos. La mirada del azabache crepitó con lascivia cuando se encontró con cero resistencia, y si mucha humedad y calor. Sus dígitos resbalaron con tal facilidad, que fue obvio que su amante estuvo jugando apropiadamente consigo mismo.

— ¿Te preparaste antes?

— Mg~ sí, así que solo hazlo, Chun.

— Bien, pero no me riñas mañana cuando no te puedas ni mover.

Casi cediendo al instinto, el azabache estuvo por seguir justo ahí con todo lo demás. Pero algo, un poco de razón entró en su cerebro y se apresuró en arrastrar a su amante bosque adentro, alejándose de la mirada de todos. Cuando finalmente estuvieron solos, con la suficiente privacidad, le arrancó la ropa sin nada de tacto, Kim pronto estuvo en el suelo, sobre piedrecillas y abundante pasto y hojas secas, con las piernas abiertas y un Park embistiendo frenéticamente su caliente interior. No conforme, el azabache también chupaba los dedos de sus pies, lamía la curvatura de su tobillo, el empeine y las pantorrillas, le acariciaba los muslos y saboreaba cada centímetro de su caliente, húmeda y relajada cavidad anal.

— ¿Sabes qué más quiero hacerte hoy, baby?

— Ng, ng ¿qué, pervertido?

Park se inclinó completamente al frente, con los tobillos del centinela sobre sus hombros, ha entrado profunda y vertiginosamente en su interior. Sus rostros a un palmo de distancia, sus miradas profusamente conectadas. El azabache sonrió con clara lujuria, y al instante Kim advirtió lo que su amante pretendía cuando su falo se sintió más ancho, duro y largo en su interior, casi sofocándole y llenándole las entrañas.

— ¡Ng! No, te transformes en bestia dentro de mí~.

— Perdón.

— ¡Mentiroso! ¡No lo sientes para nada! ¡Mgh~!

— Tu parte inferior también se ha convertido, baby. Cómo lo siento, tu interior está absurdamente caliente y mojado, justo como el de mi precioso lobo en celo.

Apenas el instante en que sus miradas se encontraron de nuevo, y tras fusionar los labios en un beso por demás fogoso y apasionado, enredando lenguas y con mucha saliva de por medio, sus cuerpos adoptaron las figuras de sus naturalezas nocturnas. El poderoso Lycan Louxsna, el precioso Animae Fata.

Durante minutos, aullidos, ladridos y un impresionante despliegue de feromonas fue todo cuanto llenó el ambiente en un amplio perímetro. Estaban siendo, quizá, demasiado escandalosos, incluso peligrosamente ruidosos, tanto que otros licántropos podrían escucharlos. Pero claro, saben bien que el lugar es seguro, de muchísimas formas. Por principio de cuentas, Jung y la comitiva se había asegurado de colocar un fuerte perímetro de protección varios kilómetros a la redonda, con tecnología de élite y, por si fuera poco, en cuanto Jaejoong y el resto se les unieron, Chiasa y los más jóvenes desplegaron también hechizos de protección. El lugar era impenetrable.

No así, el par de lobos, que más bien habían ansiado la conexión a través de la penetración. Sí, porque bajo su forma animal, Park estaba siendo mucho más instintivo, y Kim actuaba auténticamente en celo. Incapaz de controlarse, jadeando por más. Hubo entonces incluso mordidas y rasguños. Justo como las marcas más salvajes de su amor. No es que sea simplemente lascivo o que un demonio crepite en las llamas de su apasionado interior, tampoco se trata del salvaje instinto de las bestias solamente. Es más, mucho más que eso. Tanto más difícil de explicar, bizarro bajo muchas formas, insolente e intolerable para muchas mentes.

Único, sublime y auténtico para ellos.

Cuando el Louxsna alcanzó el orgasmo la primera vez, su semen llenó el interior del Fata con un considerable torrente. Era obvio que se había estado conteniendo durante mucho tiempo. La áspera lengua del Louxsna lamió entonces el tronco fálico de su congénere hasta que el Fata expulsó la semilla de su propio éxtasis. Cuando ambos recuperaron su silueta humana, sus cuerpos estaban tan unidos que, aunque hubiesen querido, era imposible separarse. De todas formas se sacrificaron, e iniciaron una segunda ronda, esa vez siendo el centinela quien tomase el control, montando el duro miembro del azabache con frenético vaivén.

— Ng~ Chun~ Chun.

— Sigue así, baby.

— Estás ng, golpeando mi punto bueno~ me voy a ng correr otra vez~.

— Hazlo. Déjalo salir todo, Junsu baby.

— ¡Ngh!

Kim tembló precipitándose al frente cuando un segundo orgasmo lo abrazó, disparando la semilla en el torso de Park, quien sonrió lascivo al verle así, tan perdido y entregado. Claramente extasiado. Sintió también que en poco terminaría corriéndose también si los anillos carnosos de su amante continuaban torturándole de aquella manera, comprimiéndose y dilatándose alrededor de su pene con aquel ritmo tan seductor. Incluso si las caderas del castaño se han detenido mientras permanece sentado sobre su pelvis, su virilidad continuaba palpitando en su interior, ansioso por continuar embistiendo.

— ¿Ya puedo moverme, baby? — Acariciando el mentón sudado de su amante, Park pregunta. Cuando ya ha movido su pelvis hacia arriba mientras sujeta la cadera del castaño empujándole ligeramente hacia atrás, buscando el ángulo y la posición adecuada para amarle.

— Ng, no preguntes si ya lo haces~.

— ¿Ya lo olvidaste? Me refiero a, realmente moverme, baby.

La sonrisa pícara de Park le calentaba de formas que el centinela jamás podría explicar. Asintiendo y aferrándose a los hombros de su amante, Kim gimió entonces mucho más fuerte y áspero cuando las estocadas aumentaron su velocidad y fuerza, yendo tan profundo en su interior que estaba haciendo un desastre de él. De su cuerpo, de sus sentidos e instinto.

— ¡Yoochun!

— ¡Ng! Te lo dije, baby. Mañana no te vas a poder mover.

— ¡Mg!


Pasada la medianoche, Moore finalmente entraba a la habitación que compartiría con su amante, tras una larga y nada satisfactoria charla con sus gemelas. Quería saber mucho más, pero el tiempo no le favorecía. Y ha sido prácticamente mandado fuera por sus propias hijas.

— Todavía tendremos tiempo para ponernos al día, papá. Pero mamá también merece pasar tiempo contigo en nuestro primer día juntos. Han sido 18 años, seguro quiere atención también.

— Gracias, Emma. — El gladiador besó la frente de una de las gemelas.

— Oh, has captado bien el tip de mamá.

— Tu mentón es adorable. Seguro que volviste locos a los chicos en la isla.

— Aunque no lo creas, la personalidad tímida de Olivia también los volvía locos.

— ¡Emma!

— Así que tú te pareces más a Reíd, y Emma a mí.

Mamá también lo dice. — Olivia dijo con tono reservado. — Pero las dos somos súper inteligentes, y hábiles en batalla.

— Ya lo creo que sí. Son nuestras hijas, tienen sus genes y los míos. Lo mejor de ambos, espero.

— Emma suele perder la compostura cuando se enoja. ¿Eres así, papá? Porque mamá nunca se enoja.

Moore sonrió, alzando las manos en rendición.

— Sí, mis genes.

— A DaeHyun le gusta eso de Emma.

— ¡Olivia!

— No dijiste que fuera secreto.

— DaeHyun es uno de los trillizos de Tenshi y HyunKi, ¿cierto?

— Sí.

— Y, ¿hay algo entre ustedes?

— No. Bueno, nada serio.

Moore tensó la mandíbula. Nada serio. Tendría una charla con el mocoso después. Nada serio. ¿Con su hija? ¡Jamás! Las cosas con la debida seriedad o nada.

— Ah, papá, tu expresión lo está delatando todo.

— ¿Qué?

— Por favor, no vayas a hacer una escena con DaeHyun, es solo que nos gustamos y de momento es suficiente para ambos. Cuando hayamos acabado con Luken ya veremos si resulta algo más serio.

— Hablaremos con más detalle después. Iré con mamá ahora.

— No vayas a hostigarle preguntando sobre eso, ¿sí, papá?

— Emma…

Mamá lo entendió, hazlo también papá. Por favor.

— Bien, bien. Voy a meditarlo. — Y no con la almohada, sino haciendo el amor con mi prettyboy. Añadió en su pensamiento en tanto cerraba la puerta de la habitación de sus gemelas, caminaba por algunos pasillos hasta las habitaciones destinadas para las parejas. — ¿Reid?

— Derek, estás aquí. — Asomando el rostro, el inteligente vampiro dejó entrever que acababa de tomar la ducha.

— Me hubieras esperado.

— Pensé que pasarías la noche charlando con Olivia y Emma.

— Lo contemplé, pero ellas me han corrido.

— ¿Lo hicieron?

— Consideran que también debo pasar tiempo con su querido mami.

— Oh. — Musitó, sonrojándose repentinamente. Internándose en el baño otra vez, solo para terminar de cambiarse con la muda de pijama.

Por supuesto, su amante le ha seguido y observa descaradamente recargado en el umbral.

— Son preciosas, inteligentes, graciosas e intuitivas. Las criaste de forma excepcional, Reid. Gracias.

— No lo hice solo. En la Isla nos apoyamos entre todos.

— Aún así. Estás más guapo. Y cortaste tu cabello.

— Las chicas lo hicieron. Mi corte cambió año con año, ¿sabes? A Olivia suele gustarle más corto, y Emma largo. Creo que se divertían eligiendo qué corte dejarme cada vez.

— Pues me encantas.

— G-gracias. — Dijo.

Y de pronto los fuertes brazos de su amante asieron su cintura.

— Te extrañé, Reid.

— Yo a ti también. Supe que Chiasa hizo posible que vieras el nacimiento de nuestras hijas, pero, hubiera querido que estuvieras ahí conforme crecían.

— Lo sé. Y siento no haberlo hecho.

— Era nuestro destino. Además, sé que lograron deshacer muchas redes de Luken.

— No lo suficiente, ya que han venido todavía para pelear.

— Derek, sé que Emma y Olivia van a tener que ser parte de esta guerra. Sé que es peligroso, e incluso egoísta de parte de Chiasa, pero, no me arrepiento de nada. Fui feliz al llevarlas en mi vientre, darlas a luz y criarlas. He estado con ellas durante 18 años y nunca cambiaría eso por nada.

Moore sonrió más, topando su frente con la ajena. Quería decir lo mismo que su amante, pero él no podría, jamás, recuperar los años perdidos.

— Derek.

— ¿Sí?

— ChangMin y yo ideamos muchas cosas en la Isla.

— Ya lo creo.

— Entre ellas, un video-diario.

— ¿Qué?

— Tengo grabada en muchas, muchas microSD, la vida de nuestras gemelas. Sé que no es lo mismo, pero al menos es algo y…

Sellarle los labios con un beso parecía la mejor forma de agradecerle por ser tan considerado con él. Moore estaba conmovido, de muchas maneras. De pronto hacerle el amor dulcemente era la idea más encantadora en su pensamiento.

— Te amo, Reid.

— También te amo, Derek.


— ¿Qué sucede? Has estado inquieto desde que llegaron, hermano.

Nima no se extrañó del todo por la observación de su hermana. Así era ella, ocasionalmente inoportuna.

— Tu intuición puede ser un poco, ¿sabes, Nyoko?

— Sí, lo sé. Es solo que me gusta molestarte. Es obvio que SooYun te gusta, ¿por qué no cedes de una vez?

— Como creo haber dicho antes, SooYun y yo no tenemos más química que la atracción instintiva. Eso no la hará feliz, y yo no tengo tiempo para cosas como romances.

— Y no tienes tiempo porque. — La teriántropo dijo, alargando deliberadamente su última palabra, dando oportunidad a su hermano para completar la frase.

— Luken.

— ¿Y cuando lo exterminemos?

El teriántropo se quedó sin argumentos.

— Bien, mientras piensas sobre ello, recuerda que ella siempre podría caer por alguien más.

Niña gruñó. Y estuvo por refutar, pero se recordó a sí mismo que era lo mejor. Incluso si la gemela Park se enamoraba de cualquier otro, él seguiría mirando de lejos. Porque ha entendido cuán importante es la familia, el legado. Y él, teriántropo como es, jamás podría darle nada de aquello. Lo ha entendido mejor que nunca desde que Mokomichi inició su relación con el vampiro morocho, y lo difícil que resulta para ambos comunicarse en familia, porque sin importar cómo, la realidad es que los cinco hijos de ChangMin pueden aceptar al teriántropo como padre, pero jamás lo será. Ese lugar sigue siendo solo para Ogazawara Kenryu.

Nyoko suspiró. El pensamiento de su hermano era, para ella, prácticamente transparente.
Si tan solo pudiera pensar como ella y su esposo.
Adoptar era una opción.
Siempre lo sería.


Cuando el Diurno empujó la pelvis, la espalda de su amante se arqueó con sensualidad. Entonces la siniestra del moreno se paseó por la nívea y sudada piel con parsimoniosa ceremonia, mientras la diestra tiraba de los largos mechones entre sus dedos y acercaba el oscuro cabello a su nariz, oliendo la mezcla de su enjuague, sudor y algo de semen. De alguna forma, era incluso más intoxicante de lo que recordaba.

— Mierda, Jaejoong, te volviste más seductor en estos años.

Gimió, lamiendo la línea vertebral desde la sinuosa base hasta la nuca, saboreando cada estremecimiento de placer.

— Tonterías, Yunho, ng. ¿Por qué dejaste de moverte?

El Adalid preguntó, volviendo el rostro hacia atrás, sus labios rojos incluso más atractivos que antes. La mente del Diurno estaba en colapso por la excitación. Todo en su amante se había multiplicado en sensualidad.

— Estoy admirando tu belleza. Hasta tu piel se siente más suave.

— Eso, estuve en una isla por 18 años, sabes. Todo ahí es natural. Ahora, muévete~. — Suplicó con voz sugerente, agitando sus caderas adelante y atrás, en círculos también.

El Diurno sonrió perverso, sin mover un músculo, ahí de pie a espaldas de su amante, teniéndole con la espalda inclinada y las piernas abiertas. Tan profundamente en su interior que podía sentir su forma.

— ¿Hace cuántos años no lo cortas? — Preguntó, besando y oliendo los largos mechones negruzcos.

Kim resopló frustrado.

— ¿Es el largo de mi cabello más interesante que cogerme?

Jung sonrió aun más perverso. Tirando de los mechones con algo más de fuerza, de forma que la espalda de su amante volvió a estirarse, chocando entonces contra el fornido y sexy torso del moreno. La siniestra de Jung sujetó el níveo mentón, acariciando luego con una de sus largas uñas la tersa piel cuesta abajo, erizándole la lechosa piel camino al sur, rodeando deliberadamente un pezón, los pectorales, el ombligo. Saboreando la fina línea de vello que nace en éste y sigue el sendero hasta la base del erecto pene.

— Yunho~, por favor.

— Tu cabello simplemente me excitó más. Luces como un auténtico rey de los antiguos imperios, si vistieras prendas tradicionales y accesorios de aquella época, se me ocurren tantas formas de hacerte mío y someterte a mis deseos.

Kim jadeó en expectación. Honestamente pensando en adquirir algunos trajes tradicionales y dar rienda suelta a las fantasías de su amante.

— Creí que te gustaba más con trajes de cuero y encadenado. — Dijo, sonriendo con picardía.

Esa picardía que solo él era capaz de mostrar.
La de absoluta confianza y suprema coquetería.
La lujuria ardiente de un vampiro que se asume como quien es, superior e inalcanzable.
Excepto para alguien exactamente igual a él.
Su amante, su todo.
Su Diurno.

— Me gustas de todas las formas posibles, Jaejoong. — Jung arremetió contra el trasero de su amante.

— ¡Más, Yunho~! — El vampiro pelioscuro gimoteó en placer.

Y luego el movimiento de sus caderas simplemente se coordinaron, chocando y chapoteando, sus gemidos mezclándose con el ya ruidoso anochecer (sí, cortesía de un par de lobos apasionados).

Jung estaba anonadado con el cabello del Adalid, jugando con sus mechones de tanto en tanto, enredándolo entre sus dedos, tirando de ellos, usándolo para enredarlo alrededor del cuello de su amante, o formarlo en cascada sobre sus hombros y contra su espalda. El pelioscuro estaba complacido, de haber sabido que encendería un chip de lujuria en el cerebro de su amante, se habría dejado crecer así el cabello desde hace mucho.

— ¡Ng~ Yunho~! — Gimió casi pillado por sorpresa.

El Diurno había abandonado su interior, le dio la vuelta y le penetró de frente mientras le levanta en vilo y muerde su cuello, succionando de su sangre mientras embiste profundamente una y otra vez.

Los colmillos de Jung succionaron más que alimento, buscaron en la sangre de su amante los códigos de algunas de sus memorias. Las más frescas llegaron primero, recuerdos de su estancia en la isla, de la crianza de su hija. Pero Jung no necesitaba esto ahora, así que succionó más fuerte, el iris azulino de sus ojos marrones resplandeció cuando se encontró con aquellas memorias.

Una de las mejores noches. De los más placenteros encuentros sexuales. El templo budista, sus primeros vestigios de una relación firme. El recuerdo fugaz de aquella princesa del Clan Yin y cómo sus vidas cambiaron en parte por los celos que ella provocó en el pelioscuro.

— ¡Yunho~! — El Adalid gritó su nombre al alcanzar su orgasmo, su semen disparó entre sus cuerpos, sus piernas temblorosas apenas con fuerza para mantenerse alrededor de la cintura de su amante.

Jung apartó los colmillos, se lamió los labios y luego se quedó quieto, dejando que fuera entonces Kim quien mordiera su cuello y se alimentara de su sangre. La sensación de cada succión alimentó su libido, y sus caderas se movieron frenéticamente hasta derramarse en su caliente interior.

— Casi era perfecto, Yunho.

— ¿Qué?

— Tú, mirando en mis recuerdos, trayendo a colación a esa princesa.

— ¿Qué? ¿Estás celoso? No eran mis recuerdos, ¿sabes?

El Adalid frunció el entrecejo.

— Hacía décadas que no pensaba en Zhenli.

— ¿No mantienes contacto con ella?

— No.

— ¿Seguro?

— Sabes bien que sí.

— Está bien. Te perdonaré si me provocas al menos tres orgasmos más antes de que amanezca.

— ¿Solo tres?

— ¡Ng~!


— No, no, no. Espera, Hayami.

— ¿Por qué? Dijiste que algo rápido por ahora, ChangMin.

— Es que. Ng, no me hagas decirlo.

Mokomichi se apartó. Lo suficiente para mirarlo a los ojos. Hasta hace unos meses (para él) sintió que habían avanzado enormemente al hacer el amor, pensó que habían comenzado a entenderse realmente bien. Entonces, ¿por qué de pronto realmente parecía que el morocho había cambiado tanto?

— ¿Es incómodo, ChangMin?

— So-sólo porque los aullidos de ese par de lobos lujuriosos me desconcentran.

El príncipe vampiro evadió entonces la mirada de su amante. Aclaró la garganta y por un momento se preguntó si sería demasiado cruel de su parte ser él mismo quien acomodase sus ropas. Esas que tenía en esos momentos completamente desordenadas, la camiseta rasgada, los pantalones abiertos. La entrepierna exaltada.

— De acuerdo. Paremos entonces.

Mokomichi dijo sin más. Sentándose en un tronco seco sobre el suelo. El cielo estrellado estaba tan claro, que honestamente era romántico.

— Lo siento. Pero de verdad, es que no me excita hacerlo con ese ruido.

— Sí, entiendo.

El morocho se sentó junto a su amante, no sabiendo qué hacer o cómo continuar. Era extraño, nunca había sido tan timido antes, ¿o sí? ¿Cómo había sido su relación con Kenryu?

— ChangMin.

— Dime. — Atendió de inmediato. Casi agradeciendo que rompiera su tren de pensamientos.

— ¿Cómo hicieron ustedes para alimentarse?

— Al principio fue entre familia. Las chicas nos ayudaban a Tenshi y a mí, yo permitía que ellos se alimentaran de mí. Chiasa es especial, lo sabes, no tiene esta necesidad. Jaejoong se alimentaba de HyunShik y viceversa. Y con Reid todos cooperamos. Pero, conforme los embarazos avanzaron, no era una opción viable. Por salud. Así que Reid y yo hicimos lo que era más lógico. Cultivamos sangre, a partir de nuestras propias muestras. Así que terminamos alimentándonos de nuestra propia sangre. Fue así durante 17 años.

— Increíble. Parece que se las arreglaron bastante bien a pesar de las limitaciones de la Isla.

— Había cosas que aparecían. Cuando eran sumamente necesarias y no podían ser suplantadas por nada más. Chiasa hacía eso.

— Genial.

Luego el silencio, honestamente, no era el mejor aliado. Porque el ruidoso apareamiento del par de lobos era demasiado bochornoso.

— Esos pervertidos.

— No los culpo. Con una vida sexual tan activa como la que suelen tener, 18 años para Junsu debieron ser una dura prueba. Y aunque para Yoochun fueron meses, seguro que fue como una eternidad.

— Sí, sí. Eso no quita que son pervertidos.

— ¿No está eso en la naturaleza de las criaturas nocturnas?

— No todos somos así.

Mokomichi entonces selló los labios. Bueno, es que él siente que es así. Si tuviera un poco más de confianza intentaría con más fuerza persuadir al morocho para hacerlo.

— Hayami.

— Mh.

— Sí buscamos un lugar más, privado. También quiero hacerlo.

Mokomichi volvió la mirada.

— No creo que haya un lugar más privado que este por ahora, ChangMin.

El vampiro morocho mordió su labio inferior.
Otra vez el silencio.
Literalmente, silencio.
Los ruidosos aullidos de los lobos habían cesado. Lo que significaba que probablemente seguían en sus asuntos sexuales, pero como humanos.

— ¿Todavía quieres, ChangMin?

El vampiro asintió. Y fueron sus labios los que buscaron primero la boca del teriántropo. Mokomichi coló su lengua y le exploró lentamente. Quería empujarle y someterle, pero también quería ir suave, despertar la desesperada lascivia que sabe experimentaron los otros, pero que parecía latente en su amante.

No podía evitar preguntarse cómo lo había hecho durante esos años en la isla. ¿Se habría masturbado? ¿Cómo lo hizo? ¿Pensaba en él? ¿Tal vez en Kenryu?

El teriántropo abandonó la boca del vampiro, descendiendo entonces por el largo cuello, arrancándole suspiritos y jadeos. El pulso acelerado, la respiración alterada. Lamió la clavícula y pellizcó uno de sus pezones antes de chupar el contrario o darle golpecitos con la lengua.

— Hayami~. — El vampiro entrecerró los ojos, la lengua de su amante siguió el camino hacia el sur, bordeando la ropa interior. Apartándose repentinamente. — ¿Q-qué, pasa?

— ChangMin, muéstrame.

— ¿Qué cosa?

— ¿Cómo te aliviabas en la isla?

No. No eran necesarias las acotaciones.
El vampiro sabe lo que su amante quiere saber.

— ¡Qué!

— ¿No puedes?

— Por qué quieres ver algo como eso, Hayami idiota.

— Tengo curiosidad.

— ¿Vas a mostrarme cómo lo hiciste también? Estoy seguro de que, aunque fueron meses, lo deseaste.

— Te mostraré. Te deseé cada día desde que nos separamos. El recuerdo de tu cuerpo febril y sudoroso está grabado a fuego en mi memoria.

El vampiro aclaró la garganta. De pronto, un poquito avergonzado.

— No hay mucho por mirar. No creas que tuve muchas formas o fantasías. En realidad, ni siquiera tenía mucho tiempo.

— ¿No? ¿En 18 años?

— Me enfoqué más en estar ocupado. Haciendo pruebas con los chicos, analizando datos, construyendo cosas, inventando otras. Cuanto más permaneciera ocupado, menos tiempo libre tendría para pensar en ti, o extrañarte. Cuando mi cuerpo se calentaba, me bastaba con recordar nuestro primer encuentro, usaba mi mano y mis dedos, el resto era más emocional que físico.

Mokomichi sonrió entonces ampliamente.
Sus dudas se disiparon.
Y antes que escuchar más de sus palabras, le besó los labios. Le empujó despacio. Le desnudó muy lento. Decidido a saborearle sin prisas, con mucho anhelo y sin restricciones.

Quería hacerle el amor.
Como si no hubieran pasado 18 años.
Casi, como si no hubiera un pasado antes de él.
Aunque, lo más probable, también estuviera grabado a fuego en la memoria del vampiro.


— SooYun.

— Nima.

Loba y teriántropo intercambiaron sus nombres como escueto saludo al encontrarse en las cocinas del castillo. Ambos pensaron que este era el peor momento para coincidir a solas.

El escandaloso encuentro de los lobos había sido escuchado por todos. La gemela Park estaba ligeramente avergonzada. Pero contra todo pronóstico de su propio autocontrol, se sentía caliente, excitada.

No estoy en celo ¿verdad? — Pensó, con cierta angustia, a decir verdad. Bebió un vaso de agua, apresurando el líquido en su garganta para poderse marchar.

Kanesaki la miraba de frente. Sin pizca de disimulo. Sus ojos penetrantes la pusieron nerviosa. Activó sus alarmas con fuerza descomunal. La gemela Park lo sabe bien, si el teriántropo simplemente la tocaba, ella acecharía instintivamente.

— Supe que les fue bastante bien. ¿Probamos un enfrentamiento?

— ¿Ahora?

— Sí.

— No estoy de ánimo.

— ¿Por qué no?

— No te incumbe. — La gemela Park siseó, apresurando sus pasos trató de escapar.

Pero entonces su brazo fue retenido. Y algo se incendió en su interior.
¿Quién comenzó los besos? Ninguno lo sabía.


— Nunca hubiera imaginado que conocer al resto de nuestras familias se volvería de esta manera. Pareciera un sueño. Bizarro, si me preguntas.

— ¿Qué haces aquí, Kentaro?

— ¿Qué? ¿No puedo charlar con mi novio? — El trillizo Jung-Ogazawara pasó el brazo por los hombros del menor Park.



Continuará.


OwO hasta yo me sorprendo al dejar otra actu. 
Espero seguir así~ 

Gracias por leer y comentar~

Ya Ne! ;D

7 comentarios:

  1. Voy a volverme loca con tanto nombre @.@ y como siempre cofcofsesaltoelpervyoosi:xcofcof
    0////////0

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  2. Feeeeeli debe ser mi fic favorito ajaj ya sabes que Chulsoo y Kenji eran mi pareja favorita <3 merezco un regalo de cumpleaños de la nueva pareja favorita (?) ajaja poooorfi un especial chiquito de chung hee ajajaja mi corazon lo desea, hermoso capi, lleno de amor y muuucha ansiedad

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  3. Que reencuentros XD !! Gracias por la actu feli! Me encanta como se va desarrollando la historia entre las parejas :3 esperó con ansias el próximo cap <3
    ElaKim~

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  4. ehhhh!!!!!
    por partes... si en el anterior capitulo estaba medio avergonzada... ahora completaste el proceso... pero es tan linda su forma de demostrar cuanta falta le hizo uno al otro....
    kentaro novio del menor park??... aqui no se como iran las cosas ambos son mas posesivos e impulsivos que sus padres.... de seguro el trillizo hara entrar en razon a Chung-Hee de maneras divertidas.... ya estoy imaginando momentos emocionantes y venitas saltarinas en la cien.... I love it!!!!!
    mis agradecimientos eternos y espero poder seguir el ritmo que no pude pasarme por el otro blog( perdon... ya me tomare un poco mas de tiempo para leer y comentar todo lo que salio).... XOXOXXO..... matta ne <3

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  5. YooSu escandaloso! Qué maravilla, todos los escucharon y sintieron pena ajena, aunque yo creo que era más envidia, me encanta que sean todos desinhibidos,siento un poco de tristeza por Hayami, el todo deseoso de amar a Changmin y este que no se deja del todo, espero que eso cambie porque esa pareja me encanta, Feli muchas gracias por el capítulo

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  6. Ya les urgía quitarse las ganas acumuladas jajaja
    Ojalá q lo de soo yun y kanesaki funcione
    Me encanta ver al Yunjae y a CM/MM en plan meloso
    Gracias por todo

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  7. Pues si que cada pareja disfruto su encuentro todos demostrandose cuanto se aman y cuanto se han extrañado,que bueno que estes actualizando seguido,todavia no ubico a los chicos por sus nombres son muchos

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