Capítulo 19.

CAPÍTULO XIX

THERION

Inquietos y en alerta, los hermanos Ogazawara analizaron a la invitada, por supuesto, no les resulta para nada familiar, por lo tanto se convierte de inmediato en enemigo. Chiasa sin embargo se queda observando a la mujer. Algo en ella la hace sentir cómoda, tranquila.

La invitada es Soleil Favre, bruja y hermana de Enyd, la llamada Bruja de Jade, sangre que circula ahora en las venas de Chiasa Ogazawara. La pequeña bruja de jade. Soleil sonríe, pese a estar bajo la mirada decidida de los jóvenes Ogazawara. No solo de ellos, los otros jóvenes están en alerta también. El Diurno ha dado un paso al frente, seguido de cerca por su amante, los lobos siguen los movimientos de todos. Derek se ocupa de mantener a Reid detrás suyo. El ninja vampiro vigila desde lo alto junto a HyunShik.

— Por favor, ella es una aliada. — La voz de Kanesaki suena.

Su presencia no es novedad para nadie. Todos lo vieron llegar. Su paso seguro, tranquilo. Su mirada serena.

Los hermanos Ogazawara sin embargo no bajan la guardia. El teriántropo suspira, se pregunta cómo puede convencerlos de que la mujer no es una amenaza.

— Chiasa la conoce. Favre. Mh, Lady Favre~. — Dice la pequeña, con ese tono infantil propio de su edad, de su tierno encanto. Pasando entre la barrera defensora de sus hermanos y sonriendo a la mujer.

— ¿La conoces, Chiasa? — Es su hermano Tenshi quien le pregunta, agachándose a la altura de su hermana, la sujeta e impide que siga caminando. — ¿Segura?

— Chiasa no la conoce personalmente, pero de alguna forma todavía Chiasa la conoce. Lady Favre es una buena persona. Incluso papi lo sabe.

— ¿Hayami-san? — Mi Young baja finalmente la guardia. Confía en las palabras de su hermana pequeña. — ¿Cómo lo sabes, Chiasa?

— Chiasa sabe muchas cosas. Pero Chiasa no sabe por qué. — Responde, encogiendo los hombros y mirando a su hermano Tenshi, como pidiéndole permiso para seguir adelante. — Chiasa sabe que Lady Favre es buena persona~.

— De acuerdo, si Chiasa lo dice, y ya que Nima lo ha hecho también, confiaremos. — Jaejoong dice, apoyando una mano sobre el hombro de su amante. El Diurno asiente, y le deja caminar hacia la mujer. — Obviamente, conoce este lugar. Pese a que Nima dijo antes que era muy seguro.

— Claro que conozco este lugar, Kim Jaejoong, Adalid del Clan Kim de vampiros. Construí este lugar hace mucho tiempo, junto a Enyd, la antigua bruja de jade. Solo los teriántropos y yo conocemos su ubicación. Por no decir que somos los únicos capaces de entrar, o de permitir el paso a otros. Aparte de eso, Nima y Hayami son los únicos teriántropos que han estado fuera de la isla en mucho, mucho tiempo. Y yo no congenio ni un poco con los ideales de Luken, por lo que jamás recibirá ayuda alguna de mi parte. Esta Isla es sagrada, el único lugar que él no debe corromper nunca por ningún motivo. Es seguro aquí, sobre todo ahora que comprendo que la pequeña Chiasa ha hecho algunas lindas travesuras.

— ¿Travesuras?

— Embarazos. Muchos de ellos, puedo sentirlo. — Dijo, paseando la mirada de ChulSoo a Tenshi, Reid, Jaejoong y Junsu. — Y tengo la impresión de que no terminarán aquí. Chiasa, ¿sabías lo que hacías?

— Chiasa solo dio regalos a su familia. Regalos que anhelaban de corazón. — Respondió la pequeña, finalmente cerca de la mujer, que la miraba gentilmente tras haberse arrodillado a su altura. — ¿Chiasa hizo algo malo?

— No pequeña, no hiciste nada malo. La magia que haces, también te hace feliz, ¿verdad?

— ¡Mucho~! ¡Chiasa quiere muchos amigos para jugar! ¡Chiasa no quiere ser la única niña en casa! — Exclamó emocionada, sonriendo con curiosos aspavientos.

Pero fueron sus palabras las que hicieron eco en la mente de Jaejoong y Junsu. Por supuesto, no era de extrañar que se sintiera sola, siendo la única niña en casa, sin otros pequeños como ella para jugar.

— Ahora entiendo los resultados que ChangMin y yo obteníamos en los estudios genéticos. O por qué repentinamente resultaba que eran capaces de embarazarse. — Reid dijo de pronto, más para su amante que para todos. Aunque sabe que los oídos de ellos seguramente le habrían escuchado. — Pero, todavía no sé cómo funciona la magia de Chiasa. Jamás hemos podido analizar su sangre.

— Es imposible, por supuesto. — Favre dijo, levantándose y mirando hacia el inteligente vampiro. Ojos que perforan en él con una facilidad extraordinaria, pero que no le incomodan en absoluto. — La magia de una bruja no puede ser examinada. No puedes ver con la ciencia, lo que no puede ser explicado por ella, joven Spencer Reid.

— Sabe mi nombre.

— Sé mucho sobre todos aquí. Oh, pero no se preocupen, no sé más de lo que debiera, ni entregaré dicha información a nadie que pueda representar una amenaza para ustedes. O los bebés que crecen en los vientres de algunos de ustedes. Por otro lado, Nima, ¿por qué los tienes aquí? Deberías ser más hospitalario.

— Es porque el resto todavía no decide si confiar en ellos.

— Siguen tan tímidos como siempre, eh. Déjame hablarles, mientras tanto llévales a nuestra verdadera residencia, por favor.

— Como solicites, Soleil. — Aceptó sin siquiera cuestionar las palabras de la mujer. Luego volvió la mirada al resto. — Por favor, síganme.

Kanesaki entonces dirigió al grupo por otro sendero isla dentro. Mientras tanto, Soleil Favre se dirigió, por el sentido contrario, hacia la playa. El cielo nocturno era precioso, con brillantes estrellas coqueteando alrededor de la luna, redonda y llena de luz. Aspiró el olor de la brisa marina y luego extendió las palmas hacia el frente, una gentil ventisca nació de ellas, meciendo sus canosos mechones. La piel, cruzada por la edad, parecía tener un brillo plateado bajo la luz de la luna, sus ojos grises, repentinamente más oscuros.

— Muéstrense todos, por favor. — Ella dijo, y de inmediato algunos animales concurrieron hasta ahí.

De las arenas blandas una tortuga asomó la cabeza, saliendo lentamente y dando perezosos pasos hacia la mujer. También llegó con prisas una pantera negra, un búho, una liebre, un zorro, e incluso serpenteó un par de víboras y percibió el aleteo de mariposas, colibríes, un águila, y algunos insectos más.

Cada uno de estos animales tomó pronto figura humana, hombres, mujeres y algunos ancianos. Ni un solo niño. Todos ellos parecían tener más de veinte o treinta de edad, aunque siglos precedieran su existencia.

Soleil paseó sus ojos grises por todos ellos, de pie alrededor suyo, su cabello cano rápidamente trenzado por las ágiles manos de una de las mujeres en dos cascadas que colgaron de sus hombros, una tiara materializándose sobre su cabeza, y un báculo que le es entregado con ceremonia por uno de los ancianos.

— Hace mucho que no venía, Lady Favre. Su presencia merece ceremonia y fiesta.

— Me halaga tal recibimiento, Ardan. Pero sabes bien por qué estoy aquí ante ustedes. Tenemos invitados que no han sido tratados con el respeto que merecen.

— Los intrusos no tienen un aura pura, mi Lady. Excepto por la pequeña niña que los acompaña, todos los demás tienen sombras en sus almas.

— Son vampiros, lycans, híbridos. Sus almas naturalmente están cruzadas por sombras. Pero no son nuestro enemigo, contrario a ello, son parte de la esperanza para que este mundo no se derrumbe. Así que, no quiero ordenarlo, espero que sea voluntad de cada uno de ustedes darles el recibimiento adecuado.

Soleil dio un golpecito con el báculo sobre la arena, una onda de brisa nació de la unión de estos, y la vibración que alcanzó a tocar a los teriántropos les transmitió lo que la bruja estaba sintiendo. El pesar que acaece sobre el mundo, y ella lleva en su mente, les fue compartido de esta mágica manera.

— Lady Favre, ¿qué hay de la niña? ¿Por qué en ella percibimos la magia de Lady Enyd? Alguna vez ustedes dijeron, que jamás permitirían que sus dones mágicos fueran heredados o transmitidos a otro ser sobre la Tierra. ¿No fue esa la razón por la que Lady Enyd prefirió la muerte antes que legar su poder a su propio hijo?

— Mi hermana actuó de acuerdo a su voluntad. Y a lo que esperaba del futuro. Si Enyd quiso que una minúscula parte de su sangre fuera salvada y luego entregada a una niña de alma pura, entonces a mí, y a ustedes, solo nos queda respetar su deseo. Son teriántropos, saben bien que la humanidad no puede protegerse de las criaturas nocturnas sin desatar sangrientas batallas. Nosotros, ustedes los cambia-formas y nosotras las brujas, estamos en este mundo por una razón. Equilibrio. Si no pueden entender y honrar su razón de existir, son libres de permanecer en anonimato. O incluso de abandonar la isla. Enyd y yo no creamos esta isla para encerrarlos, ni teníamos intención de obligarlos a participar de batalla alguna. Ustedes los teriántropos son importantes eslabones del equilibrio entre las fuerzas que cohabitan en este mundo, y solo ustedes pueden decidir cómo actuar.

Los teriántropos se miraron entre sí, no hubo murmullos ni palabra alguna. Pero el pensamiento de todos ellos se movió directo hacia la mente de la bruja, dejando sobre ella sus inquietudes y determinaciones. Uno de ellos en particular. Mujer a quien llamó para hablar a solas mientras caminan por la playa de regreso al interior.

Kanesaki Nyoko, hermana de Nima. Teriántropo como él, por supuesto. Y un caso único de hermandad entre los suyos, ya que nunca habían nacido de la Tierra de tal manera. En realidad, es el único caso de hermanos de sangre conocido entre los teriántropos, y por ello un ejemplo de fortaleza y sabiduría. Porque los hermanos Kanesaki se complementaban de una manera excepcional, Nima era liderazgo, entereza, rigidez, estrategia y razón. Nyoko era corazón, sensibilidad, emociones, pureza. Y, aunque alguna vez desarrolló particular empatía por Mokomichi, ha sido Declan, otro teriántropo, quien ha hecho latir su corazón como ninguno de ellos suponía poder pues nacidos de la tierra se deben a ella y las emociones humanas no están entre sus habilidades perceptivas.

— Nyoko, tu inquebrantable voluntad me da esperanza. Sin duda, Nima y tú, después de Hayami, son los que más representan al Clan. Estoy feliz también de la decisión que tomaste al casarte con Declan, ambos son teriántropos extraordinarios, y han dado un paso hacia la evolución que el resto se niega a aceptar en sus corazones.

— Declan y yo haremos lo que sea necesario para ayudar a restaurar el equilibrio. Sé bien que ese loco licántropo debe ser extirpado de la Tierra. Es como dicen los humanos, el mal debe arrancarse de raíz, y un teriántropo mejor que otras criaturas sabemos cómo llegar hasta la raíz del mal y cercenarla.

— Sin embargo, Nyoko, no será fácil. Aunque se ha estado eludiendo, puede llegar el día en que Luken logre algunos de sus objetivos.

— ¿Como obtener la sangre de la pequeña?

— Exactamente así.

— Pero ella está segura aquí, con nosotros, ¿no?

— Por ahora, pero algún día volverá al mundo, y entonces tendremos que pensar en cómo seguir protegiéndola. O evitar convertirnos en un obstáculo para cumplir su destino. En fin, tiempo al tiempo, la sabiduría nos iluminará cuando sea necesario. Dime, Nyoko, ¿Declan y tú todavía piensan vivir fuera de la isla algún día?

— Cuando Luken haya sido exterminado. Queremos formar nuestra propia familia, adoptar algunos pequeños y conocer esa felicidad por la que mortales e inmortales llegan a luchar tanto.

— Ese es un futuro prometedor, Nyoko. Y, lamento que no puedan conocer la dicha de ser padres de sus propios hijos, sangre de su sangre.

— Lo sabemos, Lady Favre. Ser teriántropo tiene esta pequeña desventaja. Pero no nos arrepentimos en absoluto de lo que deseamos, ni de las grandes ventajas que tenemos de ser quienes somos.

— Ojalá tu hermano lo pueda entender, y decida abrir finalmente su corazón.

— ¿Es por esa muchacha de ojos negros?

— Sí, su nombre es SooYun, es una loba de gran linaje.

— Supongo que debo comenzar a hacer amistad con mi cuñada, ¿cierto?

Favre sonrió. Nyoko era honesta, sus ojos brunos y su largo cabello zafiro caracterizaban su belleza como mujer. Y de entre las formas animales que solía adoptar estaba la garza, la yegua y la zorra, debido a que Kyoko encontraba fascinante sus peculiares bellezas. Favre piensa que es debido a su personalidad. Era, sin lugar a dudas, una líder natural capaz de ir hombro con hombro con otros.

…

El vampiro morocho siguió al teriántropo isla adentro, maravillado por las características naturales de sus paisajes, no era solo el clima tropical típico de una isla, había páramos que contaban con otros climas y vegetación.

— Favre debe estar aquí. — Mokomichi dijo, indicándole otro sendero.

— ¿Quién?

— Soleil Favre. Ella es una bruja como Enyd, la bruja de jade. Podrías considerarlas hermanas, aunque no de sangre. Cuando ambas brujas se encuentran en la isla, todo se ve de esta manera. Si una de ellas lo piensa, el clima podría cambiar de tropical a nevado, y cambios parecidos. La Isla fue construida por la magia de ambas, por lo que responde a sus deseos, si el pensamiento es lo suficientemente fuerte, la magia hace el resto.

— Pareces saber mucho ahora, Hayami.

— Cuando estuve aquí con Nima, algunos secretos me fueron revelados. Aunque, más que secretos, tal como Nima dijo, eran solo conocimientos dormidos en mí, ya que soy un teriántropo, son cosas que de forma natural sabía desde el inicio.

— Son revelaciones para mí. Lo serán para mi familia. Y estoy seguro de que son cosas que Luken no debe conocer nunca.

— Eso es verdad. Estamos casi ahí. Mira, ese es el hogar de mi Clan cuando decidimos andar con nuestra forma humana.

Mokomichi señaló el sitio al frente, es una casa grande, mansión estilo inglés. Con muros de piedra y cantera, ataviada de jardines naturales y un aire elegante que se enfatizaba por las figuras en sus árboles o los acomodos de sus rosales, las bonitas fuentes y los caminos coronados de amplios túneles de flores.

— Es acogedor. — El príncipe vampiro dijo, siguiendo el sendero de su amante.

Sí, su amante. Un sonrojo subió a sus prietas mejillas tinturándolas tenuemente.

— Bueno, no es como el Palacio del Este, ni las fortalezas de los clanes de vampiros, lycans o cazadores. Pero, es agradable. Todos están ahí justo ahora.

— Sí, puedo escuchar las risas de Chiasa.

Mokomichi le miró de reojo. No le extraña que pueda escuchar a su hija, además del hecho de que siendo vampiro sus sentidos están hiper desarrollados, todavía la sangre era sangre.

— ¿Estás tranquilo, ChangMin?

— ¿Qué?

— Sobre lo nuestro, ¿estás bien con eso?

Las prietas mejillas ganaron un poco más de color.

— Por supuesto que sí. Somos, pareja ahora, ¿no es así?

La sonrisa de Mokomichi se ensanchó.

— Lo somos. ChangMin, ¿decirlo está bien?

— Mi familia y amigos merecen saberlo. Y no tengo razón alguna para ocultarlo. Tú y yo, dimos el gran paso, nos unimos en cuerpo porque así lo deseo mi corazón y el tuyo. Entonces, que la familia lo sepa, está bien para mí. La de ambos, Hayami.

Mokomichi se sorprendió cuando le escuchó la frase final. Ambas familias, sus clanes. De alguna forma, todo parecía estar encajando finalmente donde correspondía, aunque encontrar las piezas y asegurarse de colocarlas donde debían no ha sido fácil ni sencillo. Sus manos se entrelazaron casi de forma automática. Aunque de reflejo no tuviera explícitamente nada. A menos que se le considerara una reacción natural de sus corazones, finalmente acompasados.

Cuando entraron por el amplio portón principal, Chiasa ya estaba corriendo hacia ellos, con esa algarabía suya tan llena de vida y emoción.

— ¡Mami~, papi~! ¡Llegaron!

— Estamos aquí, Chiasa. — El vampiro morocho le cargó en brazos, dando un beso en su frente. — Lo siento por tardar en volver, cariño.

— Chiasa sabía que vendrían. Chiasa sabe que mami y papi tenían cosas importantes que hacer. Aunque Chiasa no puede ver cuando mami y papi se demuestran que se aman, Chiasa es muy feliz por los dos.

— ¿Qué? Chiasa, cómo sabes. Nh, olvídalo, imagino cómo.

— Mami, tu rostro se puso rojo.

— Sí, estoy bien, Chiasa. — Azorado, el vampiro morocho no sabía qué más decirle a su hija.

— Papi~, cárgame también. — Dijo, estirando los brazos hacia el teriántropo. Sabiendo, de alguna manera, que su madre necesitaba un poco de aire.

— Claro que sí, Chiasa. — Sonriente, Mokomichi le cargó, besando su frente.

— Mami y papi se han dado un beso indirecto~. Ambos besaron el mismo punto en la frente de Chiasa~.

— Chiasa ha estado llena de energía desde hace rato. — Jaejoong dijo, llegando a darles la bienvenida también. — Veo que ambos están bien, me da gusto.

— Sentimos haber tardado en volver, hyung.

— Está bien, Chiasa lo dijo, pero ahora lo veo con mis propios ojos, mami y papi lo estaban pasando bien, eh. — El Adalid dijo con cierto tono pícaro. Su hermano aclaró la garganta y el teriántropo se limitó a sonreír. — Entonces, ahora están juntos, ¿verdad?

— Lo estamos, hyung. Hayami y yo somos pareja.

— ¡Al fin mami y papi son mis auténticos papis~! — Rebosante de alegría, la pequeña Chiasa besó las mejillas de Mokomichi, luego estiró una vez más los brazos hacia el vampiro morocho, besándole también. — Chiasa es feliz~.

— Eso también me hace feliz, Chiasa. Y a Hayami también, ¿verdad?

— Muy feliz.

Entonces los tres estaban atrapados en un abrazo. Abrazo al que se unió Tenshi un poco después.

— Bienvenido a la familia, Hayami-san.

— El san está de más, Tenshi.

— Me gusta llamarte así.

— De acuerdo.

— ¿Están celebrando sin incluirnos? Cuánta maldad. — Melodramática, Mi Young les miraba de brazos cruzados. Min Jee junto a ella, esperando ser invitadas al abrazo.

— Vengan aquí, mis preciosas señoritas. — El vampiro morocho las llamó, sonriendo con agradecimiento por el obvio reconocimiento de su relación con el teriántropo.

El trillizo también asomó el rostro, dubitativo entre unirse al abrazo o simplemente aceptar la relación entre su madre y el teriántropo.

— ¿Kenji? — Su progenitor le llamó.

— Bienvenido al Clan, Mokomichi. — Dijo con tono neutral, pero sin unirse al abrazo. Dando media vuelta para volver al gran salón, donde el resto estaba compartiendo un delicioso banquete.

Pero entonces casi se da de frente con su novio. El gemelo Park le miró con una suave sonrisa, señalándole con un movimiento de cabeza el abrazo de familia que los suyos estaban compartiendo. Kenji resopló. Pero entendió el mensaje de su novio. Y, de todas formas, en el fondo deseaba unirse, es solo que tenía un resquicio de culpa por el nombre de su padre. Cuando giró sobre sus talones y tímidamente se unió al abrazo, su progenitor le revolvió el cabello y murmuró un maternal “gracias” que aligeró el peso en su pecho.

Mokomichi también lo miró a los ojos, sonrió y se abstuvo de palabra alguna, quería tener oportunidad de hablar después con él, y agradecerle por el respeto a la decisión que junto a ChangMin estaban tomando.

— Es grato verlos tan unidos.

— Favre.

Mokomichi le saludó con una venia. La mujer le sostuvo afablemente la mirada. Mientras se daba cuenta de la mirada del vampiro morocho, quien parecía intuir su identidad.

— Me gustaría hablar con ustedes un momento. Jaejoong, quiero una charla con los líderes de cada Clan, si es posible.

— Estaremos con usted de inmediato, Favre-ssi.

Minutos más tarde, la bruja recibía a Yunho, Jaejoong, Junsu, Yoochun, ChangMin, Derek, Reid, Hayami y Nima en un salón de las plantas superiores en la segunda estructura de la mansión. Este salón estaba desprovisto de muebles, pero la bóveda se alzaba con un domo de cristal que permitía admirar el firmamento. Era de noche ya, y las estrellas se veían preciosas desde ahí, junto a una brillante luna a punto de consumirse. Los muros eran blancos, de un blanco tan puro que la belleza del firmamento parecía reflejarse en ellos.

— Agradezco la confianza depositada en mí, pese a ser para ustedes una desconocida. Ahora bien, es claro que la pequeña Chiasa ha hecho algunas tiernas travesuras obsequiando a algunos de ustedes lo que ella considera merecidos presentes. Sin embargo, es mi responsabilidad ofrecer mi percepción de las cosas.

— ¿A qué se refiere? — El Diurno preguntó, mirando aprehensivamente a su amante. Específicamente, su vientre. Ahí donde, según saben, ya crece un hijo de ambos.

— Los bebés que Chiasa ha permitido concebirse, la pequeña habla de primos con que jugar, sin embargo, sé que la Chiasa adulta también se ha presentado ante ustedes.

— ¿Cómo supo eso?

— No es necesario ponerse a la defensiva, Príncipe ChangMin, es un vínculo que naturalmente compartimos su hija y yo, ya que es la sangre de mi hermana Enyd la que le permita usar magia. Magia, que también circula en mis venas, aunque en talentos diferentes.

— ¿Qué relación hay entre la Chiasa adulta y los embarazos?

— Usted es estratega, Sr. Jung, estoy segura de que puede entenderlo. Luken ha avanzado tanto que ahora incluso si encontráramos al original, no serviría de nada matarlo, sus clones seguirían con vida. Y podremos perseguirlo por todo el mundo, destruir sus laboratorios, y todavía, con uno solo de sus clones que sobreviva, el mal que lleva en la sangre seguirá ahí. Lo que Chiasa busca, es contar con más aliados, todos ellos tan poderosos como su familia.

— ¿Está sugiriendo que mi hija quiere una especie de ejército? Aun así, qué diferencia podrían hacer los bebés de ChulSoo, Reid y mi Tenshi.

— No un ejército, Príncipe ChangMin. Pero sí un selecto grupo de guerreros, todos ellos tan extraordinarios como los ha visto actuar. Además, no son solo ellos quienes están en la dulce espera ahora. — Favre miró alternadamente a Junsu y Jaejoong.

— Chiasa es una niña, cómo podría ella pensar en algo como eso. Y, por qué ha mirado de esa manera a mi hermano y Junsu.

— La conciencia de la Chiasa adulta está en su mente también, Príncipe ChangMin. Le aseguro que su hija sabe e intuye mucho más de lo que usted cree.

— Aun cuando eso fuera verdad. — El Adalid Kim dijo, interrumpiendo lo que podría ser una acalorada discusión entre su hermano y la mujer. — Lo está diciendo por una razón en particular, ¿no es así?

— Mi sugerencia es que aquellos que están embarazados se queden en la isla. Tengan a sus hijos, y una vez que tengan edad suficiente, hagan lo mismo que hicieron ya con sus otros hijos. Entrenarlos.

— ¿Y darle a Chiasa el selecto grupo de guerreros que usted cree quiere? — Park dijo con tono cauto.

— No, Sr. Park. Evitar darle a Luken lo que quiere.

— Incluso si hiciéramos eso, cuántos años pretende que nos quedemos atrapados en esta isla.

— Sr. Moore. La presencia de Chiasa y mía en esta isla no es coincidencia. La magia de la bruja de jade y la mía nos permitirá mutar el curso del tiempo. Aquí podrán pasar años, afuera apenas meses.

— Manipular el tiempo de tal forma, ¿no perjudicará el curso natural de las cosas? — Reid dijo.

— Enyd y yo tenemos estos dones porque nuestras intenciones siempre han sido en favor del equilibrio entre las fuerzas que habitan esta tierra.

— Permítanos pensarlo, Favre. Tomaremos una resolución una vez logremos hablar calmadamente de esto.

— Acertada decisión, Sr. Jung. Entonces, los dejaré a solas. — Dijo, pero antes de abandonar el salón volvió su atención al vampiro morocho y Mokomichi. — Chiasa todavía no se da cuenta, de que su intención de regalarles un hijo no se logró. La mente infantil de su hija no entiende la desventaja que viene con la naturaleza de los teriántropos.

— Lo dijo antes también, insinuando que Junsu y Jaejoong también están embarazados.

— Porque Chiasa así lo deseó. Y, se los digo, ella seguirá deseando darles un hijo a ustedes también, sin embargo, Hayami, y cualquier teriántropo, son incapaces de procrear. La naturaleza así los concibió desde el inicio de los tiempos. Y ni la magia de la bruja de jade puede cambiarlo.

…

Su cabeza estaba hecha un lío. La idea de que su pequeña Chiasa vaya por ahí embarazando a los demás era tierno y preocupante a partes iguales.

— ChangMin ah, deberías descansar.

— Estoy bien.

— Has estado aquí toda la noche, solo mirando el cielo. Sé que es bonito pero, has pensado demasiado, ¿cierto?

— Hayami, ¿por qué no pareces sorprendido por lo que Chiasa hizo? ¿Lo sabías?

— No. Pero, tiene un gran poder, creo que lo que haga no puede sorprenderme del todo. Y, en cierta forma la entiendo. Debe ser difícil para ella ser la única niña. Tu familia y amigos siempre están en la mira de otros clanes, ¿no? Constantemente en movimiento, procurando seguridad y todo, ha estado en batalla y visto lo que queda al final. Chiasa es una niña tierna, alegre, activa; tú la has criado bien, y es querida por sus hermanos y todo tu clan; pero Chiasa también es una niña inteligente, con una conciencia adulta que sabe mucho más que nosotros. Creo que es natural que quiera contar con más familia, poderosos guerreros.

— No sé cómo hablar con Chiasa sobre lo que hizo. Aunque tenga buenas intenciones, ella no puede decidir por otros los hijos que han de tener.

— Creo que Chiasa vio el deseo en todos también.

— No estoy seguro de que Tenshi pensara en embarazarse, ni siquiera lo creo de ChulSoo. Son jóvenes, piensan en cómo tener sexo tal vez, pero no en tener bebés, cambiar pañales, preparar mamilas y pasar noches en vela.

Mokomichi sonrió, acariciándole la espalda con cariño mientras observa el mismo cielo que su amante.

— Creo que el deseo estaba en algún rincón de sus mentes, ChangMin ah.

— ¿También en mi mente? — Cuestionó, volviendo la mirada hacia el teriántropo. — Favre dijo que Chiasa también pretendía darnos un bebé, ¿crees que era un deseo mío?

— No lo sé, ChangMin ah. Pero, si yo pudiera darte hijos, estaría feliz. Sin embargo, es un vínculo que nunca podré tener contigo.

— Hayami. — El vampiro se mordió el labio inferior. — Para Chiasa eres su padre. Y Tenshi y los trillizos te respetan, somos tu familia.

Mokomichi sonrió, asintió pero selló los labios.

Ambos saben que es diferente.

Muy diferente.

…

— Tenshi, ¿por qué Chiasa no pudo dormir con mami y papi?

— Lo siento, Chiasa. Ellos tenían muchas cosas de qué hablar. ¿No estas contenta durmiendo con Hyun Ki y conmigo?

— A Chiasa le gusta. Pero extraño dormir con mami, y nunca he dormido junto a papi.

— Tal vez esta noche, Chiasa. Ahora, ¿puedes contarme algo? — Su pequeña hermana asintió. — ¿Hay, algo así como otra voz, en tu cabeza? ¿Alguien que te diga cómo usar la magia que hizo posible que yo y los demás nos embarazaramos?

La pequeña le sostuvo la mirada a su hermano.

…

— ¿Estás seguro de lo que estás sugiriendo, Yunho?

— Sí. No es necesario que todos nos quedemos en esta Isla. Solo los más vulnerables.

— Ustedes las criaturas de la noche son tan ansiosas. — La voz de la mujer hizo volver la mirada a los tres. Jung, Park y Moore la veían por primera vez. — Mi nombre es Kanesaki Nyoko.

Continuará. 

P R O X I M A M E N T E

CAPÍTULO XX

BLUE MOON

Estoy agradecida con las personas que se siguen pasando por este sub-blog, llevaba buen ritmo con las actualizaciones, pero he tardado demasiado en traer capi, tuve situaciones que ya deben saber e impidieron la secuencia. 

Aún así, gracias a quienes se vuelvan a pasar. No responderé rws a falta de tiempo, pero soy feliz cuando los recibo. Algunos me permiten darme cuenta de posibles errores en la narración, otros me dan ideas ;D 

Ya Ne!