Capítulo 4.

CAPÍTULO IV. WHISPERS OF THE SOUL

~*~

En el momento en que las trillizas Ogazawara y la gemela Park vieron al vampiro de cabellos oscuros temieron que en cualquier momento sus respectivos omma aparecieran detrás de él. Solo de imaginar el castigo que les darían por meterse en estos asuntos las hizo estremecer, aunque exteriormente sus facciones no demostraron emoción alguna. De hecho, miraron al mayor como si de un desconocido se tratase. Después de todo estaban ahí infiltradas, con apariencias que no las identificaban como quienes eran en realidad, usan extensiones de colores extravagantes en el cabello, lentillas de colores claros y visten de una forma tan seductora que nadie pensaría que apenas y tienen experiencia en todo lo relacionado con el bajo mundo.

Ellas, quienes sí, han ido de party a clubes y locales de dudosa reputación, pero nunca solas ni en los desprolijos rincones del indecente mundo tras las más poderosas y corruptas figuras del medio político y económico, tanto de criaturas nocturnas como de simples mortales.

Jaejoong, quien conocía mucho más de aquella vida –demasiados años de inmortalidad transcurridos ya–, estaba ahí dispuesto a mostrarles a sus sobrinas que entrar en el bajo mundo no era solo una aventura para probarse a sí mismas. Entrar aquí era estar dispuestas a renunciar a lo más sagrado que tenían, la pureza de sus almas. Aquello por lo que ellos han estado luchando batalla tras batalla desde hace un par de décadas. Génesis, Yiang, Katoh; y ahora Luken. Todo lo que hacen, es para protegerlos a ellos. A la generación que debía estar en el mundo para cambiar el curso de la historia alrededor de las criaturas nocturnas. Sí, debían ser aguerridos, estar dispuestos a luchar con todo su poder para proteger lo que aman. Pero aun en todo aquello, tener ciertos límites. Respetar sus esfuerzos.

Ajeno a la turbulenta comunicación que se dio entre las chicas y el actual Adalid del Clan Kim, el hombre perdido en licor estaba más que encantado con lo que veían sus ojos. Nunca le ha interesado una experiencia homosexual, pero si este hombre se le ofrecía tan voluntariamente. No era mala idea probar las mieles de su cuerpo. A sus ojos –y a los de cualquiera con hormonas y una buena vista– el hombre que estaba de pie en el umbral era, sencillamente, hermoso. De piel blanca, anatomía delicada, rasgos femeninos y una sedosa cabellera negra enmarcando los grandes ojos oscuros, labios rojos, nariz respingada y el esbelto cuerpo demasiado a la vista con ese atuendo de ropas semitransparentes. Estaba, de infarto.

— ¿Y quién eres tú? — Preguntó con voz trabada, mirada dilatada y más licor que sangre en las venas. Su estúpida sonrisa inspiraba en el vampiro unas ganas enormes de desfigurarle la cara.

— ¿Es necesario que lo diga? — Dice con voz aterciopelada, acercándose al hombre que, sentado en un amplio sofá en el salón privado de este bar de mala muerte, todavía tenía sus brazos alrededor de los hombros de las trillizas, una sentada a cada lado suyo, sin soltarle la mirada al mayor, esperando el momento justo en que con una mínima señal les indicase marcharse. — ¿No es suficiente con mirar, senador Jones?

El hombre tragó hondo, se relamió los labios y su lasciva mirada se paseó descaradamente por la silueta de Jaejoong. El vampiro ignoró la repugnante sensación que se le anidaba en el estómago, y forzó en sus labios una falsa sonrisa finiquitada con una de sus frías miradas que, sin embargo, afloraba la faceta masoquista de cualquier mortal e inmortal que le viese de frente.

Sentado en el extremo del sofá, ignorando completamente a las féminas que intentaban agradarle al hombre, el “invitado” del Senador Jones ha fijado su mirada en el pelioscuro. Kim sabe que este hombre, aunque desconocido para él, podría haberle reconocido, sin embargo. Y no es que le extrañase, después de todo es el gran príncipe vampiro Kim Jaejoong, actual Adalid del clan de chupasangres más poderoso del globo. Y más odiado por sus iguales.

— Senador, demos por terminada la fiesta aquí. — El hombre dijo de pronto. Justo cuando Jaejoong se había apostado sobre el Senador, con las rodillas a cada lado, sin dejar su peso sobre el hombre pues no deseaba honestamente contacto alguno con esta escoria.

— ¿Por qué, Kanesaki-san? Esto se está poniendo interesante. — Las manos del Senador fueron de inmediato a la cintura del vampiro.

Kanesaki no apartó sus ojos de los movimientos del vampiro, ni de la manera en que las chicas que estaban sentadas a su lado se han apartado sigilosamente. Tan astutas como un lobo a la caza, o un vampiro listo para clavar los colmillos en su presa.

Al sentir las manos del Senador en su cintura, el pelioscuro se movió ágilmente, descendió su cadera y presionó con las piernas la del senador, al mismo tiempo llevó la siniestra al cuello de éste, sus filosas uñas rasgando la piel, todavía sin dar un golpe fatal.

— Debió escuchar a su “invitado”, Senador Jones.

— Q-qué demonios quieres, ng. — Falto de respiración, el senador intentó sacarse de encima al vampiro.

Pero obviamente iba a serle tarea imposible. Por su parte, Kanesaki se ha levantado, y atacado directamente al vampiro. Han sido sin embargo las trillizas las que se le han cruzado en el camino. El resto, el curso natural de una pelea a muerte. Las féminas que estaban ahí por “placer” han salido corriendo del salón, mientras que un puñado de guardaespaldas han entrado. No eran simples mortales como el senador, eran vampiros y licántropos de casta menor.

La gemela Park les enfrenta, puesto que las trillizas están ocupadas con Kanesaki. El misterioso hombre de pronto se ha transformado en león, escapado astutamente como un zorro, atacado como la serpiente más venenosa y levantado el vuelo como águila. El príncipe vampiro finalmente ha desgarrado la garganta del Senador sin miramiento alguno, la sangre ha brotado escandalosamente y manchado las ropas del vampiro, quien le deja morir desangrado y con la desesperación ante la perspectiva fatal en la mirada. Después se ha unido a la gemela Park para deshacerse de los guardaespaldas que continuaban llegando.

Cuando Kanesaki salió del salón agitando las alas, las trillizas le siguieron. Y por tanto la gemela Park y Kim. En la amplia pista del bar los obstáculos se triplicaron. El sitio estaba abarrotado de vampiros y licántropos listos para cazarles. Kim y las trillizas se enfrascan en la batalla, la gemela Park consigue seguir al águila fuera del bar. Le persigue por callejones malolientes y charcos de agua de lluvia. La noche es joven, en el firmamento una luna a medio ciclo adorna su escenario. El águila detiene el vuelo en un callejón sin salida (aunque sería tan sencillo como seguir cuesta arriba y escapar), y termina transformándose de nuevo en el hombre. La gemela Park no duda en atacarle, va de frente y sin titubeo. Desenfunda un arma y termina disparando hasta que el cartucho se vacía, carga de nuevo y sucede lo mismo. Los movimientos de Kanesaki son veloces, su mirada serena y su respiración tranquila. Pareciera que no la toma en serio.

La gemela Park chasquea la lengua, ofendida en el orgullo de su linaje, se deshace de las armas de fuego y opta por la katana en su espalda. El filo de la cuchilla refleja la luz plateada de la luna y se mueve certera en el aire. Los movimientos de la muchacha son perfectos, Kanesaki la toma en serio entonces, apenas eludiendo sus estocadas.

— Suficiente de juegos. — La voz varonil del hombre la desconcentra una fracción de segundo.

Pero es tiempo suficiente para que el hombre encuentre un punto ciego y le ataque a través de él. Le aplica una llave y termina empujándola contra el sucio muro, la katana cae al suelo y ella intenta patearle desde esa posición. Atina el golpe y consigue librarse. La batalla cuerpo a cuerpo es rápida, feroz. Las garras de la gemela Park le hieren aquí y allá, casi es recién en ese momento que ella se percata de la desnudez de su oponente. Se distrae de nuevo y es la oportunidad que el hombre aprovecha para golpearle el costado. La muchacha pierde la paciencia y decide atacar con su verdadero poder.

La pelea se alarga, golpes van y vienen, las armas no son eficientes y el ciclo de ida y vuelta solo parece tomar más y más tiempo. Transcurren minutos antes de que la gemela finalmente se sienta en ventaja, le empuja contra el suelo, se le echa encima y transformándose en la loba que es, le muerde el hombro.

Kanesaki emite un rugido similar al de un tigre herido, es ahí cuando la muchacha ve a través de sus ojos caninos la apariencia felina de su oponente. ¿Cuándo se ha transformado? Ella no está segura, pero sabe que fue en milésimas de segundo, cual si no le tomase ninguna dificultad hacerlo. Lo ha intuido desde que estaban en el bar, la forma en que evadía los ataques de las trillizas había sido sublime.

La loba retrocede de un salto, el tigre se levanta también, le sangra el hombro izquierdo pero sus ojos no titubean ni un poco. La loba se relame los colmillos. Hay algo en el sabor de esta sangre que le calienta la propia, y un olor que penetra su nariz alterándole el pensamiento, tambaleando su instinto.

El tigre se siente mareado. No por la fuerza de la mordida o la pérdida de sangre. Hay algo en su torrente que se siente caliente, bullendo con un extraño deseo frenético que le hace sentir excitado.

Loba y tigre se miran, acechándose mutuamente. La herida en el hombro sana y él muta de nuevo a águila, levanta el vuelo y esa vez sí, sigue cuesta arriba y escapa. La loba recupera su forma humana, levanta su katana de donde cayó antes y tras cubrir su desnudez con una capucha larga, regresa sobre sus pasos hasta el bar. Cuando llega la escena que encuentra no le es sorprendente. Sabía que sus amigas y el mayor se impondrían. Cenizas y cuerpos de bestias inertes bajo un olor a sangre, cigarrillos, licor y pólvora es todo lo que ha quedado del “enemigo”. Las trillizas limpian sus espadas antes de enfundarlas, las armas en sus muslos y cintura ni siquiera fueron utilizadas, el puñado de peones no fueron suficiente pelea para ellas. Sus ropas apenas rasgadas, cubiertas de sangre ajena, les dan un aspecto erótico y salvaje. El mismo aspecto que tiene el príncipe vampiro, cuyos ojos negros cruzados por el azul característico de su naturaleza, lucen más fríos de lo que las muchachas pudieran haber recordado verle desde la guerra contra Katoh.

— Y bien, ¿cuál era la finalidad al matar al Senador, chicas? — La pregunta suena fría, casi distante.

Las tres comprenden que el mayor está molesto. Y que es una suerte que sus respectivos omma no estén aquí.

— El Senador Jones iba a cerrar un trato con Kanesaki, el tipo que se me escapó de las manos. — Respondió la gemela Park.

Las trillizas le miraron, expresándole con la mirada que estaba bien, ellas tampoco habían podido hacerle frente al sujeto en cuestión.

— ¿Qué tipo de trato?

— Poner en práctica experimentos genéticos en mortales, principalmente hombres y mujeres en ejércitos y agencias de inteligencia alrededor del mundo. Este hombre tenía contactos con las Naciones Unidas, y la capacidad para infiltrar documentos oficiales para disfrazar sus intenciones. — Mi Young respondió.

— ¿Y quién es Kanesaki?

— Lo poco que pudimos averiguar es que está relacionado con Luken Klett. Es difícil seguirle la pista a ese sujeto. Quizá por su habilidad para cambiar de forma. — Min Jee dijo.

— ¿Por qué actuaron por su propia cuenta? ¿Lo que Yunho y Yoochun hacen no es suficiente?

Las muchachas se tensaron al instante.

— No es eso, tío Jaejoong. Solo queríamos ayudar. — Mi Young dijo de nuevo. — Tío Yunho y tío Yoochun tienen las manos llenas, ya no somos unas chiquillas, podemos ayudar activamente. No solo estar encerradas en el Palacio.

El príncipe vampiro las miró intensamente durante segundos que parecieron más largos de lo que fueron. Podía comprenderlas, pero todavía sabe que no puede apoyarlas del todo.

— ¿Y cuál iba a ser el siguiente movimiento? Matar al Senador, quizá a Kanesaki, ¿y después?

— No queríamos matar a Kanesaki, queríamos capturarlo y que ustedes lo interrogaran. El Senador no sabía nada importante, todo lo que le interesaba el dinero que iba a irse a sus cuentas clandestinas en bancos fantasma alrededor del mundo. Kanesaki era nuestro verdadero objetivo, pero no teníamos mayor información de él, ni de su obvia naturaleza superior.

Hubo entonces otro silencio. El príncipe vampiro después echó a andar fuera, hasta la camioneta que ha dejado aparcada a prudente distancia de ahí. Han salido del bar con el tiempo justo, otro puñado de vampiros, licántropos e incluso fuerzas especiales del gobierno arribaron al lugar, el ruido de helicópteros y unidades policiacas hacía eco en medio de la noche.

— Volveremos al Palacio ahora. Mi Young, hablarás con Yunho, vas a compartir tus estrategias e información con él. Vamos a trabajar juntos, como la familia que somos. Min Jee, volverás al entrenamiento, esta vez conmigo. Y SooYun, harás lo mismo con Junsu. Las vi pelear, ambas se contienen demasiado. Cuando se está en batalla, está prohibido titubear.

El pelioscuro dijo, mientras se sacaba sin pudor alguno las prendas manchadas de sangre, botándolas en el mojado suelo de éste callejón oscuro. No pensaba volver a su casa llevando estas malolientes ropas. En el pasado lo hizo centenares de veces, porque era como un reconocimiento a su superioridad. Hoy, solo le provocaba náuseas.

Las chicas, por otra parte, y pese al regaño, estaban excitadas. La adrenalina les corría todavía por las venas. Particularmente la gemela Park, que no podía apartar de su pensamiento la silueta de Kanesaki, ni deshacerse del sabor en las papilas gustativas, de la sangre del cambia-formas.

…

En algún lugar a kilómetros del bar en Itaewon.

— Volviste demasiado pronto, Nima.

— Te lo advertí muchas veces, no era buena idea provocar a los clanes superiores. Kim Jaejoong estuvo ahí esta noche. El Senador está muerto, y todos los hombres que preparaste para cualquier emboscada. No están para nada al nivel de vampiros, lycans e híbridos de primera clase como ellos. Luken, desiste de una vez.

— No me conoces lo suficiente, Nima. No voy a desistir. Lo que quería es lo que está sucediendo. Estoy en la mira de todos ellos, permanecen alertas alrededor de cada movimiento que hago. Pero no importa cuántas veces me derroten, voy a volver una y otra, y otra vez, hasta que conozca todas sus debilidades y consiga la sangre de sus nuevas generaciones. Cuando vas a dejar de ser tan precavido, Nima. Eres un teriántropo. Deberías estar orgulloso, reclamar tu posición en la cadena alimenticia.

— No soy un animal sediento de poder. Te lo he dicho mil veces, Luken. Lo único que me interesa es proteger a mi Clan. Y seguir a tu lado ya no es conveniente.

— ¡Já! ¿Crees que podrás dejar tu alianza conmigo así nada más, Nima? ¡No olvides quién soy!

Luken bramó iracundo. Y por primera vez en mucho, muchísimo tiempo, adoptó esa forma licántropa que honestamente detestaba. Porque se consideraba a sí mismo “incompleto”, falto de poder y grandeza, con genes a “medias”. Kanesaki no fue intimidado por la imponente figura de Luken, no era para él su primer encuentro ante la bestia. No retrocedía frente a su altura de casi 3 metros, ni las poderosas extremidades, el pelaje cenizo, las fauces feroces ni los rabiosos ojos rojos. Kanesaki esperó, y al primer ataque del licántropo se transformó en un oso pardo, de grueso pelaje y un poderoso ataque frontal, sus garras eran casi tan filosas como las de un licántropo, pero cuando mordía su hocico era igual al de un leopardo, certera y sin escrúpulo.

Kanesaki era un teriántropo sumamente adaptado a su condición sobrenatural, capaz de cambiar de forma animal distintas partes de su cuerpo al mismo tiempo. Luken no ha tenido oportunidad de ver esta cualidad del teriántropo antes, por lo que al sentir la mordida felina, él supo que en esos momentos podría estar en desventaja.

Y fue así, pues bastó que el teriántropo afianzara un poco más la mordida para romperle el cuello, aprovechar el momento y de un zarpazo desgarrarle la garganta antes de que las pesadas extremidades le destrozaran el cráneo. Kanesaki se irguió en su forma humana de nuevo, la sangre le manchaba por todas partes, pero no le importó pues estaba acostumbrado a esa suciedad. Dio media vuelta y buscó algunas ropas que colocarse, más cuando estuvo por salir de ese lugar, una pantalla se encendió tras elevarse un espectacular cuadro de pintura del gran Miguel Ángel.

— ¿Te vas ya, Nima?

— Luken. — No le sorprende ver al mismo hombre que acabara de “matar” en aquella pantalla. Lo supo desde que vino aquí, ha sido solo uno de sus clones.

— No debiste matarme, fue una forma muy cruda incluso para ti. — El hombre dijo con sorna, bebiendo un vaso de buen vino.

— Todavía no te mato, Luken. Así que cuida tus espaldas.

El hombre aplaudió en la imagen que devolvía la pantalla. Obviamente era una transmisión en vivo, pero Kanesaki no tenía intención de rastrearlo. Está seguro de que ese a quien mira no es más que otro clon. De hecho, está casi seguro de que no ha tenido contacto con el Luken original nunca.

— Ten por seguro que lo haré. Te respeto, Nima. Ahora más que nunca, es la primera vez que te veo transformarte así. Sabes que ahora tengo más interés en ti, ¿verdad? Por lo que, cuida tus espaldas también.

Kanesaki dio media vuelta y salió por la puerta principal sin mirar atrás. Sabe que Luken ha interrumpido la transmisión. Pero que cuando salga de este edificio, todos los aliados del mestizo le estarán buscando.

— Es tiempo de reunirme con Hayami de nuevo.

…

Antes de volver al Palacio, Jaejoong ha hecho una parada en un departamento “seguro”, perteneciente al Clan y usado en numerosas ocasiones como base para la vigilancia. Las chicas le siguieron sin emitir palabra alguna. Obedecieron cuando les indicó tomar una ducha y cambiar sus ropas. Él hizo lo mismo. Sacarse de encima el hediondo olor a sangre le era primordial.

Bajo el chorro de agua fresca, el príncipe vampiro solo pensaba en cuánto ha cambiado desde que conoció a Yunho. En sus años más lozanos él había actuado como las chicas, no, incluso peor que eso. Porque para Jaejoong en aquella época divertirse y disfrutar de los placeres que su condición inmortal le ofrecía era todo. Sin guerras, con un padre que dirigía los clanes de vampiros con una maestría ejemplar, y una vida despreocupada, Jaejoong había sido un joven vampiro banal. Matar, morder y chupar sangre, seducir, imponer su voluntad, eran meros juegos que se tomaba a la ligera. Le excitaba el poder. Pero luego, con el pasar del tiempo había llegado el Diurno, al principio encontrarse con él también había sido un juego de seducción. Enamorarse, había sido su fortuna.

— Las chicas tienen un propósito, a diferencia de mí. — Dijo para sí, sonriendo suavemente al reflejo que el espejo en la ducha le regresaba. — Supongo que es momento de que los dejemos actuar libremente, ha sido suficiente de protección.

…

Palacio del Este

Reid le ha dado la noticia primero a Junsu. Que el castaño se sorprendiera de haber tenido razón le pillaba a él también de la misma manera.

— ¿No has querido que lo analizara porque lo sospechabas, Junsu?

— Lo hice. Pero… Reid, ChangMin ha estado monitoreando la sangre de nuestros hijos desde que terminó la pelea contra Katoh. Ningún resultado daba positivo para fertilidad. Ni siquiera nuestras hijas. Pensar que ChulSoo… — El castaño suspiró.

Ambos guardaron silencio por unos minutos.

— ¿Cuándo fue la última vez que ChangMin analizó la fertilidad de los chicos?

— No estoy seguro. Con todo lo que ha pasado, cuatro, tal vez cinco meses.

— Entonces necesito hacerles un chequeo a todos. Particularmente a los Ogazawara. Es probable que esté relacionado con la aparición de Mokomichi. Verás, él tiene los poderes híbridos de Kenryu, pero va más allá de eso. Los genes de Mokomichi son, a falta de otra palabra, perfectos. Se adaptan continuamente al contexto. Y los chicos lo mordieron hace un mes, bebieron de su sangre, no descarto la posibilidad de que algo haya mutado en ellos también. La hormona GCH está presente en la sangre de ChulSoo, es por eso que sé que está gestando, pero bien puede tener apenas semana y media de estarlo.

— No quiero que le digas todavía. Haz los exámenes que debas, cuando tengas los resultados, hablemos de ello con los otros. Los chicos al final.

— ¿Qué te preocupa, Junsu? No parece que sea solo el hecho de que son tan jóvenes.

— ChulSoo y Kenji no están pasando un buen momento. Es un embarazo no planeado. Es decir, tampoco es como si ChangMin, Jaejoong o yo hubiéramos planeado embarazarnos, fue un milagro en realidad. Pero lo deseábamos. Los chicos, no. Reid, te lo estoy pidiendo como un favor personal.

— Está bien. Lo haré. Por ahora, necesito que todos vayan al laboratorio cuanto antes.

— ¿Qué hay de ChangMin? ¿Él también pudo ser afectado por morder a Hayami?

— No lo creo. ChangMin es vampiro. Creo que podría haber afectado a sus hijos porque son híbridos. ¿Por qué? ¿Ha actuado diferente?

— Un poco. Pero creo que es entendible, después de todo lo que ha pasado.

— Son extraños, los caminos que se toman en la vida son intrincados, complejos, cambiantes. Pero el destino ya está ahí. Kenryu lo supo antes de morir. Y puede que ahora ChangMin también.

El castaño no quiso indagar las palabras del joven vampiro. Una parte de él no deseaba involucrarse demasiado en los sentimientos del vampiro morocho y el futuro que se avecinaba para él y su familia en ausencia de Kenryu. Recordar que el híbrido no estaba más ahí lo ponía ansioso. Porque inevitablemente terminaba pensando en cuán desolada y triste sería su existencia si Yoochun le dejaba también.

…

Cuando Jaejoong y las muchachas regresaron al palacio, lo primero que hizo fue reunirse con su amante, a solas.

— Te duchaste. — Dijo el Diurno en cuanto su amante entró en el salón. El fragor de los celos encendiéndose en sus pupilas.

— Tranquilízate, fue por la cantidad de sangre que cubrió mis ropas. Matamos a al menos un centenar de vampiros y licántropos anoche. Y a un mortal, Senador Jones, ¿te suena?

— Sí. Lo hemos estado investigando por lazos con Luken. Las chicas fueron por él. — Dijo, sin necesidad de meditarlo, todo le parecía claro ahora. — ¿Eso es lo que están haciendo? Persiguiendo y eliminando nuestros blancos.

— Algo así. Descuida, no volverán a salir a cazar solas. Pero vamos a hacerlo juntos.

— ¿Juntos?

— Sí, juntos, Yunho ah. Es momento de que los chicos participen de todo lo que hacemos.

— Son demasiado jóvenes, Jaejoong.

— ¿Crees que no lo sé? ¿Crees que no quisiera tenerlos encerrados en el Palacio hasta que no existieran amenazas? Pero no podemos, ya no. Ellos necesitan ganar experiencia, curtirse en campos de batalla, practicar con sus habilidades, usar sus poderes. Si los clanes siguen pensando que los estamos sobreprotegiendo, entonces no nos tienen respeto, y no les tienen respeto a ellos. Es hora de ponerle punto final a eso.

El Diurno entendía las palabras de su amante. Y aunque una parte de él quería negarse, no iba a hacerlo.

— Bien, empezaremos en un par de días. Mientras tanto, no creo que ChangMin deba venir. Está inestable y lo sabes.

— Sí. Hablaré con él. Mientras tanto, ¿qué tanto sabemos de este hombre? — El pelioscuro ingresó unas fotografías en el sistema computarizado del Palacio. En todas ellas aparecía Kanesaki.

— Ah, ese hombre. ¿Escapó?

— Sí. SooYun lo enfrentó, pero algo debió pasar.

— ¿Por qué?

— Ella estaba alterada. No de miedo. Más como, excitada. Qué sabemos de él, Yunho.

— Es escurridizo. Ha tenido varios alias. Actualmente se le conoce como Kanesaki Nima. Lo más reciente es que tenía alguna alianza con Luken. Es un teriántropo. Especie de criatura sobrenatural que se creía un mito aún entre las criaturas de la noche. No sabemos más. Nínive nos está ayudando con esto también. Ah, es verdad, acaba de notificarnos quiénes eran los infiltrados en Sentinella.

— ¿Cuántos?

— Una docena. Ya se encargó de ellos. Y de fortalecer las medidas de seguridad entre su gente. Sentinella es confiable de nuevo para nosotros.

— Bien. Dejo el resto en tus manos. Ahora debo hablar con ChangMin y Junsu.

— Ok.

— Ah, ¿y Yoochun?

— Debe estar con Junsu.

El pelioscuro asintió. Salió del lugar y antes que reunirse con su hermano y amigo, buscó a sus hijos. HyunShik seguía molesto porque su padre aún no permitía el regreso de Byung Hyun. Y Hyun Ki todavía estaba distanciado de Tenshi. Pero esa vez, porque ambos estaban dándose espacio para pensar.

Cuando buscó a Junsu y a ChangMin, ambos se reunieron con él de inmediato en otro salón del Palacio.

— ¿Y Chiasa?

— Con Tenshi. Hace unos días que ellos pasan bastante tiempo juntos.

— Bien. Vamos a hablar de algo importante. He hablado con Yunho, y está de acuerdo conmigo en que es momento de abrir las puertas del Palacio para que los chicos salgan de caza junto con nosotros.

…

Mientras los mayores charlaban, Tenshi jugaba con Chiasa. Después de la despedida de su padre, el muchacho se había aislado de todos y de todo, pero hace unos días había comenzado a jugar con su hermanita de nuevo, leerle cuentos e inventar historias.

— Tenshi, ¿por qué ya no pasas tiempo con Hyun Ki-ah? ¿Están enojados?

El muchacho se sorprendió de que su hermana le preguntara esto como si nada. En parte porque él no quería hablar de eso.

— No estamos enojados, Chiasa. Es, solo que en estos momentos no podemos estar juntos.

— ¿Por qué?

— No sé cómo explicártelo, Chiasa. Porque yo tampoco lo entiendo. Es, un miedo extraño.

— Pero mami siempre me dice que no es malo tener miedo. Dice que los miedos nos hacen fuertes. Pero Tenshi no parece volverse más fuerte, ¿por qué?

El muchacho tragó hondo. Luchando contra el nudo en su garganta.

— No lo sé, Chiasa. No lo sé. ¿Puedes dejar de preguntarlo, por favor?

La pequeña asintió.

— ¿Me lees este cuento, hermano?

— Claro, ven, siéntate aquí. — Acunándola en su regazo, el muchacho comenzó a leerle un cuento a su hermanita.

…

Desde que la decisión de incluirlos en las misiones había sido tomada, los chicos salían más a menudo con sus padres. Cada vez parecían haber más y más clanes aliados contra ellos. Pero ninguna fuerza ha conseguido doblegarles todavía.

Derek ha estado viajando de Seúl a Virginia y viceversa en las últimas semanas. Reid se ha quedado en Seúl, ayudando a sus amigos a supervisar los cambios en la composición genética de la sangre de los muchachos. Al momento Reid ha descubierto que el único cambio verdadero se ha dado en la fertilidad. Volviéndolos capaces de embarazarse. Sin embargo, no estaba relacionado directamente con la llegada de Hayami, ya que todos ellos han mostrado esa mutación genética que puede deberse al nuevo linaje al que pertenecen. Empero, es verdad que la sangre de los Ogazawara (excepto Chiasa) sí mostraba otros cambios. Se han vuelto más poderosos. Un poder que, sin embargo, latente y dormido permanecía en ellos.

Los síntomas de ChulSoo han aumentado, y ocultarle su estado de gestación no parecía más necesario. Junsu ha querido ser quien se lo diga. A solas, aprovechando que Yoochun ha salido de misión con Yunho hasta Egipto, junto con un equipo especial dirigido por Nínive.

— No puede ser, omma. — El gemelo Park se ha puesto pálido.

Es una noticia extraña. Que la verdad no le hace feliz. Con Kenji las cosas han ido mejor, pero es claro que todavía no supera la pérdida de su padre, y cuando salen a cazar es él quien más sangriento y violento se ha vuelto. Mientras tanto, ChulSoo ha estado sintiéndose agotado, cansado y deprimido. Cual si estuviera cargando con el peso del dolor de su amante.

— ChulSoo, cariño. Vamos a pensar en esto, ¿sí? No tienes que decírselo a Kenji de inmediato. Tampoco tenemos que decírselo a tu padre.

— ¿Y si no quiero tenerlo, omma?

…

Hace días que Mokomichi ha venido haciendo esto. Al principio había sucedido espontáneamente, luego se había dado cuenta de que tenía cierto control sobre ello y a medio que los días pasan, domina más esta habilidad.

Ver a través de los ojos de Chiasa.

Esa noche, tras tomar la ducha, se ha parado frente a un espejo y respirado profundo. Afuera se escuchan las sirenas de patrullas romper el bullicioso sonido de la vida nocturna de fin de semana. Esta es una habitación en un hotel de poco prestigio en la ciudad, desde que el vampiro morocho le advirtiera que podían venir tras él, ha estado moviéndose diariamente sin permanecer en un mismo lugar más de una noche. No le gusta esta vida, pero tampoco tiene más a dónde ir. No pertenece a ningún lado.

— ¡Chiasa! ¡Ven aquí!

— ¡Atrápame, mami~!

— Vamos cariño, omma está cansado.

— Es porque mami sale todas las noches ahora. Chiasa se queda sola en casa.

— No te quedas sola, Chiasa. Reid te hace compañía.

— Pero tú y mis hermanos se van. ¡Es injusto!

— Chiasa, no es momento para hacer un berrinche. Ven y dame un abrazo y un beso. Vamos, ven con omma~.

Chiasa sonrió, deshaciendo el puchero de sus labios, corrió hacia los brazos del morocho y le plantó un sonoro beso en la mejilla, antes de darle uno en los labios.

ChangMin le apartó con algo parecido a la sorpresa. Algo se ha sentido extraño.

— Chiasa. — Dijo su nombre. Sin añadir más nada porque de pronto parecía obvio.

La mirada de la pequeña era diferente. Y no es la primera vez que se percata. ChangMin intuye que otros ojos ven a través de los de su pequeña.

— ¿Has soñado con Hayami recientemente, Chiasa?

En cuanto el teriántropo escuchó su nombre en labios del morocho, soltó el vínculo con los ojos de la pequeña Ogazawara. Llevándose inconscientemente un dedo a los labios. Juraría que sintió el roce de los labios del morocho contra los suyos. Y por la reacción de éste, al parecer le sucedió lo mismo.

— Qué demonios estoy haciendo. No puedo, no debo involucrarme con ellos más.

…

Egipto

Visitar tierras árabes no les traía los mejores recuerdos, aquí habían terminado una guerra contra Génesis y Yiang. Aquí habían explotado sus verdaderos poderes. Yoochun transformó, bajo su forma de Lycan Louxsna, a Junsu en el Animae Fata. Aquí Jaejoong había tenido por momentos el poder de la diosa Sejmet. Aquí perdió a su hermana Chae Yun, y nacieron los trillizos de ChangMin. Tantas cosas habían sucedido.

Hoy no están en Luxor, como tantos años atrás. La ciudad que los ha reunido es Asuán, ubicada inmediatamente debajo de la primera catarata del Nilo. De entre sus significados más históricos está el hecho de que fueron sus canteras de piedra de donde se extraía la roca sienita con que se levantaron impresionantes estatuas colosales, obeliscos y otros tantos lugares santos a lo largo de todo Egipto, incluso sus famosas pirámides.

Asuán era también, el lugar donde, se dice, nació Luken Zubari Klett.

— Así que finalmente llegaron. Les tomó más tiempo del que esperé. Nínive, no te veía desde que eras una niña inquieta, siguiendo a su padre en toda exploración a la que iba.

— Gahiji, debiste decírmelo antes.

— ¿Por qué? Nunca es tarde, Nínive.

Park y Jung dieron un paso más, adentrándose por completo en el amplio salón donde les ha recibido este importante hombre en la ciudad.

— No tenemos tiempo para esto, usted es su padre, ¿verdad?

Continuará.

 PROXIMAMENTE

CAPÍTULO V. THE ORIGIN OF BLOOD

~*~

...

Hola, gente que se pasa por este sub-blog~ ¿cómo están? ¿qué les está pareciendo el fic? 

La verdad es que tenía pensado echar más verbo, quejarme y tal, porque bueno, me conocen y ya lo había dicho, este fic es especial debido a sus antecesoras. Me ha decepcionado un tanto ver tan poquitos comentarios, sé que hay más personas con acceso al sub-blog y supongo que más de las 15 que suelen comentar, también se han pasado a leer. Espero que comiencen a participar más, al menos aparezcan para decir que todavía no leen como ya algunas han hecho, si no les gusta por el giro que dió, también pueden decirlo e incluso dejar de seguir el blog, no me ofendo. Pero si me decepciona no recibir más comentarios y ver que hay bastantes lecturas. 

En fin, corto acá el verbo porque si no, me extiendo e igual puede que no lean y solo digan "ah, ya empezó con sus cosas" e igual me ignoran.