Capítulo 3.

CAPÍTULO III. WOUNDED BLOOD

~*~

Durante el relato que Kenryu daba a ChangMin, los mensajes codificados en la sangre del híbrido iban revelándose simultáneamente a sus cuatro hijos. Presentándose ante cada uno de ellos de la forma en que hubiera deseado hacer en vida.  

Ante Mi Young y Min Jee las memorias fueron compartidas. El papá del que ellas estaban orgullosas se apareció ante sus ojos con un semblante revitalizado, vistiendo un elegante traje oscuro, con una barba y bigote que le daba un aire varonil bastante acercado al hombre perfecto. Las muchachas sonrieron mientras las lágrimas les corrían por las mejillas, deseando haberle visto así una última vez. Abrazarle, darle un beso y despedirse.

— Mis preciosas hijas, no hay nada qué lamentar. Me llevé de ustedes recuerdos hermosos. Sé que deben estar sufriendo mi ausencia, y probablemente estén enojadas con Hayami, quien probablemente llegó de la nada con mi aroma en su piel. No le odien, ¿de acuerdo? Es un buen tipo, yo lo elegí después de todo.

El Ogazawara de los recuerdos sonrió con esa característica suficiencia suya que sacaba ocasionalmente a su “madre” de sus cabales. La sonrisa que ellas amaban, que les hacía reír y admirar mucho más a su progenitor.

— Min Jee, Mi Young, conozco la fortaleza de ustedes muy bien. Sé que Katoh les hizo pasar un muy mal momento en el pasado. Y que la espinita de esa humillación sigue clavada en ustedes. Este es el momento, hijas mías, para tomar de vuelta lo que les fue robado. Los enemigos no terminarán de venir, uno tras otro buscando siempre lo mismo. Dominarnos. Robar nuestro poder. Pero ustedes son mis hijas, llevan mi sangre en sus venas, mis dones y los de su omma. Porten con orgullo todo lo que son, no solo por nosotros, sino por ustedes mismas.

…Debo decirlo honestamente ahora, no lamento del todo no conocer a los hombres que las llevarán lejos de casa. — Añadió con otra sonrisilla. Sus hijas se contagiaron del repentino humor, limpiándose las lágrimas y soltando una risita también. — Elijan bien, Mi Young y Min Jee. Porque el hombre, o la mujer, que elijan para amar es quien estará ahí para ustedes en la eternidad. Si quieren tontear un poco, también pueden hacerlo, pero recuerden que omma es un poquito celoso. Al menos lo era más que yo.

…Siento también que en esta despedida solo mis palabras hagan eco, lamento no escucharlas más. No abrazarlas, malcriarlas un poquito y entrenar con ustedes. Min Jee siempre fuiste más agresiva, Mi Young eres estrategia pura. Exploten todo eso, la familia y el Clan las necesita. Sean felices, las amo.

Incluso si hubieran deseado contenerse mucho más. Era imposible. Cuando la imagen de su padre se desvaneció, ellas sintieron que parte de sus almas moría junto al hombre que les dio vida junto a su “madre”, el hombre que las crio y las vio crecer hasta ser las jóvenes guerreras que eran ahora. 

Para Kenji la historia fue similar. Pero frente a él apareció un Kenryu más maduro, vistiendo ropa casual, incluso iba manchada de sangre aquí y allá. El trillizo pensó que era como ver un video grabado justo después de una fiera batalla. Para él, su padre era esto. Fuerza, poder, imponente presencia. Kenryu ha sido su ejemplo a seguir, le vio amar a su “madre” como todavía siente que no puede ser él mismo con su amante. Y le duele su ausencia, le duele pensar que el ejemplo no está más ahí. Ni las charlas a medianoche cuando ha metido la pata y ChulSoo ha decidido ignorarle y cancelar cualquier cita romántica por más planeada que hubiese estado. Kenji echaba demasiado en falta esa silueta paternal que se sentaba a su lado como un amigo incondicional.

— Kenji. Mi primer varón, eres quien más se parece a mí y estoy orgulloso de eso. En mi ausencia, permíteme dejar sobre tus hombros la responsabilidad de proteger a la familia. Aunque tu omma se vale bastante bien por sí mismo, sé que desde mi desaparición él debe estar teniendo un mal momento. Intentará hacerse el fuerte, como siempre, pero es más vulnerable y frágil de lo que parece. Sé que lo sabes, Kenji.

…También sé que amas a ChulSoo, y que es sin duda tu presente y tu futuro. En algún momento formarás tu propia familia con él, no pudiste elegir mejor. Un Park como ChulSoo que lleva tan buenos genes, no tengo preocupación alguna por ti y tu amante. Pero hasta que llegue el momento en que formes tu propio hogar, cuida de los nuestros, ¿sí?

…Sé que debes tener muchas preguntas, Kenji. Sé que era el ejemplo a seguir para ti, y hubiera querido serlo por una eternidad, pero mis propios poderes sobrenaturales fueron en mi contra, y este cuerpo no va a soportarlo. Lo siento, por no estar ahí cuando ninguno de ustedes tenga sus propios hijos. No conoceré a mis nietos, ni a ninguna otra generación. Pero soy feliz, porque les tuve a ustedes con el hombre que amo. Porque les vi crecer, porque pude protegerlos de todos los males. Pero ya no estaré ahí, y todavía aparecerán pruebas como Génesis, Yiang o Katoh, cada vez alguien más ambicioso de poder. Escucha a Yunho y a Yoochun, a tu omma,  a Jaejoong y Junsu. Escucha también a Reid y Derek. Esos son los aliados que necesitarás siempre.

…Te amo, Kenji. Sangre de mi sangre, mira hacia delante. No llores demasiado mi ausencia, hice lo mejor. Y a donde quiera que vaya, parte de mí siempre estará con ustedes. Confía en Hayami también, lo elegí porque es el correcto para portar mis dones.

En el momento en que la imagen de Ogazawara se desvaneció, el trillizo tragó hondo, privó el nudo en su garganta y levantó la mirada con orgullo. Es un híbrido, imagen nítida de su padre. Y debía enfrentar su despedida con garbo.

Cuando Tenshi vio la silueta de su padre cobrar forma delante de sus ojos, el joven híbrido sintió un vuelco en el estómago. Porque lucía bastante real, pero sabía que eran apenas brumosas memorias. Y le extrañaba. Más de lo que nunca podría decir. Más de lo que le había echado en falta durante su largo exilio de casa a lado de Katoh. Se dio cuenta de cuán valiosa era la familia, de cuánto amaba a su padre. Y las lágrimas corrieron también por sus mejillas, con el nudo atorado en la garganta y un sentimiento de vacío que nunca nadie podrá llenar.

— Tenshi, he estado pensando mucho cómo despedirme de ti. Pero todavía no encuentro las palabras correctas para hacerlo. Me dueles más que tus hermanos, Tenshi. Porque muchos años estuvimos separados, porque una prueba demasiado grande y dolorosa puse en tu camino cuando permití que el tiempo y mi naturaleza híbrida te alejara de nuestro lado. Nunca recuperé el tiempo perdido, ni nunca pude compensarte por todo el daño que sufriste a lado de Katoh. Odié a ese maldito como a nadie antes. Y disfruté su muerte como no tienes idea. Pero Tenshi, no sé qué legado dejé en ti. El estigma del Gen del Dragón continúa latente en ti. Y fue principal responsable de lo que me apartó de ustedes.

…El Gen del Dragón es mucho, muchísimo más poderoso de lo que imaginé. He estado suplicando a cualquier ente superior que escuche mis plegarias, para que este destino no te alcance. Estos meses lejos de ustedes, ya han dolido demasiado, cuando pienso que no volveré a verlos, a abrazarlos, entrenar con ustedes, salir a cazar, molestar a su omma. Me embarga una tristeza enorme. Cuando me doy cuenta de que no volveré a verte, de que no te abracé lo suficiente, de que confíe demasiado en mi inmortalidad, pienso que no fui un buen padre para ti.

…Pero te amo, Tenshi. Como amo a tus hermanos y a tu omma. Hubiera querido más tiempo a tu lado.

El nudo en la garganta que se le atravesó a Kenryu fue evidente. Y las fuerzas en la mente de su hijo también flaquearon. Fueron sus colmillos los que abandonaron primero el cuerpo de Mokomichi, la sangre que todavía manchaba su mentón y saboreaba en su lengua mandaba a su cerebro mensajes que nublados fueron por el dolor.

Derek, que estaba ahí para apoyar a Reid y la familia de ChangMin, le sujetó de inmediato, evitando que sus rodillas golpeasen el piso. Tenshi se aferró al cuerpo del vampiro gladiador por inercia, sensible al momento buscando una figura paterna a la que anclarse.

En tanto, el mensaje que ChangMin escuchara, seguía latente.

— ChangMin ah, dejé la esencia de mi sangre en Hayami. No lo odies, él solo apareció en el momento indicado para mí, pero probablemente no para él. cuando le entregué mi sangre, maté una parte de él. una parte que nunca volverá.

La figura de Kenryu sentado en algún edificio abandonado que estuvo usando como refugio, se desvaneció, dando entonces forma a las palabras que dijera a continuación. Cual si se tratase de un relato convertido en película, insertado en la mente del vampiro morocho de forma exclusiva.

Ogazawara había ubicado a Mokomichi tras mucho buscar otros descendientes directos en la línea de sangre de Génesis. Por supuesto, Mokomichi no era como él, no descendía directamente de la “madre de las criaturas de la noche”, pero lo hacía de uno de sus “hijos”. De Constatine Tudor, el primer vampiro conocido en la historia. Mokomichi era, sin embargo, aún más diferente. Poseía una cualidad que no tenía ningún otro vampiro. De manera que no podía ser considerado un chupasangre, era en su lugar llamado, Teriántropo. Un cambiaformas. Pocos existen como él, los teriántropos forman parte de un clan bastante anónimo, casi como un mero fantasma de leyendas que se cuentan entre las criaturas de la noche como una entretenida charla de la que incluso mofarse. Los teriántropos, sin embargo, existen. Y Mokomichi era uno de ellos.

La primera vez que Kenryu se encontró de frente con Mokomichi fue, de hecho, en una batalla en los barrios de mala muerte en China. Ambos habían coincidido en aquel país por “azares del destino”, ya que Ogazawara no habría ido de no ser porque ahí encontraba una medicina lo suficientemente efectiva para su reciente “mal”, mientras que Mokomichi había llegado allí por el llamado de un “amigo” que resultó ser el líder del Clan Teriántropo.

— ¡Nima! ¡Lárgate de aquí! — Mokomichi gritó, empujando al nombrado en tanto su cuerpo cambiaba de forma, adoptando la de un lobo.

Kenryu lo observó con admiración e interés. La transformación no era igual a la de un licántropo, tampoco era la misma de Junsu o Yoochun, pero se le parecía bastante a decir verdad. El lobo era de gran tamaño, de fuertes extremidades, de un pelaje marrón profuso que se dispersaba por todo su cuerpo. Los colmillos eran terriblemente filosos, y en doble formación en las fauces. Los ojos eran rojo carmín, como brasas de fuego. Y el aliento que exhalaba mientras gruñía presto para el ataque, parecía bruma venenosa. Lo más extraordinario a ojos del híbrido, fue la habilidad que el teriántropo mostró al cambiar de forma animal en medio de la batalla, de un momento a otro se transformaba en pantera, zorro de dos colas, liebre, alce, tigre o un águila.

El híbrido ni siquiera se había unido a la batalla, pese a que lo pensó. En cambio, se sintió aliviado, ya que cuanto más usaba su naturaleza nocturna, la sangre en sus venas se volvía más abrasiva y le robaba otro poco la vida.

Ahí se había determinado en seguirle, y tras investigar la sangre de Mokomichi (que la había obtenido tras observarle detenidamente y descubrir algunas heridas menores en su cuerpo, después captar algunas gotas de su líquido carmín no había sido difícil en el campo de batalla), se dio cuenta de que era la única a la que su propia sangre podía unirse. Sus genes empataban de una forma extraordinaria.

La segunda, y última vez, que se habían encontrado, fue para someterle. Era invierno en Japón, el frío era descomunal para cualquier hombre común y corriente, más no para Ogazawara, cuya sangre hervía al rojo vivo todo el tiempo. Aquella noche de invierno, el híbrido emboscó a Mokomichi en un callejón sin salida, le sitió ahí con alevosía y ventaja.

— ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?

— A ti, Mokomichi Hayami. Quiero unirme a ti.

— ¿Qué?

— Lo siento, no me queda más tiempo para explicarlo. Estoy muriendo.

— Ve a un doctor.

— No lo entiendes. Ningún médico puede curar este mal. No existe una cura para las “enfermedades” de las criaturas de la noche.

Mokomichi achicó la mirada, advirtiendo cierto aire licántropo en su interlocutor.

— ¿Y qué tengo yo que sí puede curarte?

— Tu vida. Y solo voy a engrandecerla.

— ¿De qué demonios estás hablando?

— Como dije, no tengo tiempo para explicarte. Así que lo siento, pero es necesario que te lleve.

Mokomichi se puso en alerta. Indispuesto a seguir a un “lycan” así nada más. Incluso si entendiera su razón, probablemente todavía no iría con él. Porque los teriántropos como él no se mezclan con ninguna otra criatura de la noche.

— Pues disculpa, pero tengo planes ya.

Mokomichi fue el primero en transformarse. Y adoptó la imponente forma del lobo que antes viera Ogazawara. El híbrido hizo lo propio, tomando esa figura imponente entre un vampiro y un licántropo. El ataque fue simultáneo, el aullido del lobo se extendió por el callejón e hizo eco en el firmamento estrellado. Los colmillos del híbrido habían sido por milésimas más rápidos que los del lobo, y se habían presando sin miramiento en su cuello. Ogazawara afianzó la mordida hasta casi destrozarle el cuello, Mokomichi sentía dolor, pero conforme los colmillos se clavaban en carne y músculo, ni una gota de su sangre era succionada, por lo que lo único que le debilitaba era la fuerza de la mordida.

Este “licántropo” no buscaba matarle.

Cuando Mokomichi abrió de nuevo sus ojos, estaba de vuelta en su departamento. Aunque de hecho no podía recordar que lo fuera. Una semana había pasado desde la última vez que alguien supo nada de él en su trabajo y departamentos vecinos.

Una semana había sido tiempo suficiente para que Ogazawara transfiriera su sangre, mezclándola con la de Mokomichi. Con esa sangre que, una vez unida, mutaba constantemente, haciendo casi imposible manipulación alguna de su genética. Sin embargo, Ogazawara todavía había sido capaz de ocultar en esa “sangre nueva”, mensajes para su familia.   

— Esa noche, cuando lo mordí durante su transformación en lobo, tenía que morder tan fuerte que casi muriera, era necesario para que él bebiera un poco de mi sangre. Su cuerpo tenía que “pensar” que moría, y desear por instinto la supervivencia. Durante esa transición, mi sangre hirviente “incineró” sus memorias y mató la habilidad de Hayami para transformarse en lobo. Tal vez en cualquier otro animal. No estoy seguro, porque ya no tuve tiempo para investigar más las mutaciones de su sangre. Mis poderes permanecerán “dormidos” en él hasta que tú puedas aceptarlo, ChangMin. Hasta que tú o los chicos lo necesiten. Porque la razón por la que mis poderes eran extraordinarios, fue por el amor que te tengo, por el amor que le tengo a nuestra familia. El mismo amor que Mokomichi pudo sentir por los suyos, y que no podrá recordar nunca más.

…Así que perdóname, por dejarte una carga tan grande como esa. Sé que cuando tú veas esto, Mokomichi también lo hará. Hayami, lo siento, porque fui egoísta y no consideré en ningún momento tus condiciones. Perdóname, por atarte a mi familia, a mi clan, de esta manera.

…Lo siento, ChangMin, porque he complicado demasiado tu existencia desde el momento en que partí hace dos años. Pero te amo, y estuve dispuesto a sacrificar mis últimos meses lejos de ti, antes que permanecer a tu lado y provocarte más dolor del que te he hecho ya.

…Sé que has derramado lágrimas por mi causa, y que no te repondrás del dolor de mi partida inmediatamente. Pero, considera esto, mi amor. Jamás, nada ni nadie, me hubiera convencido de actuar diferente. Porque antes que mi vida, está la tuya y de nuestros hijos.

…También sé que debes reprocharme por no quedarme a tu lado cuando estabas esperando a nuestro quinto hijo. No le conocí, pero le soñé esta noche, estoy seguro de que fue así. Chiasa es un nombre perfecto, y ella es hermosa. Tiene un encanto sinigual, y una personalidad brillante. Confió en que has de criarle correctamente.

Incluso en ese momento, mientras se había prometido ser honesto con su familia, con su amante, no pudo decirle la otra parte de esa verdad. Porque soñó con Chiasa, jugando animadamente con alguien a quien llamaba “papi”. Pero ese hombre no era él, sino el teriántropo a quien le ha entregado su sangre. Sabe que no está siendo sustituido por él, entiende que lo que la pequeña tiene es un don especial. Un don para comunicarse en sueños, para conocer lo que ellos en su grandeza, no podrán.

…ChangMin ah, te amo. Quiero reunirme contigo de nuevo en otra vida. Así que no puedo decirte adiós para siempre, mi amor. Porque cuando parta de este mundo, todavía estaré deseando encontrarte de nuevo en cualquier otro.

Al momento en que ChangMin apartó sus colmillos del cuello de Mokomichi, las lágrimas en sus ojos permanecieron ahí sin desbordarse. Le dolía, claro que sí, pero de pronto no había más llanto que derramar. Y sentía lástima y culpa por no haber estado con su amado durante aquellos momentos difíciles.

Sintió lástima y culpa también, por el hombre que, apostado en la cama de metal, sanaba las heridas de las cinco mordidas sin emitir palabra alguna. Porque obviamente, había visto exactamente lo mismo que ellos cinco. Había escuchado las disculpas de Kenryu.

— ¿Omma?

— Estoy bien, Kenji.

El silencio se hizo presente.

Reid se acercó a Mokomichi, desconectando los hisopos que usara para monitorearle. Sorprendido de la habilidad con que había soportado las mordidas, las memorias, el dolor. Su habilidad para sanar, para permanecer estoico. Una vez terminó de retirar los hisopos, el de tez tostada apenas miró a los Ogazawara. Sus ojos se engancharon por brevedad con los del príncipe vampiro.

Rencor.

Eso transmitía.

Mokomichi bajó de la plancha de metal, y sin decir una palabra, abandonó el salón. Nadie se atrevió a seguirle, a decir nada. Cada uno de aquellos personajes tenía su propio dolor.

…

El vampiro morocho fue en busca de su hija. Chiasa estaba despierta en medio de la oscuridad de su habitación. El vampiro le cargó en brazos, estrechándole contra su cuerpo con todo el amor que le tiene.

— ¿Mami?

— Sí, Chiasa.

— ¿Estás triste otra vez?

— Lo siento, cariño. Pasará, tal vez no hoy o mañana, pero te prometo que lo hará. Y mami ya no estará triste.

— Chiasa entiende. Chiasa va a esperar que mami esté feliz de nuevo.

— Gracias, cariño.

Durante minutos ChangMin permaneció con su hija en brazos, se había recostado en la cama de su pequeña, dejándole cerca de su corazón, acariciando su cabello.

— Mami, ¿dónde está pap…Moko-chan? Yo, no puedo sentir su presencia en casa.

— Lo siento, Chiasa. Hayami ha tenido que irse.

— ¿Es porque papi Kenryu también se fue?

El morocho le miró detenidamente, apartándole de su pecho para hacerlo.

— Chiasa, ¿soñaste con papi Kenryu alguna vez?

— Chiasa sueña con papi Kenryu a veces. Pero papi Kenryu siempre se ve igual. ¡Como si viera la misma película siempre!

— ¿Puedes contarle a mami ese sueño, Chiasa?

— ¿Eso hará feliz a mami?

— Sí. Y ayudará a mami a decirle adiós a papi Kenryu. Así que, ¿lo haces, Chiasa?

La pequeña asintió, acomodándose en el pecho de su progenitor.

— Mami, ¿Chiasa también puede pedir algo?

— ¿Qué es lo que deseas, cariño?

— Que Moko-chan vuelva. Él también está triste ahora, mami.

…

Ha pasado una semana desde que la familia Ogazawara escuchó las últimas palabras de Kenryu. Una semana desde que Mokomichi abandonó el Palacio del Este sin mirar atrás, con un cúmulo de emociones que le impidieron continuar en ese lugar. Una semana desde que ChangMin ha contenido cualquier lágrima. Una semana con Min Jee y Mi Young evitando los entrenamientos y saliendo cada noche sin destino fijo. Una semana con Tenshi rehuyendo de su novio, de su hermanita Chiasa. Una semana en los que la pequeña Ogazawara pasa más tiempo con Jaejoong y Junsu del que ambos hombres incluso recordaban.

Una semana, también, desde que Kenji expresa su tristeza de una forma peculiar. ChulSoo le deja ser, aunque el sexo es intenso y poco romántico. Pero lo entiende, o intenta. Porque realmente no quiere siquiera imaginar cómo se sentiría si uno de sus padres de repente llegara a faltar.

El trillizo abandonó su interior, se levantó del lecho y así, desnudo y febril, se sentó en el alféizar de la ventana, recibiendo el aire fresco de la madrugada. En tanto, el gemelo Park rodaba sobre su propio eje y permanecía acostado en la cama, la semilla de su amante se sentía caliente en su interior, pero era un poco frío al mismo tiempo. Hace una semana que solo tiene sexo de espaldas, sin besos ni caricias. Sin más que silencios después de cada ronda de placer. Una semana de sexo sin sentido, salvaje y vacío. Una parte de él odia este tipo de sexo, otra sigue intentando entender que es una etapa, que el dolor por el que su amante atraviesa es demasiado grande y su mente completamente turbada.

— Ng.

El quejido le sale involuntariamente cuando intenta incorporarse. Pese a ser un lycan resistente, la espalda baja le duele, las muñecas y el escozor en su cavidad anal. Si bien ha sanado físicamente, las heridas emocionales están inevitablemente allí. El gemelo Park sella los labios, mira de soslayo y casi suspira aliviado cuando se percata de que su amante no se ha enterado de nada, que sigue mirando el cielo y perdido en sus pensamientos. Se mira las manos y muerde su labio inferior cuando nota un poco de sangre seca alrededor de sus muñecas, le había sujetado con demasiada fuerza, y clavado sus uñas sin miramiento mientras embestía tan profundamente que había dolido.

Esa pasión, por supuesto, estaba lejos de ser la que Kenji sabía darle.

— Ah, mierda. Me tiemblan las piernas. — Pensó, desistiendo de la idea de levantarse e ir al baño para lavarse.

Cuando se desploma de nuevo en el lecho, mirando sin interés el techo, la semilla de su amante comenzó a resbalar entre sus piernas. Un poco de sangre mezclado con esta. El ardor fue de nuevo más fuerte de lo que esperaba, y terminó gimiendo adolorido otra vez.

Kenji finalmente captó el sonido de su voz. Escapó de la brumosa niebla en sus pensamientos y volvió la mirada hacia el lecho. El penetrante olor a sangre mezclado con su semen le inundó las fosas nasales. Todas sus alarmas se dispararon de inmediato. Y corrió de vuelta al lecho con una expresión de culpa y dolor que no pudo ocultar a ojos de su amante.

— Quita esa cara, Kenji. Estoy bien.

— Te hice daño, ChulSoo. — Gimió, sujetando sus manos y descubriendo las finas líneas cicatrizadas de sus heridas. — Lo siento, yo… no sé qué pasa conmigo.

El gemelo Park no tuvo palabras para confortarle, pero a cambio llevó una de sus manos a la mejilla del trillizo, sintiéndose un poquito melancólico cuando una lágrima surcó el camino hasta su palma, perdiéndose en los pliegues de su piel. El trillizo lloraba, después de una semana de silencioso dolor, finalmente se quebraba delante de él.

— ¡Lo siento, ChulSoo! ¡Lo siento!

— Shh, está bien, Kenji. Está bien.

El trillizo se aferró a su vientre, llorando en su regazo, suplicando una y otra vez su perdón. El gemelo Park le recibió con calma, arrullándole y repitiendo continuamente que sí, que lo perdonaba, que todo estaba bien.

Que todavía le amaba más que a nadie en el mundo.

Y Kenji le amaba de vuelta. Y quería prometerle una eternidad juntos, asegurarle que nada ni nadie le apartaría de su lado jamás. Quería hacer las cosas que, sabe, sus padres hicieron también cuando eran más jóvenes. Pero la reciente pérdida de uno de sus progenitores frenaba todas las promesas y las resquebrajaba con un melancólico sabor a sal.

— Lo extraño, ChulSoo. Y estoy arrepentido por no haber estado con papá. ¿Cómo se supone que pueda hacer lo que me pidió? No soy tan fuerte como él. ¡Papá no tenía que morir!

El nudo que se le atravesó en la garganta al gemelo Park fue incipiente, ácido y duro como roca. Él no sabía qué decir, cómo confortarle de corazón y hacerle saber que sí, que él es fuerte, que es genial. Que podrá cuidar de su familia y de él. Que no puede saber cuánto duele la muerte de un padre pero que está ahí para ser su soporte.

Y terminan llorando juntos, abrazados en medio del lecho, con una noche fría cobijando el palacio con su manto.

…

Cuando Yunho advirtió que no estaba solo en uno de los salones del Palacio, sacó su espada por instinto. El primer ataque vino de la derecha, pero casi de inmediato llegó un segundo desde la retaguardia. Los movimientos del Diurno eran limpios, sin ambigüedad ni titubeo. Los de sus atacantes no eran menos certeros y estratégicos que los suyos. Hojas metálicas chocaron una contra otra, tres espadas encontrándose constantemente, filo contra filo, resplandeciendo su cuerpo plateado bajo la poca luz de luna que se filtraba por los ventanales. El rumor de las estocadas hacía eco en el salón, los murmullos de sus pasos y la apenas perceptible respiración, por igual. Los ojos marrones del Diurno son severos, concentrados en sus atacantes siguen los movimientos de estos cual cazador decidido por su presa.

Minutos más tarde su espada se detiene rozando la piel del cuello de uno de sus atacantes, la espada de éste a un milímetro del pecho, justo donde su corazón palpita. La cuchilla del segundo atacante descansa sobre su femoral. La respiración del Diurno es serena, la de sus atacantes ligeramente alterada.

— Bien hecho, chicos. — El Diurno es el primero en retirar su espada y enfundarla en su espalda. Sonríe y enciende las luces del salón.

Sus gemelos respiran profundo, enfundan sus espadas pero no lucen para nada satisfechos.

— Estuvo lejos de ser buen trabajo, papá. — HyunShik dice primero, pasando la mano por sus cabellos negros con aire frustrado.

— Pero lo fue, HyunShik.

— Ni siquiera alteramos tu respiración o te hicimos sudar, papá. — Añade, preguntándose por qué sus movimientos eran más lentos que los de su padre pese al duro entrenamiento diario. — Incluso cuando salimos a cazar me siento poderoso, pero cuando es frente a ti, papá, me siento como un auténtico crío.

El Diurno sonrió con orgullo. Revolvió el cabello de su hijo y le aseguró que lo había hecho increíble.

— Eres poderoso, HyunShik. Igual que tú, Hyun Ki. — Agrega, mirando al mayor de sus gemelos.

— Sí. — Musita el gemelo, distraído a decir verdad.

HyunShik advierte los pensamientos de su hermano, y abandona el salón sin añadir palabra alguna. Decide que su padre hable con su hermano.

— Hyun Ki ah, ¿quieres hablar?

El gemelo Jung mira a su progenitor. Piensa en negarse amablemente, pero desiste casi de inmediato.

— No he hablado con Tenshi desde que estuvieron con Mokomichi hace una semana. Si intento acercarme, él escapa. Si quiero hablarle, él guarda silencio y se aleja de todos modos. Sé que es un mal momento para él, para tío ChangMin y los otros, pero ¿qué puedo hacer? No puedo traer de vuelta a tío Kenryu.

— Hyun Ki ah, Tenshi no está acostumbrado al cariño. Perder a Kenryu debió ser un golpe demasiado duro para él. No va a ceder ante ti, porque probablemente está asustado. Perdió a un ser amado, alguien que no estuvo con él durante largos años. Conoces la historia de Tenshi mejor que yo, ¿qué crees que necesita ahora?

El gemelo Jung sostuvo la mirada de su padre. Y tras meditarlo un momento, agradeció sus palabras y abandonó el salón, apresurando sus pasos por los pasillos del Palacio.

…

Él no sabe por qué está aquí. Pero no puede dar marcha atrás. Traga hondo y respira profundo, aclara la garganta y finalmente llama a la puerta.

El momento en que la puerta se abre, los ojos cafés del hombre se abren de par en par. Y él se siente algo torpe y perdido.

— ¿Qué haces aquí, ChangMin?

— Yo… ¿puedo pasar, Hayami?

Mokomichi mira a los lados en el pasillo, una vez más al repentino invitado y asiente, permitiéndole el paso a su departamento. El vampiro morocho entra apenas al recibidor, escucha la puerta cerrarse y al segundo al de tez tostada pasarle por un lado. Sigue oliendo como Kenryu, pero ahora más que nunca tiene claro por qué.

— ¿Vas a pasar o no?

— Estoy bien, aquí. Solo vine a decirte unas palabras.

— Bien, te escucho.

— Lo siento. Por lo que Kenryu hizo. Sé que estás enojado con él, que no hay justificación. En verdad, siento que haya atado tu destino a nuestra estirpe.

El vampiro morocho buscó en la fría mirada de Mokomichi alguna emoción, pero no encontró ninguna.

— No estoy enojado. Estoy decepcionado, ChangMin. Tu amante mató mi pasado, parte de mí. Por ustedes. Puedo entender su decisión, probablemente en su lugar habría hecho lo mismo. Pero me hubiera gustado que hablara conmigo, tal vez lo habría entendido y ayudado. Sin tener que renunciar obligadamente a mi historia. Ahora no sé quién soy, y no voy a saberlo nunca. Incluso si las personas que me conocieron antes me hablaran de mí, todavía se siente que las piezas no encajan donde deben. Así que sí, estoy decepcionado. Pero lo entiendo, no te preocupes, no le guardo rencor a tu amante, ni a ti o a tu familia.

El morocho volvió a tragar pesadamente. Tenía algo más para decirle, pero ya no tenía voluntad para hacerlo.

— Cuídate. Yunho me ha dicho que los clanes han comenzado a hablar de la muerte de Kenryu y el nacimiento de una nueva criatura más poderosa. Creo que se trata de ti. Vampiros, licántropos, el gobierno y otras organizaciones comenzarán a buscarte. Las puertas del Palacio del Este estarán abiertas siempre para ti.

— Claro. Lo tendré en cuenta.

— Bien. Eso es todo. — El vampiro miró de hito en hito la salida y al japonés. Le hormigueaba una fútil necesidad de decir más, pero la voluntad le traicionaba. — Adiós, Hayami.

— ChangMin… — Le llamó, justo cuando la mano del vampiro sujetaba el picaporte… — ¿Chiasa está bien?

— Lo está, gracias por preguntar.

Mokomichi pasó saliva, tragándose otras palabras.

El vampiro finalmente salió del departamento en un viejo barrio de la ciudad. Cubrió su rostro con el gorro de su capucha y apresuró sus pasos lejos de allí. El corazón le dolía desde hace más de una semana. Pero las lágrimas todavía se negaban a salir.

…

Chiasa ha caído dormida después de mucho jugar, y descansa en el regazo de Jaejoong, mientras Junsu recoge los juguetes que la pequeña ha dejado regados por todo el salón.

— ¿Lo echas en falta, Jaejoong ah? — El castaño pregunta, sonriendo afable al contemplar al vampiro con la pequeña acunada en su regazo.

— Mentiría si dijera que no. Quise tener más hijos aparte de HyunShik y Hyun Ki, pero ya ves, la suerte no volvió a sonreírme. — Acariciando el tierno contorno de Chiasa, el vampiro pelioscuro sonreía con aire melancólico. — ¿También extrañas tener cachorros correteando por toda tu casa, Junsu ah?

— Oh, claro que sí. Si por Yoochun fuera ya habríamos tenido una camada de cinco o más. — Dijo, sonriendo al imaginar su casa llena de cachorros. — Pero, lo has dicho, la suerte ya no nos sonrío. Es por eso que fui feliz por ChangMin cuando se embarazó de Chiasa después de tantos años. Al principio tuve la esperanza de que yo pudiera tener más hijos, pero a estas alturas, ya no espero nada.

— Me pasó lo mismo. Creo que Yunho y yo tuvimos más acción en los meses siguientes a la noticia del embarazo de ChangMin. Queríamos tanto, más hijos.

La charla fue interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose. El vampiro morocho acababa de arribar, la penumbra en su rostro les hizo saber que no estaba bien, que su salida no había sido como esperó. Y que todavía su corazón cargaba con demasiado dolor.

— La llevaré a su cuarto, hyung. Gracias por cuidarla.

— Cuando quieras, ChangMin ah. Somos familia.

— Sí. — El vampiro morocho sonrió débilmente, cargó a su pequeña en brazos y salió del salón rumbo a sus aposentos. — Lo siento, Chiasa. No pude pedirle a Hayami que volviera por ti. — Murmuró, sintiendo el escozor en los ojos, pero ninguna lágrima brotar.

…

Park y Jung han salido esa noche en una nueva misión. Han irrumpido en un edificio de laboratorios bajo el mando de Luken Klett. Hoy han descubierto algo más del científico loco. No solo su obsesión por la perfección genética de las criaturas de la noche, también su pasión por los faraones.

— Así que su verdadero nombre es Luken Zubari. ¿Por qué cambiarse solo el apellido? — Park dijo, tras observar los archivos desplegados en pantallas especiales en una de las salas del laboratorio principal. — ¿Se está clonando a sí mismo?

— Vamos a apoyarnos en Reid para que analice todo esto. Si renunció a su apellido debe ser por algo importante. Adora sus raíces egipcias, es obvio. Pero su sangre celta también le seduce demasiado. No sé, Yoochun, este tipo me pone los nervios de punta. Y está ganando fuerza. Debemos darnos prisa, encontrarle y acabar con él.

— Hagamos eso, Yunho.

…

Un mes. El tiempo ha sido traicionero. Lento para los dolientes, vertiginoso para el clan. Sin embargo, aquello no paraba ahí.

Hacía un par de días que el gemelo Park se sentía extraño. Algo no andaba como de costumbre con él. Sus entrañas se sentían diferente.

Y su omma tenía un presentimiento.

— ChulSoo, quiero que Reid examine tu sangre.

— ¿Por qué, omma? No creo que sea algo grave.

— Por favor, solo escúchame.

— De acuerdo.

Por otro lado, las preocupaciones de Jung han ido en aumento. Y se ha visto en la necesidad de hablarlo con su amante.

— Lo que estoy diciendo, Jaejoong, es que las chicas están tomando un rumbo peligroso. Al principio creí que tal vez estaban saliendo a cazar. Y en cierta forma lo hacen, pero ellas van por ahí, de club en club, seduciendo hombres importantes del gobierno. Sabes igual que yo, lo que pasará cuando los altos mandos descubran que son hijas de Kenryu y ChangMin, de Yoochun y Junsu. Min Jee, Mi Young y SooYun están fuera de control. Te lo pido, porque no quiero preocupar más a ChangMin, y porque Junsu probablemente tenga problemas para manejar la situación si Yoochun se entera; habla con ellas, ¿sí?

— Lo haré. Déjalo en mis manos. ¿Han salido ya esta noche?

— Hace cinco minutos.

— No nos esperes esta noche, Yunho.

— ¿Qué?

— Confía en mí.

La sonrisa seductora del mayor de los príncipes vampiro sin embargo no le hizo sentir cómodo. Es más, en su lugar, una oleada de celos posesivos sacudió sus entrañas. Aun así, el Diurno no tuvo más remedio que confiar.

…

Las trillizas y la gemela Park vestían atuendos provocativos, definiendo sus siluetas femeninas con una gracia lasciva que despertaba la libido de propios y extraños. Esa noche tenían en la mira a un senador en particular. No había ni pizca de gracia en su presencia, pero era popular entre jóvenes mujeres, ellas por su parte se las han ingeniado para hacerse pasar por simples “acompañantes” y acercarse al senador.

Junto al hombre estaba sentado uno completamente diferente. Atractivo, varonil, reservado. SooYun ha escuchado que lo ha llamado Kanesaki-san, mientras brinda con fino champagne y ríe estúpidamente. Min Jee y Mi Young brindan con ellos, sonríen como si no entendieran nada pero han maquinado ya cada movimiento. Están listas para acabar con el senador y cada uno de sus guardaespaldas e invitados.

SooYun sin embargo se queda prendada de la presencia de Kanesaki-san. Algo en él la inquieta de sobremanera.

— ¡Aquí, aquí! ¡Preciosas señoritas! ¡Vamos a comer sushi corporal! ¿Cómo es que se llama esa práctica, Kanesaki-san? — Hipando de borracho, el libidinoso hombre preguntó, aferrándose al hombro de Min Jee. La híbrida sonreía, pero las uñas en sus manos comenzaban a hormiguear en la necesidad de revelarse y desgarrarle la garganta.

— Nyotaimori, Senador Jones. — Respondió el hombre.

Y SooYun no se perdió detalle en el cambio de sus pupilas. Para ello resultó obvio que este hombre encontraba detestable al senador.

— ¡Sí, sí, sí! ¡Es hora de la presentación en cuerpo de una bella mujer!

— ¿Y qué tal un bello hombre en su lugar, Senador Jones? — La voz que ha irrumpida es familiar a oídos de las chicas.

Jaejoong está parado en el marco de la puerta (puerta que fue derribada de una patada), su sonrisa seductora embelesa al senador. Sin comprender que su final está cerca.

…

Reid no sabe cómo pasó. Pero es un hecho. Y Junsu había tenido una correcta intuición. Su hijo, estaba embarazado.

Continuará.

Próximo...

CAPÍTULO IV. WHISPERS OF THE SOUL

~*~

Actu antes de fin de semana ;D 

He terminado de escribir lo más "difícil" del fic, para mí. Era necesario que sentara las bases del desarrollo de la historia. Y sé que en estos primeros caps todo giró en torno a ChangMin y sus hijos, pero ya está, ya comienzan a aparecer todos los demás. 

Gracias por la paciencia~ 

Gracias también a quienes siguen creyendo que el fic valió la larga espera (¡años!), tengo fe en que poco a poco todas nos hagamos a la idea de que Kenryu no está, y esperemos con ansia conocer la forma en que la historia romántica se desarrolla entre ChangMin y Hayami. 

En lo personal espero más comentarios a partir de ahora ;D no sean tímidas~ y si tienen quejas, son libres de expresarlo también~ 

Ya Ne! ;D